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Las izquierdas van a ganar en Andalucía

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno

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Antonio Avendaño, muy buen amigo y excelente analista, publicó el pasado domingo, 5 de junio, un artículo en El Plural Andalucía con el título “El 19-J en diez claves y un prólogo”, que comenzaba así: “estas son las primeras elecciones andaluzas en cuarenta años donde existe certeza de que la izquierda no gobernará”.

Como habrán visto por el título que he puesto a esta entrada del blog, que no por casualidad se llama “Contracorriente”, no estoy de acuerdo con esta tajante afirmación de Antonio Avendaño. Tal como yo veo el proceso electoral que finalizará el próximo domingo, la tesis de la inevitabilidad del triunfo de las derechas ha sido puesta en circulación con una cantidad de medios extraordinarios y de manera muy prolongada en el tiempo con la finalidad de desmovilizar a los electores de las diferentes izquierdas para que no acudan a las elecciones. No viene de estos meses finales, sino que es una tesis que se viene reiterando de manera asfixiante desde que empezó la legislatura en diciembre de 2018. “Andaluz de izquierdas: estas no son tus elecciones”. Este es el mensaje.

Y es el que se ha concretado con la elección de la fecha electoral. El jueves 16 es el día del Corpus, que es festivo en varias provincias andaluzas y supone un corte en la semana final de la campaña electoral. Es un día del que se hace uso como comienzo de puente por muchas familias, especialmente cuando el calor aprieta, como lo está haciendo este año. La elección del 19-J no ha sido una elección inocente. Es un obstáculo más para la movilización del electorado de izquierda.

Y también con el planteamiento de la campaña electoral, en la que el PP y el Gobierno de la Junta de Andalucía están jugando a que las elecciones pasen desapercibidas, con la finalidad de que no haya debate que pueda despertar la atención de los electores. Ya tuvimos ocasión de comprobarlo en el primer debate electoral en televisión. La actitud cuasi ausente del candidato del PP, Juanma Moreno, fue, para mí, lo más llamativo del debate. Parecía casi que estuviera evacuando un trámite penoso y no participando en un acto central de la liturgia democrática. Su único objetivo parecía ser dejar que pasara el tiempo sin involucrarse en discusión de ningún tipo. Ni con los otros partidos de la derecha ni con los de las izquierdas. Lo único que faltó es que mirara su reloj, como hizo el Presidente Bush padre en el debate con Bill Clinton en 1992.

No tengo la menor duda de que esa va a ser su actitud esta semana final y especialmente en el debate de este lunes. Es algo para lo que los partidos de las izquierdas tienen que estar preparados. Con educación, pero con firmeza, tienen que reprocharle al Presidente Moreno Bonilla la forma en que ha comprometido nada menos que al Rey Felipe VI en su campaña electoral. Sería el momento oportuno para que se formulara la pregunta de si la Casa Real ha sido consultada por la dirección del PP antes de hacer uso de su imagen. No se puede tolerar que el juego sucio se lleve hasta hacer uso de la figura del rey.

Todo ello es indicativo de la inseguridad de las derechas en general y del PP en particular. Saben que son minoría y que únicamente si consiguen desmovilizar a los votantes de izquierda, pueden ganar. No es una campaña ganadora en la que se confía en el propio programa y su fuerza atractiva. No confían en ganar convenciendo, sino en ganar embarrando el terreno de juego para que la ciudadanía se ausente.

Esta fue la estrategia del Gobierno de Adolfo Suárez en el referéndum del 28-F, para impedir el acceso a la autonomía por la vía del artículo 151 de la Constitución. La reacción del cuerpo electoral andaluz desbarató dicha estrategia. 

En este 19-J se está ensayando la misma estrategia con la finalidad de ir erosionando lo conseguido en las décadas que siguieron al 28-F. La movilización del cuerpo electoral no es menos importante en este 19-J de lo que lo fue en el 28-F. No hay que dar credibilidad a las encuestas y hacer oídos sordos a todos los mensajes para que la gente se quede en su casa. Si las izquierdas vamos a las urnas, ganamos.

Tenemos que prepararnos para celebrar el 19-J como un éxito. No aceptemos que nos condenen a la resignación.

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