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Los premios para quienes cuidan el patrimonio toledano tienen nombre de mujer

Yacimiento visigodo en Menasalbas encontrado por el Seprona

Francisca Bravo Miranda

Hace ya veinte años comenzó la andadura de la asociación toledana Tulaytula, “heredera” de los Amigos del Toledo Islámico. Fue en 1996 cuando el colectivo decidió dar un paso más, enmarcados en la conmemoración del milenio de la Mezquita del Cristo de la Luz, uno de los monumentos más antiguos que se pueden encontrar en la ciudad. “Nuestra idea era hacer que esa conmemoración tan importante tuviese algún relieve y por eso decidimos crear esta asociación”, explica su actual presidente Miguel Larriba.

Después de los actos conmemorativos, que se llevaron a cabo a principios del 2000 y que dejaron una inscripción en el edificio, el colectivo decide seguir adelante con sus propósitos: potenciar y dar a conocer la cultura islámica de las “famosa ciudad de las Tres Culturas”. “De la cristina, la judía y la musulmana la última era entonces la menos conocida y de la que menos se divulgaba pero las cosas han cambiado y hoy parece que es al revés”, afirma el presidente. Tulaytula, de hecho, se refiere al nombre que recibía la ciudad durante el periodo medieval islámico.

La importancia de Clara Delgado Valero

Cuando el colectivo decidió convocar unos premios honoríficos, apostó por el nombre de la investigadora ciudadrealeña Clara Delgado Valero. Se trata de un homenaje con carácter “honorífico” y sin cuantía económica destinado a reconocer la labor de quienes se “distinguen” por su dedicación, estudio, divulgación, conservación ó rehabilitación del patrimonio histórico-artístico de Toledo, con “especial” referencia al período Antiguo y Medieval.

Larriba relata que Delgado fue una profesora que estudió en Toledo a principios de los años 80' en lo que entonces se denominaba el Colegio Universitario de Toledo. “Revolucionó los estudios cuando se consideraba que todo estaba estudiado, pero ella con sus excavaciones demostró que todavía mucho por decir”, afirma el prsidente de Tulaytula. La investigadora también fue parte de la asociación y se convirtió en un aliado “muy importante”, incluso tras trasladarse a Madrid. Delgado murió a la temprana edad de 46 años como consecuencia de cáncer que se le detectó tarde.

Clara Delgado murió en 1998. Natural del pueblo ciudadrealeño de Ballesteros de Calatrava, la investigadora ha sido destacada entre sus pares por su dedicación a la Arqueología Medieval, en concreto del periodo Andalusí y, en concreto, a la ciudad de Toledo. “A Clara lo que verdaderamente siempre le interesó y le atrajo fue el Arte Islámico”, asegura el doctor Ricardo Izquierdo en su In Memoriam a la profesional.

Por su parte, la profesora María Teresa Pérez, de la Universidad Complutense de Madrid, despedía a la ciudadrealeña en su necrología de El País, afirmando que “todos perdemos” con su muerte, que implicaba la pérdida de “una de las personas que podríamos calificar de 'imprescindibles'”.

Entre los trabajos destacables de Valero se encuentra 'Toledo islámico: ciudad, arte e historia', publicado en 1987 y que se basó en su tesis. “Sigue siendo un libro de referencia, incluso cuando muchos de los datos se han superado a través de estudios que han ampliado los conocimientos”, afirma Larriba. El trabajo de Delgado sigue siendo un “referente internacional” en el periodo del Islam y es por eso que el premio de la asociación lleva su nombre. El premio “recoge los valores que defendió toda su vida, al estudio, la investigación, la divulgación y la puesta en valor de la historia”, concluye.

En la asociación participan cerca de un centenar de socios que son “fundamentalmente” de Toledo, pero que también vienen de todo el país. Son también ellos los encargados de proponer los candidatos a los premios, que forman parte de otras de las actividades que lleva a cabo el colectivo, como ciclos de conferencias. “No recibimos ningún tipo de ayuda y tampoco la pedimos. Funcionamos con nuestros propios medios”, aclara el presidente.

Este año el premio recayó en el cuerpo del Seprona de la Guardia Civil de Toledo, a propuesta de los socios y ratificado por la Junta Directiva. “Personalmente me llamó la atención porque en principio siempre se asocia más bien al medio ambiente, pero la labor que realiza esta patrulla en la protección del patrimonio arqueológico es muy desconocido”, aseguró Labarra. La asociación destaca que la importancia del trabajo de la Guardia Civil tiene que ver, sobre todo, con la protección del patrimonio arqueológico que está a campo abierto y que debe ser reivindicada por los propios investigadores y también por la sociedad.

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