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Mercedes Vega saca del olvido a Marie Jelen, la Ana Frank francesa

Mercedes Vega saca del olvido a Marie Jelen, la Ana Frank francesa
Madrid —

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Madrid, 11 mar (EFE).- Buscar muchas veces lleva a hallazgos inesperados, serendipias como la que vivió la escritora Mercedes Vega al descubrir la historia de Marie Jelen, una niña judía asesinada en Auschwitz y cuya inocencia, inteligencia y ternura antes de morir reflejó en siete cartas dirigidas a su padre.

Siete misivas escritas en hojas de cuadrículas azules y que han servido a Vega (Madrid, 1960) para desarrollar “Una historia desconocida, Marie Jelen”, una honesta biografía llena de preguntas, porque lo que ella ha hecho ha sido reconstruir a partir de estos documentos el sufrimiento y las dolorosas injusticias que vivió Marie y su familia.

“Esta historia es muy honrada porque al lector le digo lo que no sé y las mismas preguntas que yo me hago se las hago al lector. Ofrezco un relato abierto, para que haya un juego de identificaciones. Por eso va dirigida a esas personas que sus familiares han pasado estas atrocidades. Mi historia va dirigida a ellos, para que se pueda completar”, ha contado a Efe Vega.

Una vida, la de la joven Marie, que ya había abordado en su última novela “El largo sueño de Laura Cohen” (Plaza y Janés), un thriller donde rescató episodios del Holocausto y en la que descubrió en una “web genealógica muy difícil” las cartas de una niña a su padre, Icek Jelen.

Un sastre judío que, al igual que otros muchos judíos franceses, fue separado de sus familias para trabajar en el campo de las Ardennes antes de llevarlos a morir a Auschwitz.

Y esa es la dirección de la primera carta que envió Marie, de manera “milagrosa”, desde el Velódromo de Invierno de París, donde fue detenida y retenida con destino incierto junto a su madre Estera y miles de judíos más el 16 y 17 de julio de 1942.

En concreto, y de manera inocente y sin conocer su futuro, en esa página la pequeña escribió: “Querido papá: Nos llevan al Velódromo de Invierno, pero no nos escribamos ahora, porque no es seguro que nos quedemos aquí. Un beso fuerte y otro de mamá, tu hijita que se acuerda mucho de ti, Marie”.

“He intentado poner mi granito de arena y contribuir a desenterrar lo que está oculto, esas biografías ocultas y que detrás de ellas hay una poderosa historia. He intentado contar una que represente a miles para, sobre todo, hablar de la infancia, ése era uno de los objetivos, hablar de todos los niños masacrados”, ha contado a Efe Vega sobre “Una historia desconocida, Marie Jelen” (Huso editorial).

Y la historia de Marie es “relevante” porque es una niña como Ana Frank, una joven de 10 años que de ese Velódromo fue trasladada junto a su madre al campo de tránsito de Pithiviers, desde donde envió las otras seis cartas que han llegado a nuestros días gracias a que su padre Icek logró vivir y guardarlas hasta el último día de su vida.

“En Pithiviers los niños estuvieron engañados y finalmente no fueron liberados, el gobierno colaboracionista francés se los entregó a los nazis porque no sabía qué hacer con esos niños, esa población infantil secuestrada era inasumible por el gobierno francés. Nunca fueron liberados, de ahí salieron en convoyes sin sus padres a Auschwitz”, cuenta Vega.

Según muestra en el libro la escritora madrileña, en la última carta que escribió la niña a su padre -el 18 de septiembre de 1942- se lamenta de no haberle escrito desde hace mucho porque no había tenido el “permiso” para hacerlo.

“Si puedes me gustaría que me enviaras mis fotos, de mamá y la tuya. Hace mucho tiempo que no te veo. Espero poder verte muy pronto. Trata de sacarme de aquí para poder estar contigo otra vez, aquí me estoy quedando sin fuerzas. He adelgazado mucho, todavía estoy enferma, he cogido otra enfermedad, la varicela, hay gente que dice que van a dejar libres a los niños que tengan menos de 16 años”, le cuenta.

Pero esa liberación nunca llegó, y Marie se despide de su padre, sin saber su destino: “Espero que me llegue tu respuesta lo antes posible. Que sigas bien, sobre todo no caigas enfermo como me pasa a mí. No lo pases mal como yo, que me pongo a llorar cada vez que me acuerdo de ti. Tu hijita que te quiere y te envía un beso muy fuerte”.

Una última carta “desalentadora, llena de malos presagios” y sobre la que la autora se cuestiona ¿acaso quiere silenciar Marie la violencia ejercida por la policía al separar a los hijos de sus madres, las escenas de terror y el llanto de los niños? ¿O decide ocultarlo para que el padre no lo pase tan mal como ella?.

“Tenemos miles de relatos de supervivientes, pero lo interesante de Marie es que no te lo cuenta, ella es inocente y te relata el día a día. Cada vez que leía las cartas yo lloraba y me daba cuenta de la mentira y del futuro que le esperaba, y se te parte el corazón”, lamenta esta autora que reconoce haber intentado escribir “una historia que no fuera sentimental”, un documento “alejado del dramatismo”.

Porque lo que realmente ha hecho Vega es mostrar el punto de vista de la infancia, “de su ignorancia”, la de esa niña de la que todos sabemos qué es lo que le va a pasar antes de comenzar a leer el libro.

En este sencillo pero honrado documento, Vega también aborda la vida del escritor Georges Perec porque en ella ha encontrado “muchas similitudes” para ofrecer también la visión de ese París colaboracionista de 1942. Un París “simbólico y terrible”.

Ése que conoció Marie, pero no su hermano, Serge Jelen, el hijo que Icek Jelen tuvo años más tarde en su segundo matrimonio. Un hombre que descubrió en 1982 estas cartas en la billetera de su padre cuando estaba enfermo en el hospital a los sesenta y nueve años de edad.

Pilar Martín.

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