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Mi gato me ataca: ¿por qué ocurre?

Foto: International Cat Care

Eva San Martín

Hay gatos que están estresados. Si tu minino te araña, muerde o prepara emboscadas para atacar tus tobillos cuando menos te lo esperas, constituye un candidato serio a entrar en este grupo. No es extraño que enfermedades como la cistitis y las dermatitis felinas resulten cada vez más frecuentes en las consultas veterinarias. El problema: a veces nos cuesta entender que los gatos son gatos. Y les exigimos demasiado.

Fobias, ansiedad y estallidos de agresividad ya no son desórdenes emocionales exclusivos de los humanos: cada vez resultan más frecuentes en nuestros animales. Por desgracia, no podemos tumbar al gato en un diván y preguntarle por sus miedos. Pero sí podemos aprender más acerca de sus comportamientos naturales y necesidades emocionales y físicas. Y en este caso, entender por qué el gato a veces nos saca las uñas y hasta los dientes.

¿Es normal que mi gato saque las uñas?

Sí y no. Por un lado, la respuesta agresiva, en forma de arañazo, mordisco o bufido, constituye un comportamiento natural en un gatocomportamiento natural en un gato (y también en un perro), heredado de su ancestro salvaje, el felino norteafricano Felis lybica, un cazador solitario de un tamaño similar al del minino que duerme en nuestro sofá. Es fácil de comprender: si vives fuera y dependes de ti mismo para sobrevivir, comer y protegerte de otros depredadores, necesitas sacar las uñas de tanto en tanto.

Por otra parte, las agresiones contra humanos resultan extrañas, y solo constituyen el 9% de las consultas con un expertoel 9% de las consultas titulado en comportamiento felino, según un estudio realizado de 2012 en Reino Unido. Si un gato nos muerde, fufa o nos araña con frecuencia, hay que entender que, en general, se trata de una respuesta a un estado emocional negativo: algo va mal (o muy mal) en su mundo.

Estos son algunos de los escenarios que explican por qué los gatos nos muerden o arañan:

1. Mi gato me ataca, ¿se encuentra bien?

Antes de nada: como con cualquier otro problema de comportamiento felino, si tu gato se muestra agresivo es importante que lo examine el veterinario. Existen un buen puñado de motivos de salud que pueden explicar que tu gato te muerda. Por ejemplo, un minino que sufre dolor tendrá su nivel de tolerancia muy bajo, y sacará con mayor facilidad las uñas. Si no existe motivo médico, merece la pena pedir consulta con un experto en comportamiento felino titulado para explorar los motivos y encontrar qué es lo que va mal en su mundo.

2. El gato me araña durante el juego, ¿qué hago?

Las peleas forman parte de los juegos normales entre cachorros, con mordiscos y arañazos de bastante intensidad. Estas trifulcas conforman parte de su aprendizaje natural, y paran de forma instintiva cuando se vuelven demasiado violentas o duras: de este modo, los cachorros aprenden a inhibirse o a controlar sus dentelladas.

Por desgracia, muchos humanos imitan estos juegos con sus gatos, y utilizan las manos. El problema: están reforzando que los mininos crezcan mordiendo y arañando las manos. Hay más: este comportamiento no tarda en extenderse a los pies descalzos. ¿Aún te extraña que tu minino se abalance sobre las manos y pies cuando tiene oportunidad? Es justo lo que ha aprendido.

Vivir en un entorno poco gatificado, aburrido desde el punto de vista felino y no adaptado a sus necesidades, tampoco ayuda. Solución: tu cuerpo, lo que incluye tus manos y dedos, no debe formar parte de los juegos con tu minino. Por el contrario: utiliza juguetes tipo caña de pescar, que están atados a una cuerda y un palo para separar tu cuerpo de los objetivos de juego del minino.

3. ¿Por qué el gato me muerde cuando lo acaricio?

Los gatos no son perros. Y su tolerancia a las caricias tampoco resulta la misma. De hecho, acariciar al gatete durante demasiado tiempo o con mucha intensidad sobreestimulará su extremadamente sensible piel. Aunque la mayoría de los gatos disfrutan de las caricias humanas, prefieren los contactos suaves y a intervalos cortos. Así, evita las sesiones machaconas de caricias humanas, que bien pueden causar frustración en tu amigo, y acabar en un mordisco.

Aun así, el bocado resulta casi siempre una respuesta a la desesperada. Antes habrá dejado de ronronear, su cola se moverá de un lado a otro, estará muy rígido y puede que incluso haya verbalizado su hartazgo con un maullido o un ligero bufido. Si dejas de acariciarlo en ese momento, evitarás la dentellada.

4. Mi gato me ataca cuando me acerco

Los gatos utilizan su respuesta agresiva también para defenderse. Es decir: por puro miedo. De hecho, forma parte de la estrategia de supervivencia instintiva que despliega en situaciones donde se siente vulnerable o en peligro. Así, muchos gatos privados de una socialización temprana con humanos durante su etapa de cachorros conservan de adultos el miedo a las interacciones con personas.

De nuevo, nos dirá que tiene miedo con un elocuente despliegue de señales felinas, como pelo erizado, rigidez o una postura lateral. El problema: si no sabes leer estas señales, o las ignoras, el minino se sentirá forzado a recurrir a sus dientes y uñas para escapar. Otras veces, el miedo puede proceder del exterior.

Por ejemplo, de ver por la ventana a un gato no amigo, una situación que crea una respuesta emocional muy intensa. Si intentamos calmar a nuestro amigo y lo tocamos, podemos ser víctimas de una agresión redirigida. Solución: permite siempre que tu minino escape y proporciónale espacios seguros en casa. Para un gato, una simple caja de cartón puede hacer maravillas. Y no olvides consultar con un especialista en comportamiento felino titulado.

Solo porque Billy te saque los dientes cuando lo acaricias o porque Travis te asalte los tobillos, no asumas que está siendo vengativo o está enfadado. Lo que tiene seguramente es miedo. Y necesita ayuda urgente.

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