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Decirlo todo en 80 minutos

Hablar (2015)

David Sarabia

Se puede hablar sin preguntar. Se puede hablar levantando la voz, a susurros, entrecortado. También se puede hablar en otro idioma. Y se puede Hablar en un solo plano secuencia, durante 80 minutos. La última película del director Joaquín Oristrell, que se estrena hoy, se desarrolla en una noche de verano. Como el sueño de Shakespeare, pero más actual (se ambienta en el 2014) y sin bodas de por medio.

La mayoría del reparto cuenta con solera. Raúl Arévalo, Marta Etura, Miguel Ángel Muñoz, Juan Diego Botto, Nur Levi, Carmen Balagué... y así hasta 19 nombres (casi tantos como historias) que, por unas cosas o por otras, brillan tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

“Nunca había hecho una película en un plano secuencia. Ha sido una experiencia magnífica”, cuenta Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975). El actor se pone ahora a las órdenes de Joaquín Oristrell, con quien ya coincidió codirigiendo una serie de cortos (¡Hay motivo!) allá por 2004. “Mi personaje es un caradura: es el dueño de una peluquería que intenta convencer a una empleada por qué no debe pagarle un trabajo que ella ha hecho”. Qué injusto todo. “Me apetecía jugar con el abuso del lenguaje”, dice con ilusión Botto.

La acción se desarrolla en el madrileño barrio de Lavapiés. En 500 metros. En algo menos de una hora y media. Además del de Juan Diego, hay 20 personajes cuyas historias se entrecruzan. Un hombre que espera a su cita a ciegas delante del Metro. Un paparazzi que interroga a una famosa acerca de su marido en la cárcel. Dos basureras que discuten sobre un cartel de Podemos. Una que madre asegura a su hijo que el padre solo ve Pasapalabra y fútbol, pero nunca porno...

Un solo plano para 500 metros

“El día del rodaje fue como la planificación del atraco a un banco: ”a las 8:45 aquí, a las 9:00 pasa él, luego tú ya tienes que estar allí...“, cuenta el ganador del Premio Cosmopolitan 2014 a mejor actor de cine. La película nace de una premisa simple: ¿Qué pasaría si los actores eligen su personaje? A partir de ahí, unos escogen qué quieren ser y a otros les viene dado. Botto habla sobre cómo algunos de sus compañeros sabían qué querían ser desde el principio: ”Marta Etura, por ejemplo, tenía muy claro que iba a ser una protagonista de la fuga de cerebros. Yo también me escribí mi propio personaje“. La primera comedia dramática rodada en un plano secuencia es un retrato social que coge una muestra de 20 historias que, extrapoladas, dan como resultado la vida cotidiana.

Salvando las diferencias con La Colmena, por eso de tejer y luego dar sentido, las historias que se presentan en Hablar son fruto de una angustia impostada. La crisis como leitmotiv de la película. Además de la económica, también aparece la existencial y la política. “En la película se hablar de hablar, de la importancia de la palabra”, cuenta Botto. Vidas que se odian, vidas que se escupen, vidas que se gritan y vidas que se pegan. Pero, sobre todo, vidas que hablan y se comunican. Y al final explotan en 80 minutos.

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