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Termostatos inteligentes, ¿pueden ahorrarte dinero en calefacción?

Termostato inteligente.

Martín Frías

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Usas ChatGPT para escribir los mensajes de correo del trabajo, pero cuando llegas a casa, regulas la temperatura con un termostato mecánico que tiene medio siglo. El problema no es la tecnología por sí misma, sino que puede que estés perdiendo dinero que de otra forma ahorrarías en tu gasto mensual de calefacción, sea de gas, electricidad u otro sistema.

Los termostatos más sencillos son los llamados bimetal, que se basan en dos tiras unidas, hechas de metales con diferentes coeficientes de dilatación. Cuando la temperatura cambia, un metal se expande o contrae más que el otro, haciendo que la tira se curve. Este movimiento mecánico se utiliza para activar un interruptor que enciende o apaga el sistema de calefacción o refrigeración. No hay que decir que son poco precisos pero extremadamente baratos.

El siguiente paso son los termostatos electrónicos. Por un lado, contienen sensores de temperatura electrónicos que miden la temperatura del aire de manera muy precisa. Esta información se utiliza para determinar si es necesario activar o desactivar el sistema de calefacción o refrigeración. Muchos de estos termostatos son programables, con lo que podremos establecer diferentes temperaturas para diferentes momentos del día o días de la semana. Por ejemplo, puedes programar el termostato para reducir la calefacción o la refrigeración cuando no estás en casa y para volver a una temperatura más confortable antes de que regreses. 

Estos dispositivos suelen contar con una pantalla digital y botones o una interfaz táctil que facilitan la programación y el ajuste de la configuración. Aún así, programar estos dispositivos lleva un buen rato de apretar botones con instrucciones a veces confusas. Además, si no tenemos rutinas fijas, podemos encontrarnos con la casa helada cuando estemos dentro o la calefacción encendida mientras estamos de viaje, lo que nos obligará a encenderla o apagarla manualmente. La solución son los termostatos inteligentes.

¿Cómo funcionan los termostatos inteligentes?

Los termostatos inteligentes son dispositivos que se conectan a tu sistema de calefacción y a veces también de refrigeración, permitiéndote controlar la temperatura de tu hogar de manera remota a través de un smartphone o cualquier otro dispositivo conectado a internet. Además, también pueden conectarse a sensores de temperatura inalámbricos repartidos por distintos lugares en la casa, para controlar la calefacción o la refrigeración por zonas. 

Estos termostatos tienen un sistema de aprendizaje automático, lo que quiere decir que aprenden de tus patrones y preferencias para ajustar automáticamente la temperatura, lo que resulta en un uso más eficiente de la energía. También responden a las circunstancias excepcionales. Por ejemplo, si se conectan a sensores de presencia o a cámaras con esta función, pueden apagar la calefacción cuando detecten que no hay nadie en casa. Otros pueden incluso tomar en cuenta las condiciones climáticas exteriores para hacer ajustes proactivos y subir la potencia con antelación en un día que se prevé especialmente frío, o bajarla cuando la temperatura sea más moderada.

La mayoría de los termostatos inteligentes tienen la capacidad de conectarse con los asistentes de voz del mercado, como Alexa de Amazon, Siri de Apple o Google Assistant. Estos asistentes nos permitirán controlar la calefacción cuando estamos en casa, por ejemplo, diciendo “sube la temperatura del salón a 21 grados”. También ofrecen posibilidades para programar los aparatos de calefacción, pero eso ya o harían termostatos electrónicos más baratos. La verdadera 'inteligencia' de los sistemas aparece a la hora de controlar la temperatura sin necesidad de programación y ahorrar dinero en el proceso. 

Hasta dónde pueden llegar los termostatos inteligentes

Los termostatos inteligentes pueden funcionar por sí solos conectados al sistema de calefacción. La forma más sencilla de interacción es el interruptor general de la calefacción, donde habitualmente se coloca el termostato mecánico o electrónico, y la conexión se realiza mediante dos simples cables.

Una vez instalados, tendremos que configurar la aplicación móvil que nos permitirá comunicarnos con el termostato cuando estemos fuera de casa. Esta aplicación también nos ayudará a configurarlos e incluso controlar otros dispositivos además del termostato, como sensores de temperatura, de presencia o cámaras IP conectadas a Internet.

Otra capacidad añadida de los termostatos inteligentes es la posibilidad de controlar independientemente la temperatura de las estancias de la casa. En este caso es necesario instalar válvulas inteligentes en cada uno de los radiadores que deseemos controlar. Estas válvulas se conectan al termostato por wifi o bluetooth y disponen de su propio sensor de temperatura. De este modo podemos instruir al termostato para que, por ejemplo, mantenga la temperatura de los dormitorios más baja durante el día y la mitad de la noche, y la aumente por las mañanas antes de levantarnos.

Los termostatos inteligentes más conocidos 

Entre los modelos y marcas más conocidos en el mercado de termostatos inteligentes encontramos Nest (parte de Google), Tado y Neatmo, cada uno con características propias, aunque comparten la mayoría de sus funciones básicas:

Nest

El termostato Nest es el pionero en el mercado (la compañía fue comprada por Google) y uno de los más populares. Destaca por su capacidad de aprender tus preferencias de temperatura en aproximadamente una semana y ajustarse automáticamente. Es el más sencillo de utilizar, ya que basta con indicar el nivel de confort deseado moviendo la rueda en el propio termostato. Se comunica con la app móvil, de forma que cuando detecta que nuestro móvil no está en casa, apaga la calefacción. También se puede comunicar con cámaras IP de seguridad y sensores de presencia para detectar cuándo hay alguien en casa. 

Tado

Es la competencia de Nest desde hace años y se instala de forma similar. La ventaja de Tado es que dispone de un emisor de infrarrojos que permite 'imitar' el mando a distancia de los aparatos de aire acondicionado con bomba de calor, por lo que es posible controlar una instalación de este tipo en el hogar. El sistema es ampliable con más termostatos para otras estancias, sensores de ventanas abiertas o válvulas inteligentes para radiadores. Además, la aplicación de Tado utiliza los datos de la previsión meteorológica para adaptar la potencia consumida y calentar las habitaciones con antelación en los días más fríos.

Neatmo

Es un modelo con diseño minimalista (obra del famoso Philippe Starck) y muy sencillo de instalar, con una pantalla grande que muestra la temperatura. Es compatible con la mayoría de modelos de calderas y también dispone de válvulas termostáticas compatibles que permiten controlar la temperatura en cada estancia por separado. Muestra gráficas de la evolución de la temperatura a lo largo del día y dispone de modos de vacaciones y antihielo.

Somfy

Es compatible con calderas y sistemas de calefacción eléctrica. A diferencia de otros termostatos, dispone de sensores de humedad y temperatura, lo que da una medida más precisa del confort en casa. La app móvil permite encender y apagar la calefacción a distancia, y detecta cuándo están ausentes las personas de la casa para apagar la calefacción. Realiza estimaciones del consumo y sugiere formas de ahorrar en la factura. Es compatible con los dispositivos del estándar TaHoma, que permite controlar sensores, luces e incluso persianas eléctricas, que también contribuyen al control del gasto de energía.

Cuánto pueden ahorrar los termostatos inteligentes

El potencial de ahorro de los termostatos inteligentes es uno de sus mayores atractivos. El uso de estos dispositivos puede resultar en un ahorro de entre un 10% y un 23% el coste de calefacción y refrigeración. Esto se debe a la eficiencia con la que gestionan la energía, evitando el gasto innecesario cuando la casa está vacía o durante la noche.

Un estudio realizado por Nest reveló que los usuarios ahorran en promedio un 10-12% en calefacción y alrededor de un 15% en refrigeración. Según informa el portal sectorial Caloryfrio.com con datos de PwC, los hogares españoles gastan en promedio entre 760 y 928 euros anuales en calefacción por gas natural, una cifra que se puede disparar hasta los 2.168 euros al año con la calefacción eléctrica. Un ahorro de 12% supondría entre 90 y 260 euros de ahorro, lo que quiere decir que el termostato inteligente se amortizaría en un solo año.

Ahora bien, estos números pueden variar según el estilo de vida del usuario y el tipo de vivienda, y se obtienen en muchos casos comparando el gasto con un sistema de calefacción que tiene un único termostato sin programar. Si ya disponemos de un termostato electrónico y nos hemos tomado la molestia de programarlo, es posible que el ahorro sea menor, pero aún así también puede ser lo suficientemente interesante para que el sistema inteligente se amortice en unos años más.

Otra ventaja de los termostatos inteligentes es que aquellos sistemas que permiten interactuar con sistemas de aire acondicionado calor/frío producirán ahorros en el consumo de electricidad para refrigeración para el verano. En general, estos dispositivos contribuyen a un uso más consciente y sostenible de la energía, algo esencial en nuestros tiempos.

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