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'American Psycho', veinticinco años después

Christian Bale, American Psycho

Lucía Lijtmaer

PERDED TODA ESPERANZA AL TRASPASARME, reza en letras color rojo sangre en la fachada del Chemical Bank, al inicio de American Psycho, una novela que cumple ahora venticinco años. “Perded toda esperanza al traspasarme”, lee el lector y también el protagonista de la novela, Patrick Bateman, una mente psicopática en un cuerpo esculpido a base de gimnasio, dieta de nouvelle cuisine y tratamientos de belleza punteros. La novela, publicada en 1991, se convirtió en un fenómeno sin precedentes, y, con los años, en un clásico contemporáneo vigente. Destacamos aquí sus claves:

Una crítica al establishment...desde la primera persona

Patrick Bateman trabaja en P&P, en “fusiones y adquisiciones”, dónde apenas parece hacer nada más que preocuparse por las cuentas de sus otros compañeros de trabajo y sus reservas en bistros salvadoreños de altísimo standing. Por las noches -o incluso a plena luz del día- rebana cuellos  de otros yuppies, tortura salvajemente a prostitutas y trepana cráneos de animales. Y a nadie parece preocuparle.

Años después de su publicación, Bret Easton Ellis sigue comentando atónito que hubiera gente que pensara que se trataba de un libro que glorifica la violencia. Con tan solo doce páginas de violencia extrema, sigue siendo lo que la gente recuerda del libro, dejando de lado su innegable trasfondo cómico: Bateman mata porque alguien critica su corte de pelo, mientras los yuppies que van a cenar, beber champán y meterse farlopa por las noches de Manhattan resultan indistinguibles entre sí ¡incluso para los propios protagonistas de la obra! Easton Ellis aduce que la intención cómica quedó oscurecida para muchos por el uso de la primera persona. “Es una novela, no sé cuantas veces tengo que recalcarlo”, dijo al blog Booksbookshow. “Es un personaje, con un nombre, con unas circunstancias. Una obra de ficción”.

El lenguaje minucioso de una broma infinita

Pese a ser denostada cuando vio la luz, la novela de Easton Ellis ha crecido con el tiempo entre la crítica para ser considerada una de las obras que definen lo que el propio autor ha denominado como “el punto álgido del imperio americano”. El tour de force de Easton Ellis consiste en seiscientas páginas de un estilo supuestamente frío y minucioso que emula la cabeza de este psicópata, dónde se detallan absolutamente todos los elementos que el protagonista considera necesarios. Las ropas de sus personajes, la disposición de los platos de cocina de autor o un single de Whitney Houston pueden alargarse hasta convertirse en una disección extrema que recorre todos los aspectos del día a día de Patrick Bateman, ofreciendo, como su mente enferma, únicamente la superficie de las cosas.

La crítica del autor reside, entre otras cosas, en poner el foco en esa clase de inmensos privilegios -una plutocracia que se perpetúa de padres a hijos y nietos- entre los cuales Bateman es uno más y que, si no fuera por el pequeño detalle de sus ejecuciones a gran escala, no supondría ningún problema para el sistema, sino su máximo orgullo. El protagonista se desenvuelve (y es producto) de una fijación por la riqueza sin límites, por el hiperconsumo y por la irrelevancia de cualquier sentimiento. Como Patrick Bateman.

Un libro polémico en 1991...y hoy en día

El libro iba a ser publicado por la editorial de Easton Ellis en su momento, Simon & Schuster. Pocos días antes de su salida al mercado, el grupo editorial renunció a la publicación por “diferencias de criterio estético”. Al poco tiempo, saldría con Vintage Books, y generaría un verdadero tsunami mediático. El autor fue acusado por parte de grupos feministas como National Organizaton for Women de “atacar y vejar a las mujeres con la mera intención de ganar dinero”, y llamaron al boicot del libro.  Ante las críticas feministas, Easton Ellis ha replicado: “dicen que las mujeres salen mal paradas en mi libro. ¿Y los hombres no?”. La crítica literaria especializada denostó el libro por considerarlo aburrido y cínico y Bret Easton Ellis recibió numerosas amenazas de muerte. En Alemania el libro fue considerado “peligroso para menores” y en Nueva Zelanda aún hoy sólo puede consultarse en bibliotecas y su venta está restringida.

Bret Easton Ellis hoy

Volviendo la vista atrás, su autor ha declarado que sabe que nunca repetirá el éxito que alcanzó a los veintiséis años. “Por alguna razón el libro resonó y aún resuena como algo veraz para los jóvenes de entonces y los de ahora”, ha declarado a The Guardian. Veinticinco años después, Easton Ellis ha publicado otras novelas  — Glamorama, Lunar Park, Suites Imperiales — , dónde realiza juegos de espejos con sus otros libros -en ocasiones el narrador se llama Bret Easton Ellis, en otras se llama Clay, como el protagonista de su primer y muy exitoso Menos que cero-.

En la actualidad, el novelista ejerce de guionista en Hollywood (“la peor ciudad en la que envejecer”, como él ha calificado) y de director ocasional. Mantiene un exitoso podcast semanal dónde examina la cultura pop con ayuda de colaboradores como Kim Gordon o Quentin Tarantino, se pelea en Twitter por la importancia de David Foster Wallace (nula, según él) y no planea una futura novela, de momento.

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