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La amenaza para la democracia de una posible victoria de Trump

El expresidente estadounidense Donald Trump.

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El 5 de noviembre de 2024 será elegido el presidente de los Estados Unidos. Con tal motivo The New York Times ha hecho públicos este pasado 5 de noviembre los resultados de una encuesta que sitúa a Donald Trump con una ventaja considerable sobre Joe Biden. En el análisis de la encuesta, el especialista del periódico en la materia, Nate Cohn, subraya que queda todavía un año y que la volatilidad que la encuesta detecta entre el electorado no permite concluir que Donald Trump será el próximo presidente de los Estados Unidos, pero también pone de manifiesto que la debilidad del candidato demócrata no ha hecho más que acentuarse desde el momento de la fecha inaugural de su mandato y que hay indicadores en la propia encuesta sumamente preocupantes respecto a la posibilidad de que el actual presidente pueda recuperarse.

Este, y no la ley de amnistía, sí sería un acontecimiento que podría poner en cuestión la supervivencia de la democracia como forma política. No sería la versión invertida del “fin de la Historia” que anunció Francis Fukuyama tras la descomposición de la URSS, porque no habría ningún país que podría ocupar el lugar de los Estados Unidos en aquel momento. Pero sí provocaría un cataclismo de una magnitud, en mi opinión, superior al que supuso el fin del comunismo como alternativa. 

A la desaparición del comunismo como alternativa es a lo que yo entendí que se refería Fukuyama con el fin de la Historia. Era una expresión de optimismo. Frente a la sociedad postcapitalista del futuro a la que se había hecho referencia en la URSS y demás países del socialismo real, nos encontrábamos por primera vez con lo contrario: con una sociedad postcomunista. El comunismo había dejado de tener credibilidad como fórmula para la sociedad del futuro. 

Dicha expresión de optimismo empezaría a ser matizada, no solamente por quienes fueron críticos de la tesis del fin de la Historia desde el momento en que se hizo pública, sino por el propio Fukuyama, que desde 2014 ha venido publicando en Foreign Affairs varios artículos sobre la decadencia política de los Estados Unidos, que se apartan de manera inequívoca de lo que escribió en los años noventa del siglo pasado y en la primera década de este siglo. 'Rotten to the Core?' ('¿Podrido hasta la médula?'), es el título del artículo publicado el 18 de enero de 2021, en el que explica cómo, en su opinión, la decadencia política de los Estados Unidos se había acelerado durante la era de Trump. 

En 2020 pensamos que el triunfo de Joe Biden nos había liberado no del trumpismo, pero sí de Donald Trump. Acertamos en lo primero, pero no en lo segundo. El sistema judicial de los Estados Unidos está reaccionando de manera vigorosa contra Donald Trump, que está siendo perseguido penalmente tanto por la justicia federal como por la de algunos estados. Pero, a pesar de ello, no es nada seguro que se pueda impedir que Donald Trump sea el candidato del Partido Republicano en las próximas elecciones y mucho menos seguro que, si es el candidato, no acabe siendo el presidente de los Estados Unidos. Si un candidato que se ha negado a aceptar el resultado electoral de 2020 y que ha llegado a decir este mismo domingo 5 de noviembre que ganó las elecciones en los 50 estados y que todo lo que se está diciendo respecto de dichas elecciones es una mentira, una gran mentira, vuelve a ser elegido presidente de los Estados Unidos, la democracia será irrecuperable. La democracia exige la aceptación del resultado electoral por el que pierde. Si esto no ocurre y el cuerpo electoral le da la razón en las siguientes elecciones al que se negó a aceptar el resultado de las anteriores, lo está legitimando para que haga uso del poder sin control de ningún tipo. Esto es lo que estará en juego el 5 de noviembre de 2024 si Donald Trump es el candidato republicano.

Un eventual triunfo de Donald Trump sí que puede ser el fin de la historia… de la democracia como forma política. El triunfo de Donald Trump en 2024 supondría la anulación en términos políticos de la elección de 2020 y la justificación de cualquier práctica política para impedir que el Partido Demócrata pueda volver a recuperar la Presidencia de los Estados Unidos. 'Trump y sus aliados planifican la venganza mediante el control del Departamento de Justicia en un segundo mandato', es el relato de Isaac Arnsdorf, Josh Dawsey y Devlin Barrett en The Washington Post este pasado 5 de noviembre, en el que anticipan las medidas que se están tomando en consideración por Trump y el trumpismo para perseguir penalmente a lo que ellos consideran el núcleo esencial de los adversarios del presidente desde 2016. 

En los Estados Unidos se está publicando bastante sobre esto. Ocupa un lugar preferente, por delante ya de la guerra de Ucrania, y al mismo nivel que se está haciendo la cobertura de la guerra entre Israel y Hamás. En Europa no le estamos prestando la atención que el tema se merece, pero me temo mucho que vamos a tener que empezar a hacerlo, aunque no sea más que para anticipar el escenario con que tal vez tengamos que enfrentarnos.

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