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València alerta de un incremento de salinidad en la Albufera por la falta de agua del Júcar, el efecto barrera del Puerto y el cambio climático

Una de las motas que protegen los arrozales de la Albufera.

Carlos Navarro Castelló

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“La ausencia de aportaciones de agua del río Júcar en las últimas cuatro décadas, junto a la la reducción de las playas del sur y del sistema dunar por la falta de sedimentos del río Turia y del efecto barrera del Puerto de València, unido al aumento del nivel del mar y a las fuertes tormentas como consecuencia del cambio climático han generado el cóctel perfecto para causar un fenómeno de salinización en la Albufera que a la largo plazo puede poner en riesgo los cultivos de arroz”.

Así de preocupado se muestra el vicealcalde de València y concejal de Conservació d'Àrees Naturals i Devesa-Albufera, Sergi Campillo, ante la situación que atraviesa el Parque Natural, que pese a no ser nueva, se viene agravando con el paso del tiempo como consecuencia de los factores descritos.

De hecho, el informe 'Salinización de suelos en zonas húmedas: el caso de la Albufera de València' elaborado en 2015 por Héctor Moreno-Ramón y Sara Ibáñez-Asensio, de la Universidad Politécnica, ya alertaba de este proceso, sobre todo en la zona norte del lago, la mas alejada de las aportaciones del Júcar y que por tanto solo recibe agua de la depuradora de Pinedo, así como en la restinga arenosa por la influencia de las aguas marinas.

El estudio concluye que los suelos de la Albufera de Valencia se encuentran salinizados por efecto de la intrusión marina, que la lámina de agua permanente presente en el humedal es primordial para desplazar la capa freática salina hacia posiciones más profundas, evitando la salinización de la superficie del suelo y por tanto la imposibilidad de cultivar arroz de forma rentable, y que el verano es el periodo de mayor riesgo de salinización.

Según recoge este documento, los propios agricultores advierten de que si no se toman medidas en un plazo de 30 años el exceso de salinidad del suelo hará inviable el cultivo de arroz.

Campillo comenta que las soluciones para corregir esta situación pasan por que el Estado acometa de una vez la regeneración de las playas y las dunas del Parque Natural y por el incremento de aportaciones del río Júcar, derivado de los ahorros logrados por las obras de modernización de la Acequia Real del Júcar, algo que está reconocido legalmente.

“Hasta principios de los años 80 entraban 350 hectómetros de agua del Júcar al lago, pero la sobreexplotación del río hizo que se fuera perdiendo ese caudal; actualmente el Ayuntamiento entiende, y así lo ha exigido, que el lago necesita un aporte anual mínimo de 70 hectómetros que se pueden obtener de los mencionados ahorros; de hecho, han empezado a llegar pequeñas aportaciones por esta vía”, explica.

En concreto, el uso ambiental de estos caudales en l’Albufera se inició en el año hidrológico 2017-2018 con una modesta aportación de 2 hectómetros cúbicos que se ha incrementado paulatinamente a medida que se transformaban a riego por goteo nuevos sectores. Para la presente temporada se ha calculado el excedente derivado de la superficie modernizada desde 2011 en 12,36 hectómetros cúbicos.

Pese a todo, la realidad es que después de 20 años todavía quedan pendientes de ejecutar 23 de los 45 sectores de goteo previstos en el ámbito de la Acequia Real del Júcar.

Precisamente, Campillo avanza que en el pleno municipal de este mes se presentará una moción que ha logrado el aval de todos los grupos políticos en el que se expresa al Ministerio de Transición Ecológica y a la Conselleria de Emergencia Climática su apoyo a la ejecución de las actuaciones necesarias para finalizar la modernización de los sectores pendientes de la Acequia Real del Júcar y que las mismas se incluyan dentro del Plan de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea actualmente en desarrollo.

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