Cáritas València advierte del riesgo de aceptar y normalizar la pobreza y de no combatirla
“Corremos el riesgo de entender la pobreza como un hecho a aceptar y normalizar y no como una lacra a combatir, es lo peor que puede pasarnos”. Estas son palabras del director de Cáritas Diocesana de València, Ignacio Grande, en la presentación de la memoria institucional de 2021, en el que se ha señalado que durante el año pasado se atendieron a más de 48.000 personas.
Desde la entidad proponen “sembrar esperanza, ya que no podemos ser optimistas” y “abrir los ojos y el corazón ante el sufrimiento de las personas”. Tras analizar las acciones realizadas en 2021 y programas de acompañamiento de personas en la diócesis, Grande ha destacado como retos principales “promover políticas públicas relacionadas con vivienda y empleo; continuar trabajando en el ámbito de las rentas básicas y en políticas públicas de extranjería; potenciar las políticas para favorecer los cuidados: a mayores, menores, dependientes y enfermos; y crear comunidades parroquiales abiertas y fraternas”.
Entre los retos de cara al futuro, Ignacio Grande ha explicado que las administraciones públicas “tienen que garantizar el acceso a los derechos de las personas a las que acompañamos, que son derechos básicos como el empleo y la vivienda”.
Como ejemplos de políticas públicas, “son fundamentales las relacionadas el empleo digno y la vivienda: es necesario un aumento de parque público de vivienda social y más ayudas al alquiler, y la aplicación sin demora de la normativa ya existente respecto al empadronamiento”, sin olvidar que “hay cada vez más familias que no pueden pagar los suministros de gas y electricidad, de ahí la importancia de las moratorias de cortes”.
También piden desde Cáritas “continuar trabajando en el ámbito de las rentas básicas y en políticas públicas de extranjería, y fomentar las políticas para favorecer los cuidados de las personas y garantizar el bienestar físico y emocional para una vida digna, y para acompañar a los que sufren la enfermedad del siglo XXI que es la soledad no deseada”, ha añadido Grande.
Con la presentación de esta memoria finalizan los actos del 60 aniversario de la puesta en marcha de la entidad en la diócesis de Valencia, por eso el director ha agradecido “todo el apoyo recibido por parte de empresas, particulares y voluntarios que nos han acompañado durante todos estos años”.
Según ha explicado el obispo auxiliar, Arturo Ros, “los últimos años no han sido fáciles y Cáritas lo sabe bien”, y que . Tal y como ha explicado el obispo auxiliar, Arturo Ros, seguimos sufriendo una crisis social y económica seria y grave; hemos vivido una pandemia y sus consecuencias; también la guerra en Ucrania y la crisis humanitaria de los refugiados. Pero “frente a todas estas experiencias, se han engrandecido en el deseo de servicio y entrega y los programas de Cáritas, en todos los ámbitos, y hemos abierto las puertas de nuestras Cáritas parroquiales y de Cáritas Diocesana a todo el mundo, no hacemos distinciones nunca”.
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