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'Bajo la tormenta': la lucha pirata por los Siete Reinos es la lucha mejor

Jon Snow parte de Invernalia para una importante reunión

Mónica Zas Marcos

En Juego de Tronos la venganza no es un plato, es un banquete que se sirve frío y sin postre a la vista. El segundo episodio de la séptima temporada demuestra que no solo el Norte recuerda, también Desembarco del Rey, Dorne y los piratas del mar Angosto esperan pacientes para propinar su estocada. Si aún no han visto Bajo la tormenta, huyan de aquí o calienten motores repasando el análisis de Rocadragón y la chuleta de la sexta temporada.

Bajo la tormenta es como esos recorridos de fichas a los que dedicas horas y días y, con un toquecito inesperado, se desata el efecto dominó antes de tiempo. La batalla por los Siete Reinos era inminente desde el momento en el que Daenerys atracó en la isla de Rocadragón y se puso manos a la obra. “¿Comenzamos?”, urgió la madre de dragones desde el imponente mirador de su castillo.

Lo que no imaginábamos es que, en menos de una hora, la lucha se precipitaría de tal forma que pondría patas arriba el tablero de Poniente. Desde luego era algo que no se adivinaba al comienzo del capítulo, cuando la Targaryen reúne a sus aliadas para diseñar una estrategia infalible contra Cersei Lannister. El plan es tan exquisito como la agudeza de Tyrion, mano de la reina y la mente más brillante de los Siete Reinos.

Las líderes de Dorne, Altojardín y las Islas del Hierro han ofrecido sus ejércitos a la causa, pero todas tienen un bagaje y una forma de afrontar la guerra muy distinta. Este cónclave femenino es una breve maravilla dialéctica con un fin común: el sufrimiento de Cersei, reina de los Siete Reinos. La señora de Dorne, Ellaria Arena, busca rematar la venganza de su querido Oberyn, asesinado brutalmente por la Montaña. La anciana Olenna Tyrell está sola porque la leona hizo saltar a toda su estirpe por los aires con fuego valyrio. Por último, Yara Greyjoy está decidida a ver muerto a su tío Euron y, por consiguiente, a provocar la destrucción de la flota de los Lannister.

Todas ellas se inclinan por una emboscada sin paliativos en Desembarco del Rey. Pero Daenerys no quiere “reinar sobre cenizas”, sino sitiar la capital de Poniente con los ejércitos autóctonos, matar a sus habitantes de hambre y esperar a que la reina abandone el Trono de Hierro para salvar a su pueblo. “¿Le vas a pedir que por favor te ceda el trono?”, le espeta Olenna. La Tyrell sabe de lo que es capaz una mujer que ha llorado sobre el cadáver de todos sus hijos. Las tácticas pacíficas de Khaleesi no funcionarán con ella.

“Los señores de Poniente son ovejas. ¿Sois una oveja? No, sois un dragón. Sed un dragón”. En la guerra por los Siete Reinos no hay lugar para el escrúpulo, eso bien lo sabe la veterana superviviente. Y, como un sabio presagio, Cersei le da la razón al final del episodio y ataca con todas sus fuerzas a los que pretenden derrocarla.

La primera masacre marítima

Decíamos que la venganza en Juego de Tronos es como una muñeca matrioska. Una muerte siempre va a desencadenar otra más brutal, y así hasta que desaparezca cada uno de los miembros de las casas implicadas. Euron Greyjoy se ha propuesto seducir a Cersei Lannister a través de su ambición. Le prometió un premio a cambio de pertenecer a la flota del reino en Rocadragón y el trofeo no se ha hecho esperar.

Los cinco primeros minutos de Bajo la Tormenta sitúan a Daenerys como líder absoluta. Cuenta con apoyos dentro y fuera de Poniente, tiene de su lado a la Bruja Roja, planea pactar con Jon Snow para pedir la lealtad del Norte y no duda en usar a sus tres criaturas lanzallamas. Pero la tormenta llega a su paraíso de ventajas en los últimos cinco minutos de episodio. De camino a las costas de Desembarco del Rey, las dornienses y los Greyjoy caen en las garras de las carabelas gigantes de Euron.

No es la batalla de Aguasnegras ni Casa Austera, pero esta escabechina tiene algo que no hemos visto en ninguna otra hazaña bélica de la serie: piratas. De un bando y de otro, los saqueadores del mar no se conforman con propinar una estocada al rival. Ellos los ahorcan con nudos marineros, los trinchan en la proa de los barcos y les cortan la lengua para bañar de sangre toda la cubierta.

Entre risas malévolas y ojos fuera de las órbitas, Euron Greyjoy machaca a sus sobrinos como quien aplasta a una hormiga con el pulgar. Atrapa a Yara y consigue que Theon salte por la borda asustado en lugar de salvar a su hermana. Aunque no son ellos su verdadero objetivo, sino Ellaria Arena. El ilegítimo señor de las Islas del Hierro tiene a la dorniense prisionera después de asesinar a dos de sus hijas para entregarla ante Cersei. Seguro que la reina tiene mejores planes para la mujer que envenenó a su hija Myrcella con alevosía y en plena firma del tratado de paz.

“Haré arder sus ciudades hasta los cimientos si se atreven a tocarla”, advirtió hace muchos episodios la Lannister. Un recordatorio de que jamás debemos subestimar a la mujer con menos reconcomio de los Siete Reinos, que ha resurgido de las cenizas para derrotar a Daenerys por los tres elementos. En tierra ha reunido a varias casas aliadas para defender Desembarco del Rey; por mar ha convertido la flota enemiga en unas cuantas maderas chamuscadas; pero lo más interesante es lo que planea por aire.

En el sótano de la Fortaleza Roja, los Lannister están construyendo una ballesta que es capaz de atravesar el cráneo de un dragón (o de tres). Como en un campo de tiro, Cersei atraviesa la calavera de Balerion el Terror, el dragón que perteneció a Aegon Targaryen, como si fuese mantequilla. No ha enterrado a sus tres hijos para llegar al Trono de Hierro y que las criaturas lanzallamas de su enemiga se lo arrebaten.

De lobos y dragones

El personaje de Samwell ha tenido que desligarse de los libros para ser tratado por fin como el héroe que no pudo ser en la Guardia de la Noche. En el episodio anterior, el chico descubría una mina poderosa de Vidriagón enterrada bajo la fortaleza de Rocadragón. En este ha decidido curar por su cuenta a Jorah Mormont, infectado hasta el tuétano de psoriagris y desdeñado por los maestres de la Ciudadela. Además de salvar la vida al caballero más fiel de Daenerys, ha desvelado el secreto a su fiel amigo Jon Snow.

Este descubrimiento alentará la visita del nuevo Rey en el Norte a la madre de dragones. Un encuentro que se lleva gestando durante temporadas y que cambiará el rumbo de la guerra contra el Sur de Poniente y contra los Caminantes Blancos. Con la ayuda de Invernalia, Daenerys sumará apoyos en tierra que no le sobran. Por su parte, el bastardo de los Stark se hará con la única arma capaz de desequilibrar la balanza a su favor en la guerra entre los vivos y los muertos.

Durante esta travesía al sur de Poniente reinará Sansa en Invernalia por orden de Jon. ¿Conseguirá Meñique que la joven Stark traicione a su hermano y le arrebate el poder en el Norte? Intención no le falta, pero la llegada inminente de Arya a su hogar puede ponérselo difícil a Petyr Baelish. Dos mujeres Stark, las últimas herederas de Ned y Catelyn, no serán tan fáciles de manipular.

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