La sonrisa de María José
Cual enigmática Mona Lisa valenciana, María José sonríe.
- ¿Y de qué se ríe esta mujer? ¡Pues no será de los niños en barracones!
- Calle, calle, Don Manuel, ¡usted siempre tan negativo!
- Pues ya me dirá, Don Fermín, si está la cosa para alegrías…
- Pero lea la noticia, hombre, que a lo mejor explica algo bueno.
- La consellera de Educación, María José Català, inaugura el nuevo Colegio Camarena de Canet d'En Berenguer.
- ¿Ve usted, hombre? Un nuevo colegio para nuestro pueblo es una buena noticia...
- Sí, sobre todo para sus dueños, a ese colegio privado el Ayuntamiento le regaló el suelo.
- Qué quiere que le diga, Don Manuel, mejor eso que un descampado para hacer botellones.
- Pues algo tiene que hacer la juventud para despejarse, con tanto paro y un futuro tan negro…
- ¡Y dale Perico al torno! Pues a su nieto mayor no le ha ido tan mal, ¿no? Terminó la carrera y se colocó en una empresa de lo suyo…
- ¡Qué se va a colocar! Estaba en prácticas, le pagaban 700 euros. En los papeles ponía que trabajaba ocho horas, pero salía de casa a las 7 de la mañana y no llegaba hasta las 7 de la tarde.
- Pues pararía para comer, digo yo.
- Sí, una hora, así que tenía de comer dentro de la empresa, y pagar el comedor de allí, porque no dejan llevarse fiambrera de fuera, y fichar en la maquinica cada vez que entraba y salía del comedor.
- Bueno, pero ahora ya habrá dejado de ser aprendiz y estará en condiciones, ¿no?
- Pues no, Don Fermín, cuando acabó las prácticas entró otro en su lugar.
- ¿Y entonces ya no está allí?
- No, ahora está en Inglaterra.
- Al menos tiene trabajo.
- Sí, de camarero.
- Bueno, hombre, ya pasará esta racha, verá como al nieto pequeño le va mejor.
- Pues no pinta bien, Don Fermín, no pinta bien…
- ¿Por qué dice eso?
- ¿Ve usted este bastón carcomido? Pues era o el bastón nuevo, o el libro de matemáticas y el de lengua del nieto. Como ya no hay becas de libros…
- ¿Pero todavía sigue su yerno en paro?
- ¡Y lo que te rondaré, morena!
- ¡Pero qué agorero es usted, Don Manuel!
- A ver, Don Fermín, con 52 años, ¡ya me dirá quien lo contrata!
- Tenga confianza, Dios proveerá.
- No, si ya está proveyendo… Muchos colegios católicos, como el Camarena este.
- ¡Qué caso de hombre, con usted no hay manera! ¡Habrá que cambiar de tema!
- …
- Hace mucho que no baja Don Matías a sentarse aquí en el banco…
- Desde que dejó de cobrar la ayuda a la dependencia, su hija se ha tenido que poner a limpiar casas también por las tardes, y ya no tiene quien le acompañe a dar el paseo. Ya sabe, como le dio el achuchón aquel, la hija no quiere que salga solo. Lo que le digo, Don Fermín, que está la cosa chunga…
- Pues usted pensará lo que quiera, Don Manuel, pero a pesar de lo mal que dice que está todo, la gente los sigue votando.
- … Pues por eso se ríe ésta, Don Fermín, por eso se ríe.