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De Neutopía a Oceanic: Los megacentros fallidos previos a Puerto Mediterráneo de los que nunca más se supo

Así era el centro comercial Neutopía, con dos pistas de esquí cubiertas.

Carlos Navarro Castelló

El segundo intento de la compañía de capital británico Intu de sacar adelante el macrocomplejo comercial y de ocio Puerto Meditrráneo en unos terrenos de término municipal de Paterna (cerca de Kinépolis) ha vuelto a a poner sobre la mesa el debate sobre la conveniencia de apostar por el modelo de centros comerciales, un mercado que ha visto en València como se han presentado a bombo y platillo diversos proyectos similares de los que nunca más se supo.

El primero de ellos fue Neutopía, un complejo con dos pistas de esquí cubiertas junto a la nueva Fe. La promotora anunció la creación de 7.000 puestos de trabajajo y el inicio de obras en el año 2008, pero no llegaron a iniciarse.

Unos años más tarde, se anunció la Ciudad del Motor, junto al circuito de Cheste, en los terrenos donde se proyectó el frustrado Parque Ferrari. Las cifras ponían los pelos de punta: Tres millones de metros cuadrados, 10 millones de visitantes al año, 5.000 millones de euros de inversión y la creación de 40.000 puestos de trabajo.

El último centro comercial fallido fue Oceanic. Este proyecto fue presentado a bombo y platillo en diciembre de 2011 por la entonces alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, acompañada del arquitecto Ricardo Bofill, autor del diseño del edificio, y de representantes de Unibail-Rodamco, empresa promotora.

Esta gran superficie comercial preveía 200 tiendas y la creación de 3.500 empleos, 1.000 durante la obra y 2.500 después en los diferentes locales. Según los plazos ofrecidos entonces, las obras, que nunca se iniciaron, debían haber comenzado a principios de 2013 y ya deberían haber terminado.

Tensión entre Compromís y PSPV

Tras la negativa de la Conselleria de Obras Públicas a la ejecución del primer proyecto de Puerto Mediterráneo basándose en la memoria ambiental negativa elaborada por la Conselleria de Medio Ambiente, los promotores han presentado una nueva propuesta, supuestamente ajustada a las exigencias de la memoria ambiental, que contempla una cubierta verde para todo el complejo de 200.000 metros cuadrados, la más grande de Europa.

Como sucedió cuando se dio a conocer por primera vez el complejo, la conveniencia o no de este modelo ha vuelto a tensar las relaciones entre Compromís y el PSPV, que en el pacto del Botánico establecieron expresamente la defensa de un modelo de comercio tradicional

Así, en el Ayuntamiento de Paterna, donde se tramita la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para hacerlo posible, ha supuesto  la ruptura del pacto de gobierno entre ambos partidos y Paterna Sí Puede (la marca de Podemos en las municipales), al mostrarse partidarios del centro comercial los socialistas, con el alcalde Juan Antonio Sagredo a la cabeza.

En el Consell, las cosas no andan mucho mejor entre ambos socios. El director general de Comercio, Natxo Costa (Comrpomís), ya advirtió hace unos días que “no somos fans del modelo, pero si cumplen la norma lo primero es hacer cumplir la ley”.

Según comentó, el modelo de Puerto Mediterráneo “va en contra de los intereses de la mayoría de las pequeñas empresas valencianas, incluso de las grandes superficies ya implantadas”, dado que “el área metropolitana de Valencia tiene ya una sobresaturación comercial que impide que todos centros comerciales funcionen a pleno rendimiento” y la llegada de Intu “iría en detrimento” de otros.

También Verds-Equo, partido integrado en Compromís, advirtió de que planatría cara en el Consell a Puerto Mediterráneo.

Saturación del mercado de centros comerciales

Un estudio de Aguirre Newman (completo al final de esta información) referente a los años 2016 y 2017 concluye que en la provincia de València existe un exceso de superficie dedicada a esta modalidad.

Según el informe, la saturación comercial se mide como la superficie bruta alquilable (SBA) por cada mil habitantes.

El valor que se utiliza como 'regla de decisión' sitúa la densidad comercial óptima entre los 300 metros cuadrados y los 325 metros cuadrados de SBA por cada 1.000 habitantes. Así, se entiende que áreas geográficas con densidades comerciales comprendidas entre esos valores se encuentran en una situación teórica de equilibro, por encima en una situación de saturación y por debajo en una situación de recorrido con posibilidad de crecimiento.

Según el documento, la situación en España, a cierre del año 2016, muestra una densidad comercial en el entorno de los 334 metros cuadrados de SBA, lo que marca una situación teórica de saturación.

En el caso de la provincia de València, los valores de saturación son aún más elevados, mientras que en Alicante y Castellón existe margen de recorrido.

Así, València alcanza una densidad comercial de 409 metros cuadrados de SBA (superficie bruta alquilable), Alicante de 317 metros cuadrados de SBA y Castellón de 253.

Unos datos que parecen dar la razón a aquellos que opinan que la apertura de Puerto Mediterráneo, que prevé la creación de más de 5.000 empleos anuales directos y una edificabilidad de 375.000 metros (un 25% menos que el proyecto incial), podría suponer al mismo tiempo la pérdida de muchos empleos en otros centros comerciales cercanos, por una previsible pérdida de clientela.

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