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'Harvest', Vietnam y sobredosis: el directo de Neil Young en el mejor y más delicado momento de su carrera

Luis J. Menéndez

Neil Young & The Stray Gators

Neil Young & The Stray Gators

TuscaloosaReprise / WarnerFOLK ROCK8Tuscaloosa

Registrado en directo en 1973 en la Universidad de Alabama, Tuscaloosa nos devuelve a Neil Young en el momento más dulce de su carrera: unos meses después de la publicación de Harvest, con After the Gold Rush todavía fresco -aunque de su histórico segundo disco aquí solo se recupera el tema que le dio título-.

Pero aunque en el aspecto artístico y también de reconocimiento popular Young tocaba a las puertas del cielo, el contexto que rodea a esta magnífica -también por su cualidades técnicas- grabación en directo distaba mucho de ser la mejor. Young aún afrontaba la reciente muerte por sobredosis de uno de los componentes de la banda, Danny Whitten, que se produjo el mismo día que fue despedido de la banda precisamente por sus excesos con las drogas.

Tuscaloosa nos devuelve también a Young en un contexto político interesante, en medio de una gran politización de la sociedad norteamericana como consecuencia de la guerra de Vietnam. A los soldados que estaban regresando a casa después de una lucha que no era la suya dedica la canción Lookout Joe, entre una tibia respuesta del público universitario de Alabama.

Aunque los 11 temas y 53 minutos que dura el disco no nos pueden dar una verdadera dimensión del show –la grabadora, caprichosa, no registró las primeras ni las últimas canciones del mismo- sí que aportan una visión muy aproximada del repertorio y la versatilidad de la banda en aquellos momentos, en los que Young luchaba consigo mismo y la aceptación de su propio éxito. Harvest es el álbum lógicamente que ocupa el grueso del repertorio con cinco canciones (Out on the Weekend, Harvest, Heart of Gold, Old Man y Alabama).

Tim Drummond, Kenny Buttrey, Jack Nitzsche y Ben Keith son capaces de electrificarse al máximo, recurrir a la tradición country rock o ceder el protagonismo al Young acústico, en esencia las tres patas sobre las que ha construido su leyenda el canadiense. Aunque no todo es perfecto: el propio Young ha reconocido que un tema que sí había sido registrado en el concierto, The Loner, finalmente se cayó del disco porque la interpretación del mismo no se encontraba a la altura. Ni siquiera los más grandes se libran de un mal día…

 

Beat Rythm Fashion

Beat Rythm Fashion

Bring Real FreedomFailsafePOST PUNK7Bring Real Freedom

El verano, con su inevitable bajón en la cadencia de lanzamientos discográficos, es un buen momento para prestarle atención a reediciones de trabajos olvidados, que en su día pasaron sin pena ni gloria o directamente cayeron en la categoría de grupos y discos de culto. Es el caso de los neozelandeses Beat Rythm Fashion, que hace algo más de una década publicaron un recopilatorio con todas sus grabaciones de los primeros ochenta.

La reactivación de la banda este mismo año, con la publicación de un álbum y su consecuente gira, ha propiciado la reedición de esta codiciada pieza de coleccionista, dieciséis canciones que nuevamente ponen en valor el rock alternativo que se practicaba en las antípodas allá por los ochenta.

Visto lo visto, las bandas que publicaba el sello Flying Nun eran solo la punta del iceberg de un movimiento underground infinitamente más rico. Entre 1981 y 1982 Beat Rythm Section publicaron tres singles con canciones que se situaban a medio camino del afterpunk y pop etéreo que años después practicaría el grupo Galaxie 500.

Que en las notas interiores se hable de unas míticas sesiones entre la banda y los componentes de The Cure a su paso por Nueva Zelanda no puede extrañar a nadie que escuche el disco: el uso del flanger en las guitarras, y también el ritmo cadencioso y atmosférico les sitúa en un territorio estilístico muy cercano al de los Cure de Seventeen Seconds o incluso nuestros Décima Víctima. Y, de entre todo el repertorio que se incluye aquí, una canción destaca por encima del resto: Turn of the Century, preciosa y melancólica pieza que a su manera anticipa el movimiento slowcore.

 

Jane Weaver

Jane Weaver

Loops in the Secret SocietyFire / Popstock!SPACE ROCK8Loops in the Secret Society

Jane Weaver concibe la música como la vida: una sucesión de ciclos que no paran de repetirse y que conforme avanzan aportan nuevos matices a ese continuum. Y esa filosofía la aplica en un doble sentido.

Por un lado, porque su música, tal y como describe el título de este álbum, parte de una estructura minimalista y se eleva a los cielos a partir de los loops y la repetición. Y también porque Weaver concibe su trabajo como un constante work in progress a la que la británica regresa con nuevas versiones y ángulos inéditos. Ya lo hizo hace algo menos de un año con The Silver Globe, un álbum en que en realidad era la reconstrucción de uno de sus primeros trabajos, publicado originalmente en 2014.

Ahora vuelve a echar la vista atrás con este álbum en el que aplica nuevas técnicas de producción y edición a una selección de canciones extraídas de sus discos anteriores, muy especialmente de Modern Kosmology (2017) y The Amber Light. La música de Weaver en 2019, armada por un Suzuki Omnichord y el equipo necesario para la edición de cinta, suena más cósmica y etérea que nunca.

Los ritmos que definían su obra, cada vez más cercana al krautrock, prácticamente han sido borrados del mapa y en su lugar la nueva aproximación de las canciones, narcótica a la par que espiritual, se aproxima en fondo y forma al dream pop de los Spacemen 3 del Recurring.

 

Laurel Halo

Laurel Halo

DJ-Kicks!K7 / Popstock!ELECTRÓNICA7DJ-Kicks

Laulel Halo ha visitado las suficientes veces nuestro país para que el público aficionado a la electrónica de riesgo conozca de sobra las patas sobre las que se asienta su discurso musical. A saber: música de club, ambient, jazz y una singular habilidad para el corta y pega que convierte su música en un lienzo de brochazos imprevisibles.

La veterana serie DJ-Kicks, que lleva años proponiendo a algunos de los DJs y productores más destacados del momento registrar en disco una sesión de algo más de una hora de duración, aporta nuevas pistas del terreno por el que se mueve la artista de Michigan instalada en Berlín, sobre todo cuando de hacer bailar al personal se trata.

Efectivamente, a lo largo de los 29 cortes que componen esta sesión -algunos de ellos inéditos firmados por la propia Halo- el pulso rítmico no se pierde ni cuando los sonidos se introducen por territorios más abstractos. Hay toda una variedad de matices entre el electro after punk de los israelíes Red Axes, el techno duro de Final Cut o la abstracción de Siete Catorce. La magia de Halo, a la que las horas de vuelo en los clubes berlineses se le empiezan a notar, se traduce en que de principio a fin todo aquí suena coherente…

 

Martin Rev

Martin Rev

Clouds of Glory / CheyenneBureau B / Gran SolELECTRÓNICA PUNK7 Cheyenne

Martin Rev, cincuenta por ciento de Suicide y responsable absoluto del apartado musical en el influyente dúo neoyorquino, arrancó en 1980 una carrera en solitario con un álbum homónimo que aún hoy sigue siendo el más significativo de su discografía. Bastante más olvidados han sido sus dos siguientes trabajos que ahora se reeditan vía Bureau B para disfrute y descubrimiento de las nuevas generaciones.

Rev comenzó a trabajar en Clouds of Glory en 1981, poco después de debutar en solitario, sin embargo su segunda entrega no vería la luz hasta cuatro años más tarde, en 1985. En sus seis temas, todos ellos íntegramente instrumentales, encontramos desde las clásicas progresiones maníacas que caracterizaron a Suicide -con mayor propensión aquí si cabe a las interferencias y el ruido- hasta temas de electrónica , igualmente repetitiva pero más contemplativa, que perfectamente podrían pasar por bandas sonoras compuestas por John Carpenter para sus thrillers y cintas de terror y ciencia ficción.

No sería hasta seis años más tarde, en 1991, que Rev volvería a publicar disco en solitario. Aunque Cheyenne en realidad supone una mirada al pasado, una autoreivindación del legado de Suicide para el que toma las cintas del segundo disco del dúo y los remezcla y presenta a modo de instrumentales, con el añadido de unos temas de corte ambiental que sirven de apertura y cierre del disco. Aún sin encontrarse a la altura del material de la banda que le dio la fama, dos curiosos ejercicios de rock electrónico en el filo.

Pedro LaDroga

Pedro LaDroga

EUROCOCAAutoeditadoURBAN8EUROCOCA

Si ya en líneas generales los nuevos sonidos urbanos -y más concretamente ese género de límites difusos al que se ha bautizado como trap- generan un rechazo total entre buena parte de los aficionados a la música popular actual, Pedro LaDroga lleva esas dinámicas al límite, como estandarte de una forma de entender la música y la vida que no hace prisioneros.

Si te reconoces pues como uno de esos que no toleran el autotune, los kicks incisivos y bajos criminales, y que se siente a años luz de un universo en que los códigos morales no se corresponden con los oficialmente establecidos, tal vez no deberías ni intentar entrar en este disco. Aventureros y curiosos sin embargo tendrán premio.

El sevillano es a su manera (totalmente “a su manera”) un hombre del renacimiento que además de rapear, produce los temas, se encarga del arte del disco y sobrevuela obsesivo todos los aspectos de su trabajo. De entre toda la escena nacional, sus canciones son posiblemente aquellas en la que la influencia de las drogas se muestre de forma más explícita, hasta convertirse en una suerte de cosmogonía personal que por momentos resulta el principio y el final en su universo.

El suyo es un soliloquio perpetuo, en ocasiones incomprensible y casi siempre hipnótico, en el que la alteración de la percepción convive con los efectos de una sociedad hipertecnológica, la paranoia y una indudable misantropía. Es probable que si Syd Barrett volviera a nacer, en 2019 estaría haciendo música muy parecida a la de Pedro LaDroga.

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