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El primer desplante de la CUP a JxSí cuestiona la estabilidad parlamentaria de Puigdemont

La CUP rompe con JxSí por primera vez y facilita la admisión a trámite de una ley sobre la ATLL

Arturo Puente

Conseguir la estabilidad parlamentaria fue el objetivo por el que Artur Mas decidió sacrificarse como candidato, a cambio de un acuerdo que obligaba a la CUP a apoyar la investidura de Puigdemont y garantizar que pudiera sacar adelante la acción de su gobierno. Pero, solo dos meses después de aquel pacto, el Govern ya se ha topado con sus primeros problemas de estabilidad en la Cámara, perdiendo este miércoles por primera vez una votación, sobre una enmienda de rechazo que permitirá tramitar una ley para recuperar la gestión pública de Aigües del Ter-Llobregat (ATLL).

La votación de este miércoles no creará un quebradero de cabeza instantáneo al Govern de Puigdemont, puesto que el proyecto de ley propuesto por el PSC debe pasar todo un recorrido parlamentario durante el que puede ser modificada o incluso echada atrás. Pero sí crea un precedente e indica que JxSí necesitará algo más que el pacto de investidura con la CUP para sacar adelante todos sus proyectos legislativos. Esta tensión, aún menor, augura que los problemas de mayorías irán en aumento durante la legislatura, según los asuntos a debate aumenten de importancia.

Especialmente delicado es el asunto del BCN World. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, asegura que el proyecto no está “ni mucho menos parado”, pero la CUP no solo está en contra sino que ya ha avisado a JxSí que, de seguirse adelante con los parámetros de la última modificación, sería suficiente para abrir un casus belli que haría peligrar el pacto de legislatura. El proyecto ni siquiera convence a todas las partes de JxSí. ERC se opuso al proyecto en reiteradas ocasiones durante la pasada legislatura, y la consulta popular propuesta por el president Puigdemont para decidir qué hacer con complejo turístico generó roces con el vicepresidente Junqueras, al no ponerse de acuerdo sobre cuál debía ser el ámbito geográfico en el que se realizase la votación.

De continuar Puigdemont con su pretensión de sacar adelante el BCN World la mayoría parlamentaria que lo sostiene en el cargo se resentirá antes o después durante la legislatura. Pero, incluso antes que eso, el pacto entre JxSí y la CUP tendrá que pasar por su reválida más complicada: los presupuestos. Los de JxSí, con el propio Artur Mas a la cabeza, sostienen que aprobar los presupuestos como ley más importante del año es vital para la estabilidad del Govern, y Junqueras ya ha adelantado que no serán unas cuentas buenas.

Mientras, la CUP asegura el acuerdo de estabilidad no incluye aprobar los presupuestos a cualquier precio y ya ha comenzado a poner condiciones. Pero en este caso quien tiene posiciones diversas en su seno es la CUP. En un comunicado emitido el miércoles por Poble Lliure, sector que apostó en su momento por la investidura de Mas, la organización recuerda que aprobar unos nuevos presupuestos es “necesario” para formar las estructuras de Estado y que su discusión “no puede encallar el proceso de ruptura con el Estado”.

La CUP ya había advertido desde el mismo momento de la firma que su lectura sobre el acuerdo de estabilidad era diferente a la que se hacía desde JxSí. Mientras que la coalición de CDC y ERC considera que los anticapitalistas deben brindarles apoyo en todos los asuntos, los diputados de la CUP han reiterado que su votos favorables solo están vinculado a los asuntos relativos al proceso independentista. Hasta este miércoles, ambos grupos habían encontrado fórmulas para no enfrentar sus votos, como ocurrió en enero respecto a la devolución de la paga de los funcionarios, una medida sobre la que tenían diferentes criterios pero que JxSí acabó pactando con todos los grupos.

Para evitar el choque entre independentistas, también la CUP había votado en contra de su criterio en virtud del acuerdo con JxSí. Ocurrió en febrero con la votación que permitía al conseller de Economía, Oriol Junqueras, ampliar el endeudamiento de la Generalitat tras la prórroga presupuestaria automática. Los cupaires habían asegurado que se abstendrían, al igual que CSQEP, pero el cambio de voto de los últimos obligó a la CUP a votar afirmativamente para que la enmienda pudiera ser fuera aprobada.

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