Juicio por la muerte de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas: un “feminicidio” de mujeres vulnerables
Un “feminicidio”. Así ha resumido el penalista Juan Carlos Navarro la muerte de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas a manos de Jorge Ignacio P. J., sentado este lunes en el banquillo de los acusados en la primera sesión del juicio con un jurado popular conformado por siete mujeres y dos hombres. El acusado se enfrenta a una petición de pena de 130 años de prisión por 11 delitos de abuso sexual —tres de ellos como medio necesario para un delito de homicidio y siete para un delito de lesiones— y un delito contra la salud pública por la muerte de las tres mujeres y haberlo intentado con otras ocho más. El Ministerio Fiscal considera que concurre la circunstancia agravante de género para los delitos de abuso sexual y los tres homicidios. Los padres de Marta Calvo y las demás víctimas, que ejercen la acusación particular, han solicitado la prisión permanente revisable.
La abogada Pilar Jové se ha referido al “modus operandi” que usaba Jorge Ignacio P. J. con todas sus víctimas: “Introducía cocaína en los genitales de estas chicas sin su consentimiento, muchas veces a traición”. Su última víctima fue la joven Marta Calvo, desaparecida hace más de dos años en la localidad valenciana de Manuel tras mantener relaciones sexuales con el acusado. La progenitora de la joven, definida por la fiscal Socorro Zaragozá como una “madre coraje”, acudió al lugar donde la geolocalización del móvil de su hija indicaba que se encontraba y se topó con el acusado.
Tras darse a la fuga, los investigadores detectaron que Jorge Ignacio P. J., condenado anteriormente por tráfico de drogas en España e Italia, estaba relacionado con otras “fiestas blancas” (actos sexuales con cocaína) con varias prostitutas, entre ellas Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas (madre de dos hijas), fallecidas ambas tras haber mantenido relaciones con el acusado.
“Se dedicaba a comprar y vender pero, además, tenía en su poder una cocaína con una pureza que no se encuentra en el mercado normal; sólo la pueden conseguir las grandes mafias”, ha señalado la fiscal. La madre de Marta Calvo, presente en la vista oral del juicio, denunció la desaparición de su hija y propició así que las pesquisas determinaran que el acusado había matado a dos mujeres prostituidas introduciéndoles cocaína en sus órganos genitales. “Estamos todos aquí gracias a una madre coraje a la que le desaparece su hija, sabe dónde ha desaparecido y pelea y denuncia desde el primer momento ante la Guardia Civil”, ha remachado la representante del Ministerio Público.
La fiscal ha recordado que, según los informes de los médico forenses, el acusado ha mantenido “frialdad cuando cuenta el descuartizamiento”. “No está arrepentido ni deprimido, lo único que le preocupa es que no le hagan nada en prisión”, ha defendido. La fiscal ha destacado la valentía de las ocho mujeres que sobrevivieron a los encuentros con el acusado y que comparecerán como testigos en el juicio.
El letrado Juan Carlos Navarro ha dicho que gracias a la madre de Marta Calvo y a la “extraordinaria investigación” de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia, “hemos ido retrotrayéndonos en el tiempo y encontrándonos con el testimonio de ocho mujeres y con las pruebas de otras dos que también fallecieron”.
El abogado ha definido los hechos como un “feminicidio invisible”. “Ese es el juego en el que entraba este señor, contactaba con ellas mediante páginas web, utilizaba un nombre falso y diferentes números de móvil y, como acceden a venderse, hago lo que quiero con ellas”, ha afirmado en referencia a Jorge Ignacio P. J.
La letrada que representa a la madre de Marta Calvo ha mostrado una fotografía de la joven y ha señalado que “no hay duda” de que está muerta, “pero no descansa en paz porque está en algún sitio que sólo esta persona sabe”, en referencia al acusado, que tuvo 21 días de fuga para “preparar su versión”. La representación letrada de la familia sostiene que la versión del descuartizamiento “no se sostiene” y destaca el “perfil homicida” del acusado.
El balance del periodo de 15 meses de las fiestas blancas de Jorge Ignacio P. J. (desde verano de 2018 hasta el 7 de noviembre de 2019, fecha de la desaparición de Marta Calvo) lo ha resumido la abogada Pilar Jové: “Tres mujeres muertas, ocho que están vivas y muchas más que no quisieron denunciar por circunstancias personales”.
Las víctimas, “todas mujeres vulnerables”
La abogada Isabel Garricondo, que representa a una de las ocho supervivientes, ha destacado que todas las víctimas eran “mujeres vulnerables”, además de sus “testimonios escalofriantes”. “Ninguna de las víctimas autorizó a que les introdujese bolas de cocaína pura, elegía mujeres como quien juega a la ruleta rusa y llevaba la fiesta blanca hasta dónde a él le parecía bien”, ha dicho la letrada, quien ha insistido en que “no era mantener relaciones sexuales lo que buscaba, era drogarlas y verlas agonizar”.
La defensa del acusado, que ejerce la abogada María Herrera, sostiene que Jorge Ignacio P. J. no cometió ningún hecho delictivo porque todas las relaciones que mantuvo con las víctimas habrían sido consentidas. “No ha abusado sexualmente de nadie, las señoritas que estaban con él accedieron todas a tener relaciones sexuales con fiesta blanca”, ha afirmado.
Además, también ha señalado que el acusado no tenía “ni un solo gramo de cocaína” y ha lamentado que “por desgracia no ha aparecido el cuerpo de Marta”. “Mi cliente no ha matado a nadie ni ha tenido intención de matar”, ha concluido.
El juicio, con una gran expectación mediática, se prolongará hasta el próximo 15 de julio.
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