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¿Comprar un Sorolla por 20 euros? Es posible

'Almendro en flor', de Joaquín Sorolla

David Sarabia

Fue el pasado nueve de octubre desde la Fundación Museo Sorolla que la campaña de micromecenazgo para recaudar 43.000 euros se abrió a público y empresas. Una vez conseguido el dinero, el cuadro Almendro en flor, realizado por el pintor valenciano en 1889, pasará a formar parte de la colección del Museo en Madrid. Una campaña de crowdfunding al uso para rescatar de una subasta un lienzo de la última etapa de Joaquín Sorolla. España pone así otro granito de arena en su particular montaña de iniciativas ligadas al micromecenazgo, aunque en otros países de la UE este tipo de acciones ya se cuenten por docenas.

“Es una iniciativa que ya llevábamos tiempo queriendo hacer a través de la fundación del Museo”, cuentan desde la Fundación del Museo Sorolla. La iniciativa partió de la propia Fundación hace ya algún tiempo, pero no ha sido hasta el pasado viernes que pudo ponerse en marcha. De momento, y en tan solo cinco días, la acción a través de Verkami lleva recaudados algo más de 5.500 euros. “Estamos sorprendidos de lo bien que está yendo. Teníamos fe en que fuera bien, pero estamos muy contentos con la cantidad de las aportaciones recibidas hasta ahora”. El cuadro, con unas dimensiones de 17,5 por 25,3 centímetros, ya estuvo en el Museo Sorolla durante el siglo pasado hasta que el pintor falleció. Después pasó a manos de su hija pequeña quien, años más tarde, lo vendió a un particular.

Hasta que hace relativamente poco, Almendro en flor apareció en Subastas Alcalá. Alguien se dio cuenta y la subasta se canceló, poniendo en marcha la iniciativa de crowdfunding. El aporte mínimo es de 20 euros. En función de la cuantía, y como suele ser habitual en todas las iniciativas de crowdfunding, los bienhechores tendrán ciertos privilegios exclusivos en forma de recompensas. “Nos parecía muy romántico lo de ligar el nombre de cada mecenas a la obra, y eso constará en las bases documentales del Museo y podrá verse también online”, cuentan desde la Fundación. Pero contemplar el nombre de uno junto al cuadro no tiene nada que ver con estar presente el mismo día de su montaje en el Museo, privilegio reservado únicamente a los que aporten 1.000 o más euros.

Los mecenas pueden desgravarse del 50% de sus aportaciones hasta los 150 euros. A partir de ahí, el desgrave pasa a ser de un 27,50% durante todo este año. El ejercicio próximo, según el Gobierno, esos tipos se verán incrementados hasta el 70% para las aportaciones no superiores a 150 euros y hasta el 30% en el resto. Este escenario habría sido impensable el año pasado. Si bien esta reforma no es la Ley de Mecenazgo que prometió el PP antes del inicio de su legislatura, sí ha dado algo de aire a un sector que, antes de 2015 no contaba con regulación alguna.

Crowdfunding desde hace más... de 100 años

“Es una iniciativa muy necesaria. Me parece muy bien abordar este camino, absolutamente novedoso para España”, cuenta a este diario Evelio Acevedo, director gerente del Thyssen-Bornemisza de Madrid. En una línea parecida se muestra el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel: “Dada la situación actual, resulta ineludible la necesidad de buscar otras vías alternativas para apoyar tanto la financiación de los museos, como para incorporar nuevas obras a sus colecciones”. No es la primera vez que en España se lleva a cabo una iniciativa de este tipo: en 2013 el Museo Nacional de Arte de Cataluña ya adquirió un Fortuny mediante el mismo método. La acción la puso en marcha la Fundación de Amigos del Museo.

“Creo que queda mucho camino por recorrer, porque en definitiva esto es una cuestión cultural. Se nos tiene que educar desde el colegio, una cosa que en este país no se ha hecho nunca”, cuenta Acevedo. En otros países de la Unión Europea las iniciativas de crowdfunding son habituales. En EEUU por ejemplo, hace tres años, algo más de 33.000 personas reunieron 1.370.461 dólares para construir un museo dedicado a Nikola Tesla en Wardenclyffe, lugar donde el inventor construyó su primera torre de comunicaciones.

El Museo del Louvre francés utiliza este mecanismo de manera habitual para restaurar o adquirir obras. En Holanda, las iniciativas de crowdfunding durante el año pasado sumaron 63 millones de euros en 2.000 proyectos. En el Reino Unido, la organización sin ánimo de lucro ArtFund lleva desde 1903 adquiriendo bienes para la nación. Sus fondos provienen de las donaciones de particulares o de sus miembros directos y se calcula que, desde hace más de un siglo, ha contribuido a la adquisición de más de 860.000 obras, entre las que se encuentran La Venus del Espejo, de Velázquez -actualmente en la National Gallery- y La Llorona, de Picasso -en el Tate-.

Pero ArtFund ha ido más allá. Tanto, que ha creado ArtHappens, la única plataforma de crowdfunding para el sector artístico de Reino Unido. En marzo de este año alcanzaron una cifra récord de 100.000 libras gracias a seis proyectos, entre los que estaban el retorno de los hermanos Jake y Dinos Chapman al Museo de Historia Natural y Cultural de Hastings (Inglaterra), la restauración de una pieza de un altar de origen flamenco y la remodelación del Museum of The Gorge de Shropshire, una pequeña localidad en Birmingham.

La iniciativa del MNAC, la restauración de la Catedral de Santiago, el salvamento de la locomotora de vapor del Museo del Ferrocarril de Mataró... Y ahora, el Sorolla. El crowdfunding cada vez se convierte en la herramienta más utilizada para acercar la cultura y el patrimonio a los ciudadanos. El director gerente del Thyssen asegura que “llevamos un tiempo considerando el tema del crowdfunding, lo tenemos en nuestra cartera”. En cambio, otros museos, como el del Prado no se muestran tan convencidos: “No existe actualmente ninguna iniciativa de este tipo pero no se descarta para el futuro”. La diferencia radica en la sociedad, pero algunas piedras ya están colocadas: “Es un camino que tiene un largo recorrido”, dice Acevedo. Y sentencia: “Tardará un tiempo en normalizarse y llegar a niveles de otros países, pero lo hará”.

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