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Guanyem, la candidatura más transversal de la CUP conquista la alcaldía de Girona

Lluc Salellas, al frente de sus ocho concejales tras ser investido en Girona

Pau Rodríguez

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Una candidatura de la izquierda independentista gobierna en Girona. Cuando la CUP se ha quedado sin representación en gran parte de las principales ciudades catalanas, y Junts y ERC no han obtenido ninguna alcaldía de más de 100.000 habitantes, una plataforma municipalista de nombre Guanyem se ha convertido en el único faro soberanista desde una capital de provincia. Su candidato y ya alcalde de la ciudad es el cupaire Lluc Salellas. 

Guanyem Girona, la candidatura ciudadana en la que se diluyó la CUP hace cinco años, culminó este sábado su viaje hacia la alcaldía. Tras liderar durante cuatro años la oposición frente a un gobierno de Junts y ERC, Guanyem cerró esta semana un pacto de gobierno justo con esas dos formaciones, haciendo gala de una de las esencias de la candidatura: su ambición de gobernar aunque ello conlleve renuncias. Esa idea fue la que motivó, de hecho, el nacimiento de la confluencia municipalista de Guanyem en 2018.

A imagen y semejanza de Guanyem Badalona, la fórmula que dio la alcaldía de la ciudad en 2015 a la confluencia también participada por al CUP, en Girona la izquierda independentista entendió en 2019 que ese era el único camino que les podía llevar al gobierno. Bajo la misma marca, Guanyem, se reunieron cupaires y sectores antes cercanos a los comuns y al PSC, como la escisión socialista Moviment d'Esquerres. El resultado: ese año subieron de cuatro a seis concejales. 

Cuatro años después, y conscientes de que la alcaldía esta vez sí estaba al alcance de su mano, dieron otra vuelta de tuerca a la fórmula. Guanyem configuró una lista sin cuotas de sus partidos integrantes —solo dos de los ocho concejales obtenidos son de la CUP—, con perfiles conocidos en la ciudad y respaldada por un manifiesto con figuras políticas de lo más transversal: con exconcejales de CiU, ERC, ICV y, como guinda del pastel, la exalcaldesa socialista Anna Pagans. 

Con un 23% de votos, Guanyem quedó el 28 de mayo segunda, aunque empatada a ocho concejales con el PSC. El partido se impuso en los barrios céntricos —el casco viejo es su gran bastión— y ganó músculo en los periféricos gracias a una campaña dirigida a un perfil de votante concreto: de forma sucinta, ese elector que en las elecciones generales puede decantarse por los comuns y, en las catalanas, por ERC. 

Alcanzados los ocho concejales y el segundo puesto, el único escollo que le quedó a Salellas fue negociar con Junts y ERC para desbancar a la candidata socialista. Hubo reticencias en la formación ante el escenario de tener que incluir a su —a priori— principal rival político, Junts, en el gobierno. Pero finalmente Gemma Geis, exconsellera de la Generalitat con los neoconvergentes, será vicealcaldesa, y los republicanos entrarán también en el gobierno.

De esta forma, Salellas coge el testigo de Marta Madrenas (Junts), un cargo que antes empuñaron políticos como Joaquim Nadal —entonces socialista, hoy conseller del Govern de ERC— y también de Carles Puigdemont, antes de ser designado por Artur Mas, en pleno procés, como su sucesor en 2016. Puigdemont felicitó el sábado a Salellas vía Twitter y este le contestó: “Tu ciudad te espera. Te lo mereces”.

Un apellido cargado de activismo

Lluc Salellas, de 38 años, desde este sábado alcalde de Girona, es un periodista de formación que trabajó durante varios años en Òmnium Cultural. Buen conocedor del ecosistema de entidades sociales y soberanistas de la ciudad, ha estado implicado en la CUP de la ciudad desde sus inicios. De hecho, logró el acta de concejal por el partido ya en 2015 y este es su tercer mandato, algo que impide el código ético cupaire (pero que al ser Guanyem una candidatura distinta, técnicamente no se le aplica). 

En Guanyem están convencidos de que una de las razones de su éxito es haber pisado todos los barrios de la ciudad durante años, y haber tejido apoyos en asociaciones vecinales de toda índole. Pocos lo han hecho como Salellas, que además luce un apellido muy conocido en Girona y con pedigrí activista. Su padre, Tià Salellas, fallecido en 2008, fue un conocido abogado de los movimientos sociales y simpatizante de la izquierda independentista. Su hermano, Benet Salellas, abogado como el padre, fue diputado de la CUP entre 2015 y 2017 y hoy tiene uno de los bufetes más conocidos de la ciudad.

Al margen de su actividad política, Salellas ha publicado también varios libros. Entre ellos El franquisme que no marxa o La rebel·lió catalana: cinc veus sobre el procés i el futur d’Europa. 

Campaña original y la vivienda como clave

Guanyem Girona ha cabalgado hacia la alcaldía de la ciudad a lomos del desgaste del Gobierno saliente y también gracias a que algunas de sus bazas programáticas se convirtieron en temas de debate electoral. Uno de ellos fue el de la vivienda, candente en la ciudad después de dispararse el precio del alquiler casi un 12% en el último año (un porcentaje muy por encima de la media de Catalunya). “Hace cuatro años estábamos solos hablando de vivienda y el problema se ha agravado mucho”, sostienen fuentes del partido, que recuerdan que lograron pactar con el ejecutivo municipal una inversión de cuatro millones para compra de pisos. 

Asociada a esta temática ganó peso también la regulación de los pisos turísticos, que han proliferado en el centro de la ciudad junto con los comercios y apartamentos destinados a ciclistas (todo un ‘boom’ en la ciudad). Sin un discurso radical contra el turismo, apretaron por una tasa a los buses turísticos y combatieron el tope a los apartamentos fijados por el consistorio, que se fijó en el 15% sobre el total del parque y que el nuevo gobierno ya ha pactado que rebajará.

A la caza de votantes no necesariamente independentistas, la causa soberanista no fue por el contrario un eje de campaña de Salellas. Casi al contrario, aunque finalmente la aritmética surgida del 28M le dejó el pacto con Junts y ERC como única vía a la alcaldía. Durante la los debates electorales, lo que sí quiso exprimir Salellas fue la idea de que pocos políticos se centraban solo en Girona, al ser la socialista Silvia Paneque también diputada y al estar tanto la saliente Madrenas como la candidata Geis muy implicadas en la vida partidista de Junts. 

La carrera hacia el 28 de mayo culminó además con algunas salidas originales por parte del equipo de campaña. Desde dejar la cuenta de Instagram de Guanyem a vecinos de cada barrio para señalar mejoras a organizar la entrevista más larga con Salellas —de 12 horas— con destacados periodistas, futbolistas o la escritora Maria Mercè Roca, que ocho años antes había sido cabeza de lista de ERC y que salió rebotada y dispuesta a apoyar a Guanyem. 

Durante su primer discurso como alcalde, Salellas defendió su gobierno tripartito como legítimo y no de parte, y tendió la mano a los socialistas. “Soy consciente de que aunque tenemos algunas diferencias, el PSC también es un actor representativo, con quien creo que en temas importantes podemos y debemos llegar a grandes acuerdos de ciudad”, afirmó, y puso como ejemplos de vivienda o movilidad.

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