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El acusado de la muerte de Marta Calvo lo niega todo: “Las ciencias forenses no sé hasta qué punto son exactas”

Jorge Ignacio Palma junto a su abogada, María Herrera, durante el juicio por el asesinato de Marta Calvo.

Lucas Marco

València —

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Jorge Ignacio Palma, el acusado por las muertes de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, ha negado en el juicio ante el tribunal del jurado que matara a las tres mujeres prostituidas a consecuencia de la introducción de “bolas” o “rocas” de cocaína en la vagina o el ano. El hombre, con antecedentes penales por narcotráfico en España e Italia, ha reconocido que contrataba mujeres prostituidas para hacer “fiestas blancas”, aunque ha matizado que se trataba de un consumo voluntario. Palma sólo ha respondido las preguntas de su letrada, María Herrera, y ha declarado que se deshizo del cuerpo de Marta Calvo por miedo a que su madre o sus vecinos lo descubrieran. 

El día de su cumpleaños, ha declarado, tuvo la “desafortunada idea” de contratar a Marta Calvo mediante una aplicación de contactos. El acusado sostiene que la mujer, cuyo cuerpo continúa desaparecido, no se sentía bien. Palma ha declarado que la joven le dijo que se iba a duchar, que se acostaron y que al despertarse no tenía pulso y “no respiraba”. Sin embargo, a preguntas de su letrada, ha asegurado que ni la mató ni tuvo intención de matarla. 

No llamó a los servicios de emergencia o a la policía: “Se me venía el mundo y yo lo que pienso es en suicidarme”. “Lo único que quería era pasar un buen rato y mira lo que me encuentro”, ha lamentado. En un “acto de egoísmo”, ha abundado Palma, no acabó suicidándose. A la familia de Marta Calvo ha pedido perdón por la desaparición del cuerpo (aunque no se ha referido a las otras dos víctimas anteriores y siempre se ha referido a su presunta víctima como “la chica”). 

“Hice algo terrible, la saqué de casa de esa forma”, ha remachado, aunque ha mantenido que no mató a Marta Calvo. Incluso se ha permitido dudar de la investigación policial y de los informes periciales. “Las ciencias forenses no sé hasta que punto son exactas”, ha añadido. 

El hombre ha asegurado que es “creyente” y que considera la sexualidad “casi sagrada”. Palma ha descrito su afición a los “burdeles” y al consumo de cocaína (ha negado que fuera narcotraficante a pesar de que contaba con importantes cantidades de cocaína de extraordinaria pureza, tal como confirmó un. testigo perito de la Policía Nacional). El acusado ha citado a las víctimas (“que en paz descanse, Dios mío”, ha apostillado) y ha asegurado que no cuenta con nóminas porque no tenía permiso de residencia y trabajaba de pintor, en la hostelería o recogiendo frutas. Ha limitado su posesión de cocaína, únicamente para su uso recreativo, a “medio gramo o un gramo”. 

En varios momentos ha medio sollozado. La madre de Marta Calvo, presente durante todas las sesiones del juicio entre el público situado en la Sala Tirant lo Blanch de la Ciudad de la Justicia de Valencia, ha espetado en repetidas ocasiones que lo que declaraba el acusado era mentira. El hombre también ha declarado que solicitaba una “fiesta blanca” en el “40%” de los servicios de prostitución que abonaba. Palma ha dicho que no inventó la fiesta blanca: “Cuando yo llegué a España estaba ahí”. Sólo ha reconocido un “uso como erógeno” de la coca (“la pongo en un pecho para yo consumirla”). 

Durante las últimas sesiones del juicio, el turbio submundo de los consumidores de cocaína y de prostitución en Valencia ha aflorado, con la declaración como testigos de supuestos clientes de Palma y del “taxista” que llevaba estupefacientes o bebidas alcohólicas a mujeres prostituidas, entre ellas Marta Calvo. 

El acusado se enfrenta a una petición de pena de 130 años de prisión por 11 delitos de abuso sexual —tres de ellos como medio necesario para un delito de homicidio y siete para un delito de lesiones— y un delito contra la salud pública por la muerte de las tres mujeres y haberlo intentado con otras ocho más. El Ministerio Fiscal considera que concurre la circunstancia agravante de género para los delitos de abuso sexual y los tres homicidios. Los padres de Marta Calvo y las demás víctimas, que ejercen la acusación particular, solicitan la prisión permanente revisable.

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