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Los socialistas salen al rescate de Mas ante la posibilidad de que la consulta no se celebre

Mas y Sánchez en su encuentro en el Palau de la Generalitat

Arturo Puente

Barcelona —

En plena cuenta atrás del proceso soberanista catalán, los socialistas ya se sitúan en las marcas de salida para la carrera post-9N. La posibilidad de que la consulta no llegue a celebrarse ante un veto del Constitucional, una hipótesis apuntada por algunos miembros del Govern, dibuja un nuevo escenario en el que CiU podría perder el apoyo parlamentario de Esquerra. Ante esta opción, el primer secretario del PSC, Miguel Iceta, se ha mostrado en las últimas semanas dispuesto a brindar el respaldo de sus 19 diputados –Iceta no controla el voto del crítico Joan Ignasi Elena– si el president finalmente acata el veto y no lleva a cabo la consulta.

Esta mañana ha sido el propio líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien se ha reunido con Mas para avalar el ofrecimiento de Iceta y tender puentes con Mas, que busca salidas de emergencia ante la incapacidad de cumplir con el pacto suscrito en diciembre con ERC, ICV-EUiA y CUP de acuerdo a la legalidad. La visita de Sánchez a Catalunya sirve tanto para evidenciar la buena sintonía entre las nuevas cúpulas del PSOE y del PSC como para ofrecer un inesperado flotador a CiU en uno de los momentos más complicados desde que accedió al Govern.

La “salida dialogada” de Pedro Sánchez se basa en su firme convicción de que la consulta del 9N es inviable por ilegal, pero le ha propuesto a Mas un cambio en la Consituticón para llegar a un modelo federeal que respete la singularidad de Catalunya. El Govern ha respondido por boca de su portavoz, Francesc Homs, destacando que el PSOE, a diferencia del PP, tienen ideas y las explican, aunque ha reafirmado que el Ejecutivo catalán sigue apostando por el 9N.

Los socialistas aprovechan que el margen de acción de Mas es ahora más estrecho que nunca para intentar condicionar al Govern. Sobre las opciones de Mas, el president podría, en primer lugar, cumplir con el pacto para la consulta y seguir adelante el 9N pese al veto del Constitucional. Su segunda opción sería convocar elecciones en clave plebiscitaria e intentar formar bloque con ERC, una posibilidad rechazada desde Unió. En tercer lugar, Mas podría romper el pacto de legislatura con Esquerra y buscar otros aliados parlamentarios que sostuvieran su gobierno sin obligarle a convocar elecciones.

Ofrecimientos de Iceta

Es este tercer escenario, el de que CiU rompa el acuerdo con ERC y necesite otro aliado en el Parlament para sostener su gobierno, el que Iceta ha venido explorando este verano. Los globos sonda lanzados desde el Palau de la Generalitat para medir los ánimos de sus socios han sido aprovechados por el líder del PSC, que no ha parado de lanzar guiños al Govern cada vez que ha mostrado dudas sobre la consulta. “Para buscar un nuevo acuerdo entre Catalunya y el resto de España, para trabajar y buscar una consulta legal y acordada, siempre se podrá contar con el PSC. Desde el primer día”, aseguró Iceta tres días después de que la vicepresidenta Joana Ortega amagara con un apalzamiento del 9N.

“¿Está el PSC dispuesto a dar apoyo parlamentario a CiU para que pueda romper con ERC sin adelantar elecciones?”, le preguntaron a los pocos días en la Cadena SER, a lo que Iceta respondió afirmativamente. Para un PSC incapaz de remontar en las urnas, servir de muleta al gobierno de Mas después de un 9N fallido es una oportunidad de oro para volver a hacerse con un rol de peso en la política catalana.

Este lunes, solo dos días antes de la reunión entre Mas y Sánchez, Iceta se ha reunido con Duran, con quien ha convenido que la consulta debe ser legal. El acuerdo tácito entre socialistas y cristianodemócratas pone más presión sobre CDC para que renuncie al pacto sobre la consulta. La tercera vía, dada por muerta con la salida de Duran de la primera línea de CiU, se reagrupa y ofrece a Mas una salida digna ante un posible descalabro.

Debilidad electoral de CiU

El ofrecimiento del PSC para rescatar a Mas de un adelanto electoral es síntoma de un cambio de estrategia inaugurado con la llegada de Iceta a la primera secretaría del socialismo catalán. A CiU y PSC les unen las malas expectativas electorales, y a ninguno de los dos les conviene un horizonte con elecciones a corto plazo. En última instancia, el futuro de Mas tras un fracaso del 9N dependería de si CDC es capaz de llegar a un acuerdo con ERC para ir juntos en unas elecciones plebiscitarias, algo que los independentistas han vendio rechazando pero que no se da por descartado.

Para el PSC la fórmula sociovergente le valdría para volver a hacerse con la llave de las instituciones de la Generalitat, con el plus que podría acarrear vender su pacto como la forma de parar el soberanismo de Mas. Pese a esto, un pacto entre CiU y PSC tendría fecha de caducidad a tenor de los sondeos que sitúan a ERC como primera fuerza en Catalunya.

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