Ximo Puig y Mónica Oltra practican los viajes oficiales 'low cost'
Fue Alberto Fabra quien introdujo la idea de que los cargos públicos de la Generalitat viajasen en clase turista o en vuelos low cost, aunque después él mismo hizo malabarismos para evitar que trascendiera lo que costó su propio viaje sorpresa a París para asistir a la final del torneo de Rolland Garros en 2013, en la que jugaba el tenista valenciano David Ferrer.
Quedan lejos los tiempos en los que Francisco Camps realizaba decenas de viajes al extranjero, presa de la fiebre de los grandes eventos, que le llevaron de Londres a Dubai. Aquellos tiempos en los que la alcaldesa de Valencia Rita Barberá gastaba en una noche 771 euros por una suite en Florencia o alquilaba en Londres un coche con conductor que costaba 4.900 euros, o en los que el conseller de Hacienda Gerardo Camps firmaba gastos en restaurantes de más de 100.000 euros anuales.
La austeridad que el mismo PP valenciano se vio obligado a proclamar en la etapa final de Fabra tras varios lustros de excesos y la transparencia a la que ha dado prioridad la nueva mayoría de izquierdas se plasman ahora en el hecho de que los cargos públicos valencianos -viajen en clase turista y en vuelos low cost o lo hagan en otras modalidades- han adaptado sus desplazamientos a criterios sostenibles de sobriedad.
El presidente del Consell, el socialista Ximo Puig, por ejemplo, ha gastado, de acuerdo con los datos del portal de transparencia de la Generalitat, 10.220 euros en viajes desde que tomó posesión, hace poco más de un año. Su desplazamiento a Bruselas en octubre de 2015 con varios miembros de su equipo ha sido el más caro, ya que costó 1.671 euros. Le siguen el que hizo a Nueva York en esos mismos días, con un coste de 1.245 euros (el desplazamiento fue a cargo de la Agencia Valenciana de Turismo y Presidencia cargó con la invitación a una decena de profesionales valencianos en la ciudad norteamericana y otros gastos) y el del pasado febrero a Berlín, que tuvo un coste de 953 euros.
Los 18 viajes del presidente que recoge el portal Generalitat Oberta, en su mayoría dentro del territorio español, han supuesto un coste medio de 567 euros por desplazamiento. Cifra ligeramente superior a la de la vicepresidenta Mónica Oltra, de Compromís, que ha realizado 12 viajes con un coste total de 6.500 euros, lo que arroja una media de 541 euros.
La expedición de la vicepresidenta a las islas de Leros y Mytilene, en Grecia, con cinco personas de su equipo, el pasado febrero, para constatar la situación de los refugiados tuvo un coste de 2.477 euros. Y su viaje de cuatro días al estado federado de Sajonia-Anhalt, en Alemania, en septiembre de 2015 costó 1.046 euros.
Oltra se ve superada por el conseller de Economía Sostenible, Rafael Climent, el miembro del Consell que, por sus competencias en comercio exterior, puede justificar mejor sus desplazamientos al extranjero, aunque no los ha prodigado. Según el portal de transparencia, Climent ha gastado desde que llegó a la conselleria 7.135 euros en nueve viajes, lo que arroja una media de 792,8 euros. El más caro, con diferencia, fue el que efectuó a pocos días de tomar posesión, en julio de 2015, a Singapur en companía de su directora general. Duró seis días y costó 2.979 euros.
