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La mitad de las personas atendidas en Cáritas cree que su salud es mala

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Siscu Baiges

La mitad de las personas atendidas en Cáritas considera que su salud es mala. Este es uno de los datos del informe “Determinantes sociales y económicos de la salud; efectos de la crisis económica en la salud de la población de Cataluña ”, presentado ayer por el director de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de Cataluña (AQuAS), Josep Maria Argimon. En cambio, el 80% de los catalanes consideran bueno su estado de salud, cifra que se reduce al 60% cuando se trata de personas con nivel educativo bajo.

Argimon presentó este informe en un acto al que asistió el consejero de Salud, Boi Ruiz, y donde se insistió en que la salud de los ciudadanos depende menos de la calidad de los servicios sanitarios que de determinantes sociales como el paro, la educación, la renta o la nutrición.

El director de AQuAS destacó que los catalanes dedican setenta euros de cada cien a gastos relacionados con la vivienda y que la crisis ha hecho crecer los problemas de salud mental. Por ejemplo, estos problemas han pasado de un 15% a un 18%, entre el 2006 y el 2012, en la población que lleva más de un año parada.

En cambio, el informe no detecta que la crisis haya influido en la esperanza de vida de los catalanes, que se mantiene estable. Tampoco ha aumentado el número de suicidios pero sí hay un cierto incremento en las tentativas de quitarse la vida. Entre el 2005 y el 2012, han subido de un 17% a un 18% en hombres y de un 22% a un 26% en mujeres.

Tanto Argimon como la economista Marisol Rodríguez, miembro del Consejo Asesor de Salud Pública, han destacado la vinculación entre el paro y la pérdida de la salud. Rodríguez denunció, sin embargo, que la reducción en los gastos sociales ha socavado la red de apoyo imprescindible para garantizar una salud básica y digna para la ciudadanía. Esta disminución ha afectado, según ella, especialmente los ámbitos sanitario y educativo.

El consejero Boi Ruiz cerró el acto pidiendo que todas las políticas se planteen como objetivo mejorar la salud de los ciudadanos y que se produzca un nuevo abordaje de estas políticas tanto en Cataluña como en España, Europa y el resto de países avanzados.

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