Ada Colau, heroína 2.0

Los afectados por la crisis han encontrado en Ada Colau (1974) la versión moderna de Agustina de Aragón. Una actualización necesaria de las heroínas clásicas. Catalana como 'la artillera' que luchó contra los franceses, Colau cambia los cañones para las nuevas redes sociales y la lucha pacífica contra los bancos y los gobiernos insensibles y/o impotentes ante las consecuencias de la crisis que azota España.

Ada Colau es activista profesional, cara visible de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), una 'guerrilla' que ha detenido y detiene desahucios en España. Colau nació en Barcelona y se crió en el barrio del Guinardó. Precoz en el activismo, ya en 1990 se manifestó contra la guerra del Golfo. De todos modos, ella indica que es el año 2001 el del inicio de su activismo. En 2003 participa en la plataforma Aturem la guerra, que lucha contra la invasión de Irak. A partir de aquí, desentierra el hacha y se erige en la Agustina de Aragón de la lucha contra los desahucios.

La fama más extraordinaria le llega el año pasado cuando interviene en el Congreso y tacha de “criminal” un representante de la banca; también duda si lanzarle o no un zapato como señal de desprecio. A partir de aquí, comienza la leyenda y el periplo de la barcelonesa por los medios de comunicación de España. De verbo apasionado, Colau no da ningún argumento por perdido. Se convierte, así, en objetivo de mercenarios de la caverna mediática española que, entre otras perlas, no dudan aconsiderar-la “demasiado gordita” por el hambre contra la que lucha, o tachan de “piojosos” a sus seguidores en Twitter. No pocos querrían que Colau sufriera una suerte similar a la de Agustina de Aragón que, recordémoslo, fue ejecutada con la técnica del garrote vil.

Por otro encuentro y en un nivel más anecdótico, Colau hizo una breve y no muy exitosa incursión en el mundo de la interpretación. La barcelonesa participó en la serie de televisión “Dos + una” de Antena 3, interpretando la mayor de unas hermanas. Dicen que aquella vocación le sirve ahora para lidiar con mejor soltura según qué mediáticos escenarios.

Tantas virtudes no pasan desapercibidas en el mundo político. Los hay, por un lado, que la querrían cuando menos desterrada, pero también hay quien la desea dentro de sus filas. En este sentido, se confirma que ha recibido al menos dos ofertas políticos: ICV y las CUP. Unos cantos de sirena que, de momento, ha rechazado.

De todos modos, a Colau le pasa como a aquel pato: si se parece a un pato, grazna como un pato y camina como un pato... es que lo será. Colau se parece a un político, habla como un político y, incluso, camina como un político. Es una política, en sentido más positivo de la expresión.