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Bankia ha devuelto a sus clientes 5.000 millones por la salida a Bolsa, las preferentes y las cláusulas suelo

José Ignacio Goirigolzarri.

Adolf Beltran

Bankia ha devuelto 5.000 millones a sus clientes por la salida a Bolsa, las preferentes y, ahora, las cláusulas suelo. Así lo ha revelado su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, en su contacto con los medios de comunicación previo a la celebración, este viernes, de la junta general de accionistas en Valencia, donde la entidad tiene su sede social.

La mayor parte de esa cifra corresponde a la operación pública de suscripción (OPS) de acciones que Bankia lanzó en 2011 y por la que Rodrigo Rato y otros antiguos responsables de la entidad están encausados. Goirigolzarri ha defendido la estrategia de Bankia de eludir los conflictos en los tribunales en los tres casos y ha rebatido las críticas que desde la competencia le atribuyen un juego supuestamente ventajista porque dispone de capital público. Y lo ha hecho poniendo cifras al ahorro conseguido con ello. Según el presidente de Bankia, la entidad financiera ahorró 400 millones de euros con la devolución de dinero a los accionistas y ahorrará otros 100 millones con la devolución automática de lo cobrado por las cláusulas suelo en hipotecas, que culminará este mismo mes. “El ahorro es la razón”, ha enfatizado.

Fusión con BMN

Por otra parte, el presidente de Bankia ha indicado que el consejo de administración, que se celebrará este viernes antes de la junta de accionistas, tomará razón de la intención, ya hecha pública por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), de fusionar Bankia con el Banco Mare Nostrum (BMN), ambos participados en más de un 60% por el organismo público creado para los rescates bancarios que se produjeron al afrontar la crisis de las cajas de ahorros.

“Cómo, cuándo y a qué precio será, lo tiene que decidir el FROB”, ha dicho Goirigolzarri sobre la operación, para la que ha anunciado que Bankia dedicará “unos meses” a realizar los análisis que permitan concretarla. El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, de todas maneras, ha esbozado un calendario de la fusión, al estimar dos meses para esa fase preliminar, otros dos para las preceptivas autorizaciones que desembocarían en la convocatoria de las juntas de Bankia y BMN “en julio o septiembre”, en las que se aprobaría la operación. Los últimos trámites de la fusión se producirían a finales de año.

Goirigolzarri ha destacado el escaso solapamiento entre las redes de ambas entidades, lo que minimizaría los ajustes de la fusión, pero no ha querido mojarse en relación al número de despidos o al valor de la operación. La provincia de Alicante es una de las que más solapamiento registraría, con una suma total de poco más de 120 oficinas, ha añadido el presidente de Bankia, y pese a ello sería solo la cuarta red en esa zona.

La gestión profesional e independiente de Bankia ha sido subrayada por Goirigolzarri, que ha insistido en que la entidad “siga siendo independiente”. Tras elogiar al presidente de BMN, Carlos Egea, hacia el que ha destacado su “cariño personal y admiración”, tampoco ha querido aventurar qué papel podría tener en la entidad resultante de la fusión.

Rescate o banca pública

Bankia fue objeto de “ayudas de Estado”, ha asumido Goirigolzafrri en referencia al rescate de la entidad, que rondó los 23.000 millones de euros. Pero esa participación de capital público implicó unas duras condiciones dictadas por la Comisión Europea que incluyeron un plan de reestructuración que obligó a cerrar un tercio de la red, reducir casi un 30% la plantilla, limitar el crecimiento del crédito o renunciar a la financiación de la promoción inmobiliaria (un sector en el que dejó claro que Bankia va a entrar en cuanto pueda con prudencia). Ese periodo, cuyas últimas restricciones acaban a finales de 2017, dio paso, según el presidente de Bankia, a una entidad que tiene al Estado como accionista pero funciona “de forma profesional y meritocrática”.

La privatización o desinversión pública en Bankia, según Goirigolzarri, es un proceso que han de decidir el FROB y el Gobierno. “No creo en la banca pública”, ha reiterado el banquero, que ha añadido que no cree que sea aplicable el modelo de entidad pública a un banco como el que preside. Goirigolzarri defiende que Bankia fuera rescatada con fondos públicos para evitar un coste mayor, que cifró en 60.000 millones de euros si hubiera caído la entidad y hubiera sido necesario afrontar las obligaciones con los depositantes. Al mismo tiempo, es contrario al uso que se propugna desde algunos sectores de una banca pública como “instrumento contracíclico” para conceder créditos en momentos de crisis en el mercado. Y ve normal que el Estado desinvierta en un plazo determinado, aunque eso vaya a suponer que pierda dinero.

Goirigolzarri ha recordado que, cuando llegó a su primera reunión con el consejo  de administración de Bankia, tras el encargo del Gobierno de presidir la entidad, “no conocía a nadie”. Se refería a que allí estaban presentes políticos y directivos ajenos al mundo bancario. Era el panorama resultante de una gestión de las cajas de ahorros muy politizada.

“Un banco valenciano”

“Bankia es un banco valenciano”, ha asegurado, en otro momento, para defender su presencia hace unos días en un acto a favor del Corredor Mediterráneo. Goirigolzarri ha recordado que en su condición de presidente de una entidad cuya sede social está en Valencia, -dado que Bancaja fue, junto a Caja Madrid, una de las dos principales entidades a partir de las cuales se formó Bankia-, es miembro de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), que organizaba aquel encuentro en Murcia. “No tenía tinte político, sino un tinte empresarial”, ha concluido.

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