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‘En el cole compostamos’, la pionera campaña en las aulas que convierte todos los restos de los comedores en abono orgánico

Alumnos de sexto vierten residuos orgánicos en el compostador.

Emilio J. Salazar

Elche —

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“Ahora los niños y niñas ya no dicen con aversión ‘esto es basura’, sino ‘esto es algo valioso’”, explica Fernando Sáez, responsable del comedor del CEIP Hispanidad de Elche donde, junto con el CEIP La Galia y el CEIP Princesa de Asturias, han logrado transformar el 100% de los restos generados en sus respectivos comedores en abono orgánico que se está utilizando en sus huertos escolares.

Se trata de la primera campaña de Margalló-Ecologistes en Acció, en coordinación con el departamento de Agroquímica de la Universidad Miguel Hernández (UMH), que se lleva a cabo en toda la Comunidad Valenciana. La primera edición, a modo experimental, comenzó el pasado mes de febrero cuando se le pidió al alumnado que llevara de casa materia orgánica, pero el confinamiento pospuso hasta el nuevo curso escolar su puesta en marcha. Mientras tanto, el profesorado ya había sido formado por el catedrático de Agroquímica, Raúl Moral, y el alumnado de quinto y sexto de primaria había aprendido las nociones teóricas.

Uno de los objetivos principales de esta campaña es concienciar de la gran cantidad de residuos que se generan en los comedores escolares, con el fin de desarrollar actitudes de consumo responsable y evitar el desperdicio de los alimentos. “Basándonos en los datos que hemos obtenido, sabemos que en un comedor escolar de un colegio-tipo de unas 18 unidades pueden generarse semanalmente más de 500 kilos de residuos orgánicos”, afirma Toni Verdú, miembro de Margalló y responsable de la campaña. “Eso implica que en un solo colegio pueden generarse más de 15 toneladas de residuos orgánicos anualmente, residuos que en la actualidad van a parar al vertedero”.

“Les concienciamos sobre la problemática de los residuos”, añade Sáez. “Les explicamos que el proceso de tirar la basura al contenedor tiene consecuencias medioambientales porque ésta acaba en un vertedero municipal que, al no funcionar correctamente, termina en la montaña, en la naturaleza”, asegura. Por eso, iniciativas como ésta, concreta Raúl Moral, “ponen el acento en la necesidad de diseñar un sistema de gestión integral de residuos orgánicos de grandes productores locales, como colegios, residencias de ancianos, mercados u hospitales, de cara a poder conseguir los objetivos marcados por las directrices europeas en materia de recuperación y reciclaje de residuos”.

“También son una herramienta perfecta para introducir el reciclaje de la materia orgánica en muchos hogares, obligatorio por la legislación vigente y que tendrá que implantarse en breve en Elche. Y una gran parte de esa materia orgánica podría procesarse en puntos de compostaje comunitario distribuidos por toda la ciudad, sin necesidad de trasladarlos a grandes plantas de tratamiento”. A este respecto, desde el colectivo ecologista Margalló sentencian que “los colegios necesitan más iniciativas de este tipo”, una apuesta que podría partir del Ayuntamiento o de la Conselleria y que pasaría por introducir la figura del educador medioambiental en las aulas.

Compostadores

Desde el pasado 9 de noviembre, el CEIP Hispanidad es un comedor 100% sostenible gracias al trabajo coordinado entre el colectivo ecologista y el departamento universitario, pero también gracias a la dirección del centro, que tomó la decisión de adherirse al proyecto, y la plantilla del comedor. Todos los restos biológicos sin excepción y no solo algunos, como se tenía entendido que funcionaba el proceso, se pueden compostar, dando como resultado “un compost mucho más enriquecido”. 

Y así vienen funcionando los niños y niñas que van al comedor, haciendo primero labores de reciclaje, separando materiales como el papel o el cartón y, organizados por grupos y turnos, acaban echando todos esos restos a cubos que acaban en las compostadores; “trabajamos diariamente el compostaje”, recuerda Fernando Sáez. En total, unos cuatro meses es el tiempo que tarda la basura en descomponerse para poder usarse en el huerto ecológico, “o se lo damos a los niños y niñas para que lo pongan en sus macetas de casa y enseñen a sus padres cómo reciclar residuos orgánicos”.

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