Recientemente he entrevistado a Arcadi Oliveres y a Celestino Sánchez. Icaria Editorial ha publicado un libro basado en una conversación entre ambos y lo ha titulado “El rescate de la democracia”. El profesor de Economía y presidente de “Justicia y Paz”, Arcadi Oliveres, es, junto a Teresa Forcades, una de les dos patas sobre las que se ha puesto en marcha el Proceso Constituyente, que aspira a construir una Cataluña que resuelva las necesidades fundamentales de los ciudadanos, marginadas ahora por la agresión contra el sistema del benestar social que sufrimos desde hace años. El ex-diputato comunista Celestino Sánchez es uno de los principales impulsores de los “Iaioflautas”, un colectivo omnipresente en las protestas contra los efectos más intolerables de esta agresión.
A los dos les he pedido qué piensan del proceso independentista en qué está inmerso Cataluña. En ninguno de los dos he percibido entusiasmo por el tema. Oliveres considera que Cataluña tiene derecho a la independencia por razones históricas, culturales, lingüísticas o de tradición. En cambio, no comparte la idea de que la independencia debe conseguirse por razones económicas. “Si siendo independientes saliésemos perdiendo dinero, habría que seguir pidiendo la independencia”, dice. Contrasta esta visión con el mantra de ERC, que suma independentistas a base de decir que Madrid roba a los catalanes 16.500 millones de euros cada año, con los que no habría que aplicar ningún recorte social.
A Celestino Sánchez lo que le preocupa es que todos los ciudadanos puedan vivir en condiciones dignas, sin depender económicamente unos de otros. Si la independencia ayuda a ello, no le ve problemas en apuntarse. Pero no lo ve claro. Lo que tiene clarísimo es que no compartirá nunca una manifestación o una cadena humana con los gobernantes actuales de CiU. “No daré la mano a quien me la muerde”, sentencia. Contrasta esta idea con la de quienes creen que en la lucha independentista debemos encontrarnos todos, izquierdistas y conservadores, y que, una vez “libres”, ya hablaremos.
Ninguno de los dos quiere paralizar las reivindicaciones sociales a la espera que la independencia resuelva todos nuestros problemas cuando llegue. Las urgencias están aquí, hoy. Oliveres y Sánchez se niegan a aceptar que la solución a estas urgencias no pueda exigirse ya. Por eso, ambos estará, el próximo 11 de setiembre, en la cadena humana que rodeará la sede central de La Caixa, en lugar de sumarse a la Vía Catalana hacia la Independencia que promueve la “Assemblea Nacional Catalana” desde su coqueto despacho sin rótulos de la calle París, en Barcelona, y CiU y ERC desde el gobierno de la Generalitat.
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