Mientras hacía zapping alrededor de la retransmisión de los premios Goya no pude dejar de pensar en un punto básico y aterrador. El cine español tiene actualmente un 19% de cuota de mercado en las pantallas del país (17,8 millones de entradas vendidas en 2015) y el cine francés un 46% en las del país vecino (con 206 millones de entradas vendidas el mismo año por las películas nacionales). La diferencia es tremenda y se debe a la política cultural de cada uno de ambos gobiernos.
La política de Estado en materia cultural fue impulsada por el general De Gaulle, con un Ministerio de la Cultura confiado al escritor André Malraux, quien se mantuvo en el cargo durante diez años. El presidente Mitterrand no tuvo más que seguir la huella. Su ministro de Cultura, Jack Lang, vio multiplicado por seis el presupuesto del departamento durante los doce años de mandato.
Actualmente, el ministerio francés de Cultura dispuso en 2015 de 14.000 millones de euros de presupuesto (la mitad procedentes del Estado y la otra mitad de las administraciones públicas locales y regionales). En Alemania el mismo presupuesto fue de 8.000 millones (aportado mayoritariamente por los länder). En el Reino Unido el Arts Council recibió 840 millones y en España el ministerio del ramo 715 millones. La diferencia vuelve a ser tremenda, aterradora.
Francia es hoy el país europeo que produce más películas y vende más entradas de cine, gracias a la reglamentación estatal que lo protege a través de un marco fiscal propio. También es el segundo exportador mundial de películas. En 2013 el gobierno frances no solo descartó la subida del IVA del 7% al 10%, sino que lo redujo al 5% para el cine, el teatro y los libros. En España el gobierno del PP lo aumentó del 8% al 21%.
Tal como ironizó el presentador de la gala de los Goya, Dani Rovira: “Entiendo que no bajen el 21% del IVA cultural, os explico por qué. Si no bajan el IVA de comprarse un yate a mi me da igual, porque no tengo. Pues lo mismo le pasa a Cristóbal Montoro con la cultura”.
En Francia André Malraux creó desde 1959 el Centre National du Cinéma, con un Fondo de Apoyo a la Producción que hoy administra 500 millones de euros anuales, procedentes de tasas sobre beneficios televisivos, venta de vídeos y entradas de cine. Las televisiones francesas están obligadas por ley a emitir, especialmente en horas de máxima audiencia, un 60% de películas europeas, de les cuales un 40% en lengua original francesa.
De este modo Francia produce en la actualidad el 22% de las películas rodadas en los 28 países de la Unión Europea y tiene la cuota de pantalla más elevada de todos. Se llama, repito, política cultural.
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