Colau llama a movilizar el voto del cambio porque “nos va la vida en ello”
Ada Colau lleva quince días buscando votos bajo las piedras, consciente que la clave de su teórica victoria de este domingo no está sólo en la movilización del voto abstencionista obrero, sino también en su capacidad para atraer y convencer a los votantes decepcionados de otras formaciones políticas, empezando por los del PSC. Por eso, en su último acto político de campaña, la candidata de Barcelona En Comú no ha dudado en remarcar que el 24M “nos va la vida porque está en juego el presente y el futuro de esta ciudad”, y ha insistido por enésima vez que su candidatura es diversa y que todo el mundo tiene un sitio. “Cada voto es fundamental y sólo la lista más votada puede gobernar”, ha recordado.
Aprovechando que este viernes era el último día de campaña y que su principal adversario político no tendrá mucho margen de maniobra para replicar sus acusaciones, Colau ha subido el tono de sus ataques contra Xavier Trias y le ha vuelto a vincular con los casos de corrupción que presuntamente salpican a CiU en un intento de conseguir algún voto de electores convergentes desorientados. “CiU es un partido de gente corrupta y nos cuesta creer que Trias no sepa nada cuando ha sido mano derecha de Pujol, un delincuente confeso, ha comido mariscadas con De la Rosa en Cadaqués y ha veraneado en Menorca con Millet. ¿Cómo puede ser que el alcalde que se codeaba con Pujol, Millet y De la Rosa nos diga que no sabía nada?”, ha asegurado antes unas 400 personas que se han reunido en la plaza Angel Pestaña.
Como todos los lugares escogidos, el mitin final de campaña también ha tenido un significado especial. El hecho que se haya decidido acabar en el distrito de Nou Barris y, concretamente en el barrio de la Prosperitat, no es casual. Este distrito representa junto con los de Sant Andreu, Sant Martí, Horta-Guinardó y Sants-Montjuïc la Barcelona más obrera y popular, el objetivo prioritario de la estrategia electoral de Barcelona En Comú. Sus barrios siempre han votado mayoritariamente socialista, pero la gestión de los últimos años del PSC en el consistorio barcelonés provocó en las elecciones de 2011 una desmovilización sin precedentes. En el caso de la Prosperitat, la abstención llegó al 49%, una de las más altas de Barcelona.
A pesar del casi empate que dibujan las encuestas, Colau ha querido dar un mensaje de esperanza recordando que han hecho un “esfuerzo titánico” y que sólo el hecho de que su candidatura se haya situado como alternativa real al proyecto de CiU por delante del de otros partido ya es “un milagro”. Sin embargo, a pesar de este tono positivo, la alcaldable ha querido demostrar que también tiene los pies en el suelo y que, en caso de ganar las elecciones, sabe que no será fácil gobernar Barcelona tal y como ha asegurado que le ha avisado el expresidente de Uruguay Pepe Mujica, con quién se ha entrevistado esta mañana. “No lo podremos hacer todo, no nos equivoquemos. Los grandes poderes nos lo querrán poner imposible pero no estamos aquí para repetir los errores del pasado”, ha advertido recordando que la movilización continúa después del 25 de mayo.
La plaza para despedir estas dos intensas semanas de campaña tampoco se ha escogido porque sí. Ada Colau se ha despedido hasta este domingo reivindicándose como la alcaldesa que “feminizará la política” en la plaza Ángel Pestaña, una de las figuras más destacadas del anarcosindicalismo catalán que en 1918, durante la clausura del congreso de la CNT, recordó que “ya no será el pan lo que reclamaremos, desde hoy reclamaremos justicia”. Precisamente, la reclamación de una “ciudad más justa” ha centrado buena parte del hilo argumental de la candidata de Barcelona En Comú, junto con los mensajes de regeneración democrática y de lucha contra la corrupción que, según Colau, ha caracterizado la gestión de Trias.
La recuperación de la ciudad también ha sido uno de los mensajes clave más repetidos durante la campaña que ha tenido como protagonista indiscutible la activista y exresponsable de la PAH. Según los estrategas de campaña, el llamamiento al empoderamiento de los barceloneses tendría que ser un factor clave para volver a movilizar el voto progresista y ganar las elecciones. Es por eso que Colau ha optado por transmitir siempre en sus actos políticos un mensaje en positivo basado más en las emociones y en los sentimientos que en las propuestas concretas, que ha relegado a actos de formato más reducido y a las ruedas de prensa. Apelando a “la oportunidad histórica de hacer posible un cambio”, la alcaldable ha usado un tono pedagógico para recordar que la desmovilización “beneficia a los de siempre”.
Otra de las características más destacadas de la campaña de Barcelona En Comú ha sido su descentralización. Conscientes de que era imposible que en quince días Colau pudiera estar en todos los barrios, se ha optado por movilizar a los candidatos con más posibilidades de salir escogidos el 24M y hacerlos participar en numerosos actos políticos. Este despliegue ha ido acompañado del trabajo desinteresado de miles de voluntarios que han peinado la ciudad repartiendo propaganda, haciendo puerta a puerta y organizando pequeños actos informativos más sectoriales. Todo, sufragado a partir de una campaña de donaciones ciudadanas que ha superado los 90.000 euros y que ha permitido que la candidatura de Colau no se haya endeudado con los bancos.