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Restricciones de agua a los regantes del Campo de Montiel: “No será rentable producir”

Cultivo en el campo de Montiel. Imagen cedida.

Lourdes Cifuentes

La falta de lluvias deja un panorama desolador en la mayoría de cuencas hidrográficas que afectan a Castilla-La Mancha, también a la del Guadiana. Hace unos días la Confederación Hidrográfica se dirigía por escrito a los ayuntamientos y mancomunidades de más de 20.000 habitantes para recordarles la necesidad de que activen sus Planes de Emergencia ante la escasez de agua. O lo que es lo mismo, ahora toca ahorrar porque las previsiones de lluvia no son halagüeñas.

No es la única medida que ha tomado la Confederación del Guadiana. Los regantes del Campo de Montiel, gran parte de ellos en la provincia de Albacete, verán reducido el acceso al agua para el regadío en hasta una octava parte. Contarán para esta campaña con cuatro hectómetros, lo que les sale de media 500 metros por hectárea, una cantidad “insignificante” y que supone, según el presidente de la comunidad de regantes del Campo de Montiel, Juan Vázquez, “que los regadíos no puedan prácticamente utilizarse”.

Estos terrenos se abastecen del agua del acuífero 24, del que beben y que este año, por la sequía ha bajado sus niveles de agua. Aún así insisten en que  para sacar adelante sus cultivos necesitan de un mínimo de 10 a 12 hectómetro cúbicos. “Los necesitamos para sobrevivir”. Ahora ven en peligro los cultivos de regadío a los que está dedicada toda la zona. Cultivos como la adormidera, la colza, guisante verde, espinacas a los que se suman otros que recién acaban de instalarse como el de coliflor, brócoli, melón y sandía.

La zona comprende 15 municipios de las provincias de Albacete y Ciudad Real, “pero las poblaciones más afectadas son Ossa de Montiel, El Bonillo, Munera, El Ballestero y la zona de Viveros”, todas ellas en Albacete y a la que se suma,  la localidad ciudadrealeña de Villahermosa. Los cultivos de los que viven cientos de familias dependen del agua porque sin ella, advierte el presidente de la comunidad de regantes: “no será rentable producir”. Las cifras que barajan son cuantiosas ya que habla de que la producción que ronda un millón de euros, puede quedarse en unos 200.000, una quinta parte, y “esto repercute en todo el mundo porque se dinero no se queda en el bolsillo de uno sino que se reparte en la población y las empresas de servicios,…”.

El método para regular la necesidad de restringir agua en los cultivos de la zona es el caudal de las Lagunas de Ruidera. Así lo cuenta el presidente de los regantes, que asegura que si bien es cierto que de todo el complejo lagunar “hay tres secas, las más pequeñas, varias a medio caudal y el resto llenas”, no se tiene en cuenta el nivel de los pozos. O lo que es lo mismo, el agua del subsuelo que es la que ellos usan para regar.  Los pozos, tal y como asegura Vázquez, tienen una medida de media de entre 12 y 14 metros ( unos están entre 2′ y 25 metros de altura y otros a 8 metros) con lo que “aquí tenemos agua en cantidad y calidad”. Insiste también en que aunque los regantes no extraigan agua para riego, “se sale pro transferencias. La bondad de este acuífero es que se llena muy rápido cuando llueve, pero se descarga igual de rápido. Esto está más que estudiado, más que escrito  y más que confirmado”.

Rechazo desde los pueblos afectados

La población que se vería más afectada por esta restricción de agua es El Bonillo. A día de hoy además de los puestos de trabajo que genera directamente el campo hay que sumar el de las industrias transformadoras que han crecido en torno a él. “Es un reducción tan drástica que hace que el futuro, que ya lo tenemos difícil en los núcleos urbanos tan pequeños, lo sea aún más”. Lo dice el alcalde de la localidad, Juan Gil, que  ve peligrar unos 150 trabajos con la restricción de agua, cifra que asciende hasta los 200 en el periodo de recolección.

Ante esta posibilidad asegura: “Desde el Ayuntamiento del Bonillo y los ayuntamientos afectados vamos a hacer todo lo que haya en nuestra mano para reivindicar el acuífero este como nuestro. En ningún momento está justificado la limitación”, dice Gil que asegura que hay otras cosas de las que se debería preocupar la Confederación y recuerda que cuando el acuífero 24 fue declarazo sobreexplotado “fue muy negativo para la zona”.

Fue la pasada semana cuando se celebró la junta de explotación donde se debatiría la propuesta de restricción de agua a estos regantes que se negaron a asistir. “No hemos acudido- asegura Vázquez- que cuenta que le trasladaron un escrito al presidente y le hemos dicho que la convocatoria ha sido a traición porque no se ha contado con nosotros”. A día de hoy todavía no se les ha traslado por escrito la restricciones de agua a las que tienen que hacer frente para esta campaña y esta redacción ha tratado en varias ocasiones de contactar con la Confederación sin éxito.

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