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La estafa de Fraga por los 25 años de paz de Franco: petróleo en Burgos y otras mentiras de la propaganda

Fraga, a la derecha, saluda a Francisco Franco en 1966

Lucas Marco

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“El día que se digitalice toda la prensa de la época de la dictadura será una auténtica revolución de la imagen que nos aporta el franquismo”. Juan Antonio Ríos Carratalá, el catedrático de la Universidad de Alicante denunciado por un descendiente del alférez jurídico que participó en el proceso al poeta Miguel Hernández, vuelve a la carga con Petróleo, monjas y poetas. Otras historias de 1964 (Renacimiento, 2021), una divertida crónica de los supuestos 25 primeros años de paz del franquismo. 

Ríos Carratalá (Alicante, 1958) cierra así su trilogía sobre el franquismo rescatando patéticas y divertidas historias que retratan a la dictadura, cuando un ministro llamado Manuel Fraga Iribarne diseñó la estrategia de los XXV Años de Paz para pasar página de la etapa aislamiento y autarquía de la posguerra española. “Les vino muy bien la fecha, coincide con una fase distinta del franquismo en la que el desarrollismo estaba en marcha”, explica el autor a elDiario.es. “Yo lo recordaba de pequeño y es impresionante la cantidad de gente que participó, fue un éxito que coincidió con que la gente estaba contenta y le venía bien el relato de la paz, que sustituye al de la victoria”, agrega el historiador.

La idea de Fraga ha calado en la percepción del franquismo: “Esa es la imagen del franquismo que se ha quedado en el imaginario colectivo, los que tenemos sesenta y tantos recordamos eso de chavales”. El autor rescata los descabellados ingredientes de la propaganda franquista de la época, siempre jugosos. El “Texas español”, un yacimiento petrolífero localizado en Burgos, es una de las historias estelares del libro. “El No-Do y otros medios trasladaron el supuesto protagonismo del país que acaba de descubrir petróleo en su subsuelo a todos los espectadores. Lo hicieron semana tras semana, con la insistencia de la propaganda. Tras la pegadiza melodía de la presentación del noticiario, los españoles no solo creían tener el mundo a su alcance, sino que también imaginaban ser el centro de atención universal”, escribe Ríos Carratalá.

“Aquello vino pintiparado: 25 años de paz y encima descubrimos petróleo en España, ni el mejor guionista”, dice el autor entre risas. Ni que decir tiene que el yacimiento burgalés no libró a España de su dependencia energética. “La campaña de propaganda que se hizo fue impresionante”, asegura el autor, que ha repasado las hemerotecas de la época en las que se pintaba a Burgos como el “Oklahoma español”. “Los historiadores, a diferencia de los periodistas, vemos el globo cuando sube y cuando se cae al cabo del tiempo”, agrega.

Estafas, mentiras y propaganda

“El franquismo se mantenía a base de propaganda, cualquiera que contraste el discurso de la propaganda con la realidad enseguida se da cuenta hasta qué punto falsificaba la realidad”, explica el autor de Petróleo, monjas y poetas. Otras historias de 1964. Por descontado, en el contexto de la dictadura, “no había posibilidad de contrastar, era una propaganda bastante bien hecha y espectacular en cuanto a su dimensión”, apostilla Ríos Carratalá.

El desarrollismo propició el cambio de la percepción de España en el extranjero, con las playas como buque insignia. También dentro del país. “Encontró una población a la que le gustaba creerse esa propaganda, en aquella época la gente empieza a tener bienes de consumo y avanza la situación económica”, afirma el catedrático de la Universidad de Alicante, que también advierte: “Las mentiras, si la gente no quiere creérselas, no se las cree”. “Las estafas no se hacen nunca si el estafado no se deja estafar”, apostilla.

Juan Antonio Ríos Carratalá ha culminado su trilogía sobre la dictadura tras la publicación de Un franquismo con franquistas y De mentiras y franquistas, todos publicados por la editorial Renacimiento. Si algo caracteriza a las obras de este historiador es el rescate de hazañas peculiares, a veces incluso divertidas, que dan una imagen bien diferente del régimen franquista. Su método de trabajo se centra más bien en el repaso de las hemerotecas. “Me di cuenta cuando publiqué antes de esta trilogía, otra dedicada a la II República. Había dos repúblicas, la de los libros y la de los periódicos”, explica. “Por desgracia”, abunda el autor, “sólo una pequeña parte de la prensa del franquismo está digitalizada”. “El día que se digitalice toda la prensa de la época de la dictadura será una autentica revolución de la imagen que nos aporta el franquismo”, advierte.

“Sigo trabajando como siempre”

Tras ganar la demanda que le puso el hijo del alférez jurídico que participó en el proceso al poeta comunista Miguel Hernández, Ríos Carratalá asegura que no se ha visto condicionado por los vaivenes judiciales que ha sufrido en los últimos años. Un juez de Alicante avaló, en una contundente sentencia, la labor de investigación sobre la represión franquista del catedrático, aunque mientras se libra una batalla con Google en la Audiencia Nacional, el hijo del alférez jurídico Antonio Luis Baena Tocón también interpuso una demanda contra Ríos Carratalá, otros historiadores, instituciones académicas y periodistas en la que solicita 11,5 millones de euros por la presunta intromisión en el honor de su padre fallecido.  

“Estas demandas en última instancia lo que persiguen es que te calles y, si el objetivo era que me callara, sigo trabajando como siempre”, concluye el catedrático. 

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