La historia en vivo: De las guerras púnicas a las batallas Napoleónicas
En octubre de 2013, coincidiendo con el bicentenario de uno de los combates más importantes de las guerras napoleónicas, más de 7.000 personas perfectamente uniformados provenientes de toda Europa recreaban en la ciudad alemana de Leipzig la conocida como 'batalla de las Naciones', que en 1813 enfrentó a más de medio millón de combatientes entre franceses y tropas aliadas (prusianos, rusos, británicos, suecos, austríacos...). Entre los participantes en esa recreación se encontraba un grupo de valencianos, pertenecientes a la asociación Amigos del Museo Histórico de Valencia, ataviados con el uniforme negro de la unidad de infantería inglesa Brunswick Old Jaggers.
Javier Planells es el presidente de este colectivo valenciano fundado hace dos décadas y que cuenta entre sus miembros a más de 200 asociados -aunque no todos ellos participan en recreaciones históricas-. Precisamente, desde hace una década las recreaciones forman parte de su calendario de actividades, ya correspondan éstas a época romana, visigoda, napoleónica o, más próxima en el tiempo, ambientadas en la Segunda Guerra Mundial: “Lo único que hemos decidido no tocar es la Guerra Civil”, explican. “No todos participamos en todas las recreaciones”, puntualiza Planells, quien aclara que es económicamente muy costoso disponer de diversas uniformidades.
En total, en el colectivo disponen de hasta una veintena de uniformidades completas diferentes, siendo las más antiguas correspondientes a la época íbera, de tiempos de la fundación de Valencia. “No hablamos de disfraces, sino de vestimentas elaboradas con un rigor histórico absoluto -en determinados casos incluso con algunos elementos originales-, realizadas tras meses de investigación y que son muy costosas”, puntualiza Planells.
Así, por poner algunos ejemplos, el uniforme completo de un fusilero de época napoleónica puede tener un coste próximo a los 2.000 euros mientras que el de un legionario romano de época imperial ronda los 3.000 euros. “Yo tengo una chaqueta de general de Napoleón que me costó 1.800 euros y un uniforme de paracaidista británico de la Segunda Guerra Mundial, que es original al 90%, valorado entre 7.000 y 8.000 euros”, confiesa Planells, quien también posee entre sus joyas más preciadas una chaqueta de oficial de la Luftwaffe alemana correspondiente a la II Guerra Mundial o dos prendas originales de militares españoles de la Guerra de Cuba: “En total tengo 27 uniformidades diferentes completas más accesorios, así como una motocicleta con sidecar de la Segunda Guerra Mundial -un compañero tiene un jeep-, y habría que añadir los uniformes de mi mujer y mi hija, que también participan en recreaciones”.
Sin embargo, el objeto más preciado de los Amigos del Museo Militar de Valencia es, sin duda alguna, un cañón Gribeauval de 4 libras de largo, una réplica exacta a escala real -con capacidad de hacer fuego- del cañón más emblemático utilizado por las tropas francesas en la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. La pieza de artillería, que ha desfilado por diferentes recreaciones en España, fue elaborada por la empresa especializada argentina South American Cannon Company, que ha construido numerosas réplicas de cañones tanto para museos como para otros grupos de recreación -sobre todo relacionados con la Guerra de Secesión norteamericana-.
A Javier, su pasión le viene de cuando era niño: “Empecé pintando soldaditos”, mientras que su hija participa en las recreaciones desde que tenía once años, como tambor. Y en estos años, son numerosas las anécdotas que han vivido: “Evidentemente, llamas la atención cuando estás en un sitio vestido de otra época o entras en un supermercado uniformado y armado hasta los dientes”, relata.
Unos 40 eventos en un año
Los miembros del colectivo han podido participar algunos años en más de cuarenta eventos de diversa índole, desde homenajes a héroes hasta la rememoración de la fundación de Valencia, pasando por épocas como la romana, visigótica, medieval, el siglo XVI con los tercios de Flandes, el siglo XVIII con referencias como la batalla de Almansa, las guerras napoleónicas, las guerras carlistas, la guerra de Cuba, la II Guerra Mundial... “Hemos recorrido España de arriba a abajo para participar en diferentes citas y también hemos estado en recreaciones realizadas en países como Portugal, Italia, Francia, Holanda, Inglaterra o Alemania”, relata el presidente de los 'Amigos del Museo Militar de Valencia.
Precisamente, las citas celebradas en Leipzig o Waterloo -con la presencia de 142 participantes españoles, 22 de ellos del colectivo valenciano- se encuentran entre las que recuerdan con más cariño por la magnitud de la recreación, a la altura de las que se celebran en Estados Unidos, donde para representar el 150 aniversario de la batalla de Gettysburg (durante la Guerra de Secesión) se reunieron alrededor de 10.000 personas.
En los últimos años, Javier reconoce que en España se empiezan a hacer buenas recreaciones, como en Lerma (Burgos), Madrid o Zaragoza. No obstante, todavía existe demasiada disparidad entre uniformidades: “Es difícil, porque la mayoría son asociaciones o grupos muy pequeños, por lo que existe mucha disparidad en las vestimentas, aunque sean de la misma época”.
La próxima cita para este singular colectivo tendrá lugar los días 20 y 21 de mayo, cuando se celebre en el Museo Histórico Militar de Valencia, ubicado en el acuartelamiento de San Juan de Ribera, el 'Museo Vivo'. Participarán más de un centenar de recreadores, además de diferentes vehículos históricos y tendrán lugar diversas actividades para repasar los últimos 2.500 años de historia militar.