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El exalcalde de Sabadell, en el juicio por retirar multas a familiares: “Llevo seis años pagando esta condena”

Bustos, en una imagen de archivo

Oriol Solé Altimira

Primera jornada del juicio contra el exalcalde socialista de Sabadell, Manuel Bustos, por haber retirado dos multas de tráfico a su mujer y sus hijos en 2012. El exalcalde ha demostrado en su declaración como acusado que mantiene el estilo con el que gobernó la ciudad con aplastantes mayorías absolutas durante más de una década: directo, populista y, a veces, desafiante. “Llevo seis años pagando esta condena”, ha lanzado a la fiscal Teresa Duerto tras negar las acusaciones de Anticorrupción, que pide para él cuatro años de cárcel por tráfico de influencias.

El caso que se juzga en la sección 10 de la Audiencia de Barcelona es una de la treintena de piezas del caso Mercurio. Lo que empezó siendo un presunto gran caso de corrupción socialista se ha ido desinflando con el tiempo: una decena de casos se han archivado. Bustos está condenado en la primera de las piezas de Mercurio que se ha juzgado por promover el enchufe de una militante socialista en el Ayuntamiento de Montcada. En la pieza principal del caso, ni siquiera está imputado. Sí lo está en piezas separadas como esta, la segunda que llega a juicio y que, para sus detractores, muestra el caciquismo con el que comandó Sabadell, el llamado 'estilo Bustos'.

Anticorrupción acusa al exalcalde de usar su influencia como alcalde para que un intendente de la policía local de Sabadell y el excoordinador de espacio público del consistorio retiraran dos multas a familiares. La primera, de marzo de 2012, impuesto a su mujer de aquella época por aparcar en una parada de autobús. La segunda, en el mes de junio del mismo año, que sancionó a uno de sus hijos por estacionar en una zona de carga y descarga.

La principal prueba de cargo de las acusaciones son los pinchazos telefónicos autorizados por el juez que investiga el caso Mercurio, en el que se oye al exalcalde pedir al intendente Josep Miquel D.M. que se ponga en contacto con su mujer para “arreglar el tema de los 200 euros” de multa. Un día después, el intendente le comunica que el “servicio de reparación de errores” ha resuelto el asunto.

A lo largo de la hora y media que ha durado el minucioso interrogatorio de Duerto, Bustos ha mezclado las alegaciones de carácter familiar con otras explicaciones relacionadas con las normativas de Sabadell. Tampoco han faltado ataques velados a la fiscal: “Usted sabe que soy locuaz, que me ha escuchado mucho, pero en ningún caso he dado instrucciones para cometer una ilegalidad ni ningún caso me he aprovechado de mi condición de alcalde”.

Respecto a la primera multa, impuesta a las 17: 46h., Bustos ha alegado una supuesta orden informal –pues ha reconocido que no había ninguna ordenanza escrita– para que la policía no multara a los coches durante los horarios de entrada y salida de los colegios así como en los eventos deportivos de Sabadell. “Si usted va hoy a Sabadell, verá que hay tolerancia para facilitar las cosas a los colegios”, ha dicho a la fiscal.

No ha negado la llamada con el intendente, pero ha rechazado que quisiera influirle para retirar la sanción. Sí ha dicho que llamó movido la “indignación personal” de haber sufrido una “sanción injusta”. Ha enmarcado la conversación en un recordatorio sobre la instrucción para no multar a los coches en horario de recogida de niños de centros escolares, pues en ese momento Bustos estaba dentro de una guardería municipal. “Si hubiera querido usar mi influencia de alcalde hubiera salido a la calle en el mismo momento”, ha aseverado.

Sobre la segunda sanción, Bustos ha alegado que las llamadas fueron para interesarse por el estado de uno de sus hijos, que padecía un cáncer en los testículos y tiene una minusvalía psíquica. La grúa, ha explicado, se llevó el coche cuando su hermano lo acompañaba a hacerse una prueba médica. “Mi preocupación era cómo estaban ellos”, ha afirmado. Con los ojos llorosos, ha añadido que no quería que sus detractores hicieran daño a sus hijos. “Hay gente que me odia”, ha zanjado Bustos.

Para la Fiscalía, los hijos del exalcalde telefonearon a su padre, que de forma inmediata llamó al exintendente acusado para pedirle que “solucionara” el asunto y también al excoordinador de Espacio Público de Sabadell y amigo de la familia, Xavier I., para que acudiera a la Jefatura de la Policía Local a ayudar a su familia. El propio exintendente habría cogido el dinero (133,5 euros) para pagar la sanción de la caja de seguridad de la comisaría. Después Josep Miquel D.M. habría confeccionado un informe falso para anular la multa.

“Aunque usted no se lo crea, yo llamé a personas que creía que podrían ayudar a mi hijo, y les dije que no quería ningún lío”, ha lanzado Bustos a la fiscal. El juicio se alargará hasta el jueves.

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