Sobre el pacto Compromís-Errejón: la estrategia antes que la táctica
El acuerdo entre Compromís y Más Madrid, el partido que ha impulsado Íñigo Errejón, dolió más en las redes sociales a algunos sectores que en las direcciones de los partidos afectados y/o perjudicados. Decenas, si no centenares de tuiteros, criticaron -e incluso insultaron- a dirigentes de la coalición valencianista por haber optado por esta alianza. El teléfono de la sede nacional situada en la plaza del Pilar de València no paró de recibir llamadas de personas indignadas y amenazantes. “Gente de Jaén nos decía que nunca más nos iba a votar”, contaba no sin cierta sorna un dirigente valencianista.
A Compromís le hubiera ido mucho mejor en las elecciones del 10N concurriendo con una candidatura junto a Unidas Podemos antes que con Más Madrid. Pablo Iglesias hizo a Mónica Oltra una oferta lo suficientemente generosa para que la coalición se hubiera garantizado tres escaños y hubiera tenido opciones de aspirar a más. Además, una vez configurado el grupo parlamentario, los valencianistas tenían libertad para salirse sin ningún problema y volver a liderar el Grupo Mixto. En Podemos no ponían problemas a este acuerdo.
Yendo a pelo con el partido de Errejón, a lo máximo que aspiran a día de hoy en Compromís, según las encuestas, es a tener dos diputados -uno por València y otro por Alicante- o incluso a quedarse con Joan Baldoví como único representante de la coalición. Dos escaños sería un éxito, tres un éxito casi imposible y que significaría que Errejón se dispara por encima de los 15 diputados y obtiene un grupo parlamentario propio.
Con los números previstos a día de hoy para el 10N, la táctica -método o sistema para ejecutar o conseguir algo- invitaba a la repetición del acuerdo con Podemos en una nueva coalición a la valenciana para una elecciones generales. Este gran frente amplio que sumó a Esquerra Unida granjeó a Pablo Iglesias el mejor resultado de su carrera y a Compromís le permitió obtener cuatro diputados valencianistas que, aunque muy cacareados, fueron más fruto de la aparición de la Mare-de-Déu que del respaldo electoral que el discurso de los valencianistas tiene en el escenario español.
La estrategia, que siempre es una mirada a largo plazo para tomar decisiones acertadas a corto, recomendaba el acuerdo con Íñigo Errejón. Porque sabiendo como sabían en Compromís que el fundador de Más Madrid iba a ir a por todas en las elecciones generales, no les quedaba otra opción que subirse al carro. Básicamente por dos motivos.
El primero consiste en pasar a la ofensiva: la coalición valencianista y ecologista necesita una marca en Madrid que le permita jugar en el debate español con garantías, pero que le dé a su vez suficiente libertad para romper la disciplina de voto o que asuma sin pestañear los intereses valencianos. De momento, dicen los de Mónica Oltra y Joan Baldoví tener por escrito que Errejón asume su programa. Veremos qué pasa cuando el Congreso empiece a andar. Con Podemos ya tienen experiencia y el matrimonio entre iguales no cuajó.
El segundo motivo es claramente defensivo. Compromís compite a cara de perro en la Comunitat Valenciana con Unidas Podemos. Los valencianistas barren a los de Pablo Iglesias en municipales y autonómicas y son barridos en generales y europeas. Un nuevo agente político en la izquierda valenciana -donde están la tercera y la quinta circunscripción con mayor censo en España- podría ser fatal para la coalición, sobre todo en Alicante.
Un acuerdo de no agresión con Más País o ser la voz de Errejón en la Comunitat Valenciana permite a Compromís fagocitar a un partido que donde se presente hará un siete en el caladero de votos de las fuerzas de izquierda ya constituidas. Los de Mónica Oltra ya lo hicieron con Equo, que forma parte de la coalición a través de Verds-Equo. El impacto de la nueva fuerza se verá en la circunscripción de Barcelona si los Comuns de Ada Colau se alinean con Iglesias y el político madrileño se lanza a la aventura catalana.
Las encuestas
Lo que vienen a decir las encuestas de los últimos meses es que en España hay espacio para tres fuerzas de izquierda. Lo hay para tres de derechas y lo demuestra la Comunitat Valenciana y su Gobierno del Botànico. Con PSPV-PSOE, Compromís y Podemos los votos y escaños repartidos a candidaturas de izquierda son mayores que si se hubieran presentado dos. Tuvieron 56 de los 99 escaños en 2015 y ahora disponen de la mayoría con 52. Los matices permiten sacar más voto de la abstención o votar con la nariz tapada a la opción menos mala.
Dirán los madrileños que en la Comunidad de Madrid y sobre todo en el Ayuntamiento de la capital de España la fragmentación perjudicó a la izquierda. También ha perjudicado a la derecha en España y nada apunta a pensar que habrá un reagrupamiento entre PP, Ciudadanos y Vox.
Las encuestas que ya incluyen el “efecto Íñigo Errejón” señalan que la suma de votos de PSOE, Unidas Podemos y Más País sería mayor que con las candidaturas de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias solo. De hecho, La Voz de Galicia daba este domingo una mayoría al tripartito de izquierdas sin necesidad de apoyos del PNV o de los partidos independentistas catalanes. Sería la “botanización” de la política española, en referencia al valenciano Pacto del Botánico entre tres fuerzas de izquierda: el PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem-EUPV.
El promedio de las últimos sondeos de opinión, tanto de medios conservadores como progresistas, revela la entrada con fuerza de Más País, por encima del 5% que en la Comunitat Valenciana o en Madrid superaría el 10%. Entre 8 y 19 escaños. Desvela también que el PSOE se estancará o bajará un poco y estará entre 120 y 130 diputados y que Unidas Podemos resistirá con unos cuarenta diputados.
Sean exvotantes de Podemos, del PSOE o posibles abstencionistas, lo que vienen a decir las encuestas es que la candidatura de Más País aportará escaños a una coalición de izquierdas. Más o menos lo que la irrupción de Podemos provocó en la Comunitat Valenciana en 2015.
Para el resto de España
Para los que dudan que Más País y Unidas Podemos pudieran estar juntos en un Gobierno, volvemos a Valencia. En estos momentos, en el Pacte del Botànic comparten Gobierno Esquerra Unida (EUPV) y Compromís, una coalición que nació de la suma entre el Bloc e Iniciativa del Poble Valencià, una escisión de EUPV. Pese al dramatismo de aquella ruptura que lideró Mónica Oltra, las relaciones entre la vicepresidenta y sus socios postcomunistas de Ejecutivo son inmejorables.
Y con el tiempo se verá. Siempre se entenderán mejor políticamente, aunque sean de partidos diferentes, entre Errejón e Iglesias que con Pedro Sánchez. Solo tendrán que apartar sus rencillas personales. En la Comunitat Valenciana han podido.