La PAH celebra los resultados de tres semanas de movilizaciones contra el BBVA en Sabadell
La manifestación convocada este martes por la PAH de Sabadell para exigir al BBVA la retirada de los avales a 10 familias afectadas se convirtió en una gran celebración. A falta de poner por escrito los acuerdos con el banco, el colectivo asegura que en ninguno de los diez casos la vivienda de los familiares de las personas afectadas está en riesgo.
La PAH ocupó durante 17 días la sede de la entidad en Sabadell, y sólo levantaron la ocupación cuando el banco los tuvo encerrados durante 34 horas en el interior. Sin embargo, salieron anunciando que reforzarían la campaña contra el BBVA y así lo han hecho. La campaña tomó dimensión estatal y el lunes una treintena de Plataformas de Afectados por la Hipoteca llevaron a cabo acciones de bloqueo y boicot en oficinas de todo el Estado.
“Nos han querido separar y buscar soluciones individuales, para lo que se han gastado dinero en notarios, seguratas, quitar pintura de las oficinas... pero no lo han conseguido”, remarca Pau Llonch, uno de los portavoces de la PAH de Sabadell. Lamentan que el banco no haya tenido interlocución con la Plataforma y deban recibir la información a través de la prensa o el ayuntamiento. “El banco quería negociar individualmente para evitar mostrar que luchando lo podemos todo”, decía Deborah Serrano, también portavoz.
A pesar de esto, la PAH ha valorado positivamente la propuesta del banco, ya que consideran que deja fuera de riesgo las viviendas de todos los avalistas. “Lo aceptamos porque es una mejora sustancial en relación a como estábamos”, explica Llonch. La entidad se ha mostrado dispuesta a retirar los avales hipotecarios en cinco de los diez casos cuando dispongan de un informe del Ayuntamiento que acredite el riesgo de exclusión que pesa sobre las familias.
En cuanto a los otros cinco casos, el BBVA asegura que no retirará los avales porque no son créditos hipotecarios, sino que incluyen refinanciaciones o la financiación de otras deudas, y, aunque aseguran que no tienen intención de quedarse las viviendas de los avalistas, remarcan que siguen siendo garantía de la deuda.
No obstante, desde la PAH explican que las condiciones que ha acabado ofreciendo la entidad a las personas afectadas les deja una deuda suficientemente pequeña para que no esté en riesgo la vivienda. “Por una deuda de 15.000 euros el banco te puede clasificar como moroso, pero no quedarse con tu casa”, explica Elvi Mármol.
Una lucha colectiva
En un comunicado, la PAH de Sabadell remarca que “una victoria para estos casos es una victoria para todo el movimiento” y en este sentido, remarcan que durante estos días el BBVA ha cedido con casos de otras localidades. “Es una especie de efecto 'bola de nieve'”, explica Albert Jiménez, “habrán querido desatascar casos que se podían solucionar en otros lugares con miedo a que aumentara la presión”.
Es el caso de la Rosa, de la PAH de Barcelona, que en la concentración-celebración de Sabadell tomó el micrófono para compartir su alegría: “Yo también soy afectada del BBVA y me han dado la buena noticia hoy”, ha dicho antes de perder las palabras, emocionada. “Tengo mis padres, que me avalaron, muy enfermos, y aunque hasta ahora el banco se había negado, me dan la dación y un alquiler social, que era lo que pedía”, celebra.
Anette, una de las diez afectadas de Sabadell, remarca el papel de la PAH para posibilitar las negociaciones. “Antes de estar en la PAH el banco no quería ni hablar conmigo, y gracias a la PAH hemos conseguido lo que hemos conseguido hoy, gracias a estar todos juntos, porque juntos lo podemos todo”, declaró.
Andrés Ucendo, hijo de una de las otras familias afectadas, tomó el micrófono para agradecer la lucha a sus padres y, sobre todo, el apoyo que han recibido estas diez familias, tanto en la ocupación como por parte de PAHs y otros colectivos de todo el Estado. “Ninguno de nosotros se había sentido tan querido antes en toda nuestra vida”, aseguraba.
“Los únicos límites a nuestra lucha hemos de ponerlos nosotros y nuestras profundas convicciones de justicia. ¡El límite es el cielo!”, aseguraba Deborah Serrano tras anunciar la resolución del conflicto, y la plaza estalló en cánticos, bailes y abrazos emocionados con las familias.