Algunos interlocutores y analistas independentistas aseguran que su opción es la más moderna. Que los únicos que hablan el lenguaje de hoy son ellos. Que los otros utilizan discursos anticuados, incluidos los federalistas que han aparecido tarde y mal en este debate para poner pegas a la independencia y que no se han enterado de que estamos en una nueva fase del progreso de la Humanidad. Independencia es algo in. Federalismo y otras hierbas están out.
Un poeta y un editor insistían en esta tesis en sus recientes colaboraciones periodísticas.
Mi impresión es la contraria. Los que llegan tarde son los independentistas. Reivindicar la independencia en 2014 no es lo mismo que hacerlo en 1936 o en 1714, pongamos por caso.
De federalistas e independentistas catalanes los ha habido desde hace muchos años. Unos y otros perdieron fuerza y presencia con la llegada de la democracia. A los federalistas les desconcertaba el nacionalismo. Los independentistas fueron prácticamente borrados del mapa por este nacionalismo y sus expresiones políticas obtuvieron apoyos electorales muy limitados.
Los años han ido pasando. El mundo ha ido cambiando. Las fronteras han ido cayendo. Las físicas, las psicológicas, las monetarias, las comunicativas… Aquello de que cada país tenía su moneda, su ejército y su pasaporte ya es historia.
La independencia, hoy, tiene un sentido muy diferente. En el caso catalán puede tener el sentido de marcar distancia con España. Y poca cosa más. Para algunos, me temo que para muchos, con eso ya basta. Son los del “¡Ya no puedo más!”, los que interpretan que la España actual es la de los policías que le dan una somanta de palos a un joven catalán en el campo de fútbol del Valencia o la del ministro que otorga medallas a la virgen María e ignoran a la otra España, que recrimina esas mismas acciones. Los de “¿Dónde está Joaquín Sabina o el gran Wyoming cuando le hinchan un ojo a un culé en Mestalla?”.
Cataluña puede alejarse de España pero nunca será independiente. Y la culpa la tienen más Mark Zuckerberg o Jacques Delors que Mariano Rajoy.
Nos guste o no, les guste o no, los independentistas, por más in o fashion que sean, han perdido el tren de la historia.
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