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Quentin Gas & Los Zíngaros, nuevos representantes del rock andaluz con música de ciencia ficción

Luis J. Menéndez

Quentin Gas & Los Zíngaros

Quentin Gas & Los Zíngaros

Sinfonía universal Cap. 02EverlastingFLAMENCO ROCK8/10Sinfonía universal Cap. 02

“Sinfonía Universal Cap. 02 es una obra musical de ciencia ficción que narra el posible futuro más cercano de la humanidad: el éxodo de la Tierra para sobrevivir en otros planetas. Las composiciones psicodélicas de Quentin Gas se mezclan, en perfecta armonía, con los sonidos de diferentes cuerpos astrales convertidos en ondas sonoras, mediante radiación electromagnética, por la N.A.S.A.”. Esta es la explicación que la banda liderada por Quentin Gas ofrece en la carpeta de Sinfonía universal Cap. 02, el que tras Big Sur (2016) y Caravana (2017) es el tercer largo de los sevillanos. Y efectivamente, desde ese arranque con Dharti (“La esperanza preparada para despegar. La Tierra tenemos que abandonar, ponemos rumbo a Marte, para la misión de colonizar”) hasta el cierre con Oberon (“Hemos arrasado todo otra vez y el cielo está rojo turquesa. Volvemos a salir lejos de aquí, sobrevivir en otro planeta”) estas diez canciones conforman temáticamente una historia de ciencia ficción, exploración y supervivencia.

Una crítica también al proceso de sobreexplotación al que estamos sometiendo a los recursos naturales de nuestro planeta. El disco -que termina y acaba de la misma manera con una minisinfonía de teclados- incide en la idea de que los errores de la humanidad se repiten cíclicamente devastando cuanto encontramos a nuestro alrededor, en un mensaje que dista mucho de resultar optimista.

Musicalmente el cuarteto se inscribe en una tradición ilustre. Desde los lejanos tiempos de Smash y Triana, Sevilla se ha caracterizado por convertirse en capital de la colisión entre flamenco y rock. En el caso de Quentin Gas & Los Zíngaros sus canciones por momentos caen también bajo el influjo de la música de raíces arábigas.

Igualmente, la mezcla de Raul Santos en los Estudios la Mina conjuga las guitarras eléctricas con un sonido de sintetizadores y bases electrónicas que potencia aquella coartada futurista. Una demostración, la enésima, de que la combinación entre rock y el folklore ibérico a poco que se lleve a cabo con gusto y unas gotas de personalidad da lugar a resultados espectaculares y -tal y como está demostrando Rosalía- totalmente exportables.

 

Cave

Cave

AllwaysDrag City / Popstock!PSICODELIA7/10Allways

Desde hace aproximadamente una década y a lo largo de cuatro discos la banda de Chicago viene profundizando en las diferentes posibilidades que ofrece el psych-rock instrumental de raíces setenteras. En el que es su primer álbum en cinco años, el quinteto abandona los arrebatos hard del notable Threace (Drag City, 2013) para otorgar un mayor protagonismo al órgano eléctrico y dar un golpe de timón a su música, que ahora destaca por un groove inédito en su producción anterior.

Las guitarras ganan también en limpieza y la repetición de estructuras características del género evolucionan hacia una suerte de jam en la que el jazz y la música negra en general (esos Funkadelic…) adquieren un protagonismo que en el pasado estaba reservado a Can y Black Sabbath.

De los seis temas que forman este disco apenas los diez minutos de Beaux y Dusty con sus “efectos espaciales” y duelo de guitarras al galope rememoran a los Cave de antaño. El resto del disco se convierte en una versión evolucionada y adulta de una banda en busca de nuevos retos y también, por qué no, de ampliar su base de fans.

 

Kosmose

Kosmose

First Time Out. Charleroi 1975Sub RosaPSICODELIA7/10First Time Out. Charleroi 1975

Era cuestión de tiempo que el sello belga dirigido por Guy-Marc Hinant y Frédéric Walheers, uno de los primeros en echar la vista atrás y rescatar la herencia sonora del siglo XX, recuperara la música de sus compatriotas Kosmose. Colectivo más que banda y sin ningún disco registrado en su momento, Sub Rosa publicó hace un par de años un doble álbum con sus grabaciones de estudio al que bautizó con el explícito título de Kosmic Music from the Black Country.

Efectivamente, Kosmise crecieron en un momento en el que de muchos músicos buscaban y encontraban su inspiración en el espacio exterior, pero los de Charleroi llevaron ese discurso muy cerca del límite. Las suyas eran canciones-mantra, instrumentales de psicodelia especialmente triposa que anticipó la propuesta de los Loop, Spacemen 3 o Sun Dial una década más tarde.

Igualmente descriptivo, First Time Out está compuesto por dos temas que rondan la hora de duración cada uno y que registran la primera actuación en directo de Kosmose. Sus diferentes etapas se fueron señalando con una referencia, así que -tal y como se explica en las notas interiores- éste no sólo fue el primero sino también el último concierto de Kosmose MK1, formación embrionaria que aún no contaba con batería porque “los más rockeros encontraban nuestra música demasiado improvisada y loca, y un magnífico batería que probó con el grupo pensaba que era simple, minimalista y no suficientemente jazzy”.

En el futuro Kosmose integraría a un joven para aprender a tocar la batería bajo la disciplina del mismo, pero en el momento de dar este concierto-jam la formación se limitaba a un trío de guitarra, bajo y electrónica. Con esos elementos, las proyecciones de corte psicodélico y la aportación del poeta valón André Dédié Gauditaubois, Kosmose afrontaron ese debut en directo ante una audiencia es de suponer que no muy numerosa. Y First Time Out es un reflejo interesante ya no de un momento concreto en la historia de un grupo semidesconocido, sino la fotografía sonora de de un tiempo en que la música aspiraba a trascender y convertirse en vehículo a través del que afrontar la vida.

 

La Estrella de David

La Estrella de David

ConsagraciónSonido MuchachoPOP9/10Consagración

No deja de ser irónico que se publique este disco la misma semana que en TVE se emitió un programa, Cachitos, que pretendía definir “lo indie” y ha terminado por generar más confusión de la que ya de por sí existe alrededor del término. David Rodríguez es uno de los pocos supervivientes de la explosión musical de principios de los noventa que se mantiene no ya en activo sino en un magnífico estado de forma. Ya sea al frente de Beef, en proyectos como Junco y Diamante o firmando sus discos en solitario como La Estrella de David, el de Sant Feliu es una suerte de etiqueta musical en sí mismo y en ese sentido define mejor que nadie la esencia de lo independiente: hacer lo que te salga de narices al margen de tendencias, imposiciones comerciales e influencias externas. Una definición, por cierto, que automáticamente deja fuera de esa etiqueta a buena parte de los que habitualmente se identifican como “indies”.

Ese carácter, claro, tiene también sus inconvenientes. Empezando por la incierta continuidad de un proyecto que ha generado a su alrededor un culto tan febril como minoritario. Algo de culpa tendrá eso en la extraordinaria acogida de este tercer largo tras siete años de silencio. El resto, claro, es mérito exclusivo de la once canciones que componen Consagración.

Si El primer disco (2007) supuso una exposición de motivos y la demostración empírica de que el castellano terminaba de dotar de sentido a su universo, y Maracaibo (2011) mostraba el talento de David como productor y compositor de canciones pop, Consagración -la ironía va por delante- es su disco temáticamente más romántico e, inevitablemente, agridulce.

Sus filias en lo musical resultan más transparentes que nunca: Michael Rother, Moebius, New Order..., o lo que es lo mismo, los sintetizadores ganándole terreno a las guitarras. Y esas texturas de alguna forma ayudan pintar el tono de un disco que refuerza la imagen de David como cantautor romántico desarraigado mirando hacia atrás desde el borde del precipicio. “He creado un personaje tan flojito / que tendré que marcharme de Madrid / No sé cómo funciona la ciudad / Ni entiendo por qué viene tanta gente” canta en Amor sin fin.

Hay recuerdos de relaciones que se quedaron atrás: “El amor romántico / Me gastaba el sueldo / en taxis de noche / para ir a tu pueblo / Y cruzaba Barcelona / Por toda la ronda del Dalt”, canta en Maracaibo. También una magnífica representación de la zozobra sentimental en Cariño (“Cariño, aunque lo nuestro fue fuerte / la vida se abre paso inteligente / Tú siempre fuiste la más lista / y no querrás volver a verme / A ver, si no lo digo reviento / tienes mi mail y mi teléfono / Somos amigos en facebook / te he visto a veces de lejos”). Y una oscurísima representación de la depresión con la que se abre el álbum: “Me ha parecido que estaba en mi cabeza / era un rayito de esperanza / era una luz una idea / pero hoy se arregla y mañana se estropea”.

El disco cuenta con algunos momentos ajenos a toda esta exaltación de las cosas del corazón, como las letras de Luis Troquel para Consagración –que se puede entender como una canción de amor paternofilial- y La canción protesta -esta última una irónica puya a cuenta de la fiebre reciente por convertirse en cantautor político y hacer caja a cuenta de ello-. Pero más allá de ello, irremediablemente Consagración se recordará como la oda al desencanto amoroso que es. A su manera, peculiar y en ocasiones rozando lo grotesco, esta colección de canciones es una de las cúspides del género romántico en el campo del pop publicadas en nuestro país.

 

Neneh Cherry

Neneh Cherry

Broken PoliticsAwal / Popstock!MESTIZAJE8/10Broken Politics

Pocas carreras musicales tan fascinantes en los últimos cuarenta años como la de la hijastra de Don Cherry y hermana de Eagle Eye. Arrancó en los primeros 80 de la mano de The Slits y Rip Rig & Panic -con músicos de The Pop Group, New Age Steppers y Pigbag-, se reconvirstió en estrella pop superventas en 1988 con su primer álbum en solitario Raw Like Sushi, ejerció de musa del sonido trip hop –Portishead y Massive Attack siempre han reconocido que no habrían existido como grupo sin su decisiva influencia- y tras un parón de tres lustros ha vuelto al primer plano con una serie de discos magníficos, en los que confluyen todas esas experiencias anteriores y se abre a nuevos sonidos.

Broken Politics sucede de esta forma a The Cherry Thing (2012) y Blank Project (2014) y supone una nueva vuelta de tuerca al sonido jazzístico y aguerrido que caracterizó a aquellos. Producido por Four Tet, quien ya se situó tras los mandos en Blank Project, a diferencia de aquel y su predecesor Neneh no cuenta aquí con una banda dándole soporte, lo que se traduce en ritmos electrónicos y un cuidadoso trabajo por parte de Hiebden, que construye las canciones como un collage a partir de samplers instrumentos exóticos en el contexto del pop como la kora. Es una suerte de reinvención del sonido trip hop que le sirve a la artista nacida en Suecia para firmar una álbum en el que las referencias político-sociales van más allá del título del mismo: aborto, refugiados,… “Sólo porque esté abajo no pases por encima mía” clama en Fallen Leaves. Lo político y lo personal de la mano.

 

Trending Tropics

Trending Tropics

Trending TropicsSonyURBANO8/10Trending Tropics

Con Residente acaparando toda la atención con un disco homónimo que ha venido a presentar por España en más de una ocasión durante el último año, más de uno se preguntaría dónde andaba metido el otro cincuenta por ciento de Calle 13, su hermanastro Eduardo José Cabra Martínez “Visitante”. Trending Tropics es la respuesta, un proyecto en el que el músico puertorriqueño ha buscado un nuevo compañero de viaje, el dominicano Vicente García, quien fuera líder de de Calor Urbano y cuya carrera en solitario terminó de despegar en 2017 al ganar un Grammy como Mejor Nuevo Artista Latino.

El proyecto llega con un fuerte andamiaje conceptual: “Hablamos sin tocarnos, nos conocemos sin vernos, somos sonidos e ideas abstractas antes que cuerpos” explica el dúo. Aunque más explícita si cabe es la introducción de Otro día en la tierra: “Otro día en la tierra. El Presidente dice que todo estará mejor, y eso significa lo contrario. En Medio Oriente bombardean un estadio de fútbol y dos poblados. En Occidente hombres y mujeres deslizan sus dedos sobre diminutas pantallas en busca de un alma, o un cuerpo, un producto, un artículo, un descuento especial…”.

Bienvenidos a 2018. Y si esa breve descripción de la ciberdependencia y el caos global representa nuestro tiempo, la banda sonora de 2018 llega -quién puede dudarlo ya- desde la América Latina, en una combinación de los sonidos de baile autóctonos, rap y las nuevas herramientas de producción musical. Trending Tropics explora esa senda y la empuja en nuevas direcciones con la ayuda de un listado de invitados de lujo: Ana Tijoux, iLe, Ziggy Marley, Nidia Góngora o Pucho de Vetusta Morla.

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