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La mujer asesinada por violencia machista en Elda había presentado cuatro denuncias contra su agresor

Concentración en Elda por la última víctima de violencia machista

Toni Cuquerella

El asesino de la última víctima de la violencia machista en Elda (Alicante) había sido denunciado hasta en cuatro ocasiones desde 2014 por su pareja. Sin embargo, la puesta en libertad del agresor después de ser denunciado por última vez y detenido por quebrantamiento de medidas derivó unos días después en el asesinato de la joven de 28 años. Las denuncias contra el maltratador no sirvieron.

La primera de ellas la interpuso en septiembre de 2014 cuando Jéssyca B. lo denunció por agresiones. El asesino, Imanol C., quedó absuelto porque la víctima se negó a declarar ante el juez. Es decir, se acogió a la dispensa recogida en el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Según datos del Consejo General del Poder Judicial, un 10,5% de las denunciantes renunció en el segundo trimestre del año a seguir con el proceso.

Esta cifra ha llevado a las organizaciones que trabajan con víctimas de violencia machista a pedir un esfuerzo a los operadores jurídicos para reducir la hostilidad del proceso. Además, piden que no se culpe a la víctima por su renuncia, se ponga el foco en el sistema y se investigue más allá del testimonio de la mujer.

Según varios estudios, los factores por los que una víctima se acoge a la dispensa son diversos: sociodemográficos, la frustración de las mujeres según las expectativas que habían puesto en el sistema, el hecho de que tengan o no contacto con el agresor, la naturaleza de la decisión o la insuficiencia de recursos de apoyo psicológico y acompañamiento.

Dos años después de esta primera denuncia, en 2016, el agresor volvió a ser denunciado por lesiones en el ámbito familiar. Esta vez él reconoció los hechos, lo que le valió una reducción de la pena en un tercio, quedando finalmente en una pena de 40 días de trabajos por la comunidad, prohibición de usar armas por dos años, y prohibición de acercarse a su pareja durante ocho meses.

La agresión supuso la separación definitiva de la pareja y la implantación de un régimen de custodia compartida del hijo (que ahora tiene cuatro años) y que se realizaba a través de una tercera persona.

Con esta separación de la pareja que vivía en Elda, la víctima volvió a su localidad de origen, Monforte del Cid, y empezó a trabajar en el bar propiedad de su padre. Precisamente fue a este bar donde la semana pasada, el 2 de noviembre, Imanol C. se acercó para ver a Jéssyca B. y con quien discutió llegando a proferirle amenazas de muerte.

El mismo día la mujer interpuso la tercera denuncia en el Juzgado nº3 de Novelda y la detención del agresor. Inmediatamente se impusieron como medidas cautelares contra el hombre una orden de alejamiento a más de 300 metros y la prohibición de comunicarse con su expareja, medidas pedidas por la víctima y la Fiscalía. Además se señaló fecha para juicio rápido para una semana después, es decir, para este jueves 9 de noviembre.

Después de que Imanol C. la llamase por teléfono los días 5 y 6 de noviembre quebrantando las medidas cautelares interpuestas por el juez, Jéssyca B. presentó la cuarta y última denuncia. Esto supuso el arresto de su expareja por la policía por quebranto de las medidas, pero acabó siendo puesto en libertad.

El día siguiente, el miércoles 8, la mujer fue asesinada por su agresor, Imanol C. en el colegio donde fue a recoger al hijo que tenían en común. Los disparos la dejaron en coma durante 24 horas hasta que la familia aceptó la donación de sus órganos y su fallecimiento este jueves por la tarde. El asesino se suicidó cogiendo el coche de la víctima y chocando contra un muro a gran velocidad. El juicio rápido que tenía que producirse el día siguiente llegó demasiado tarde.

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