Pues efectivamente, llegaron los federales, españoles claro está, porque en Cataluña nunca dejó de haberlos. Llegaron los federales cuando nadie los esperaba, tenían que haber llegado en el 2006 con el nuevo Estatut, cuando desde Cataluña se reclamaba alguien, al otro lado, con quien federarse; pero no aparecieron. También podían haber aparecido en el 2010, para denunciar la sentencia del Tribunal Constitucional que sentenciaba dicho Estatut, pero entonces tampoco aparecieron.
Han llegado ahora, cuando nadie los esperaba. Y cuando aparecieron no eran como nos los imaginábamos: dicen que son federalistas pero en sus escritos ni citan a Pi i Margall ni hablan de federalismo asimétrico; dicen que si la mayoría de los catalanes quiere la independencia hay que respetarlo y buscar una salida pactada a dicho planteamiento, pero no hablan abiertamente del derecho a decidir o de autodeterminación; reconocen la solidaridad económica catalana y defienden el principio de ordinalidad, pero no mencionan el pacto fiscal;...en definitiva estos federales, que ya nadie esperaba, no nos seducen para dejarlo todo y escaparnos con ellos...eso sí, al menos nos ofrecen compartir piso. No nos prometen pasión desenfrenada, pero sí cambiar de rutina, que no es poco.
Si queréis federalistas que enamoren no salgáis de Cataluña. El federalismo español realmente existente es un federalismo forzado por las circunstancias, no convencido, a regañadientes...lo cual no quiere decir que no sea real. No es amor a primera vista, es un matrimonio de conveniencia...pero un matrimonio que nos puede convenir a todos. Más que buscar federalistas “auténticos”, hay que plantear el federalismo como propuesta de síntesis entre las distintas pulsiones territoriales y los múltiples sentimientos identitarios, de ahí la idea de la “solución federal”. Tengo claro que la mayoría de la sociedad española, así como su clase política, no es federalista, pero al final nadie hace lo que quiere, sino lo que puede. Y esto sirve tanto para España como para Cataluña. Dicho de otra manera, las personas no siempre van donde quieren ir, sino donde las circunstancias les llevan, y si este viaje nos tiene que llevar a alguna parte, por ejemplo hacia un federalismo de libre adhesión (porque sin libre adhesión no hay federalismo que valga), habrá que navegar con estos federales.
Pues eso, que cuando nadie los esperaba, llegaron los federales...tal vez llegan tarde, tal vez no sean el séptimo de caballería que viene a rescatarnos, pero son los federales y han llegado.
José Manuel Rúa es profesor de Historia de la Universidad de Barcelona
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