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Alfabetización y multilingüismo

Carles Marco

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El 8 de septiembre celebramos el Día Internacional de la Alfabetización, aprobado por la ONU en 1965, tema clave como pocos en pos de la Agenda 2030 y sus objetivos de Desarrollo sostenible. La alfabetización hoy en día pretende conseguir un aprendizaje universal no solo de la lectura, la escritura y los básicos rudimentos matemáticos y de las tecnologías de la comunicación, en el contexto escolar y extraescolar, sino también el crecimiento maduro del sujeto bajo el perfil político y civil, así como su participación social profesionalmente cualificada. El tema sigue siendo plenamente vigente pues la evaluación de 2018 de la ONU apunta que siguen habiendo más de 70 países donde el analfabetismo total (no saber nada de lecto-esccritura) llega como mínimo  al 50% de su población sumando 774 millones de personas (dos tercios son mujeres). La cifra ha aumentado desde 1990 en ocho puntos porcentuales. Obviamente estos países siguen anclados en la pobreza y el hambre amén de altas tasas de criminalidad. La temática escogida este año es “Alfabetización y Multilingüismo” enlazando así con las celebraciones del “Año Internacional de las Lenguas Indígenas 2019”. Con motivo de este día se celebra un evento en París donde se pretende tener una mejor comprensión de los paisajes globales de “alfabetización y multilingüismo” en el mundo para promover políticas y programas que sean inclusivas y efectivas. La Unesco también ha considerado esencial la necesidad de respetar y promover la diversidad lingüística en el desarrollo de la educación y la alfabetización para salvar el patrimonio más grande que ha creado la humanidad. Estamos los valencianos pues implicados también en salvar nuestra histórica lengua.

Multilingüismo

El dominio de tres lenguas -trilingüismo o plurilingüismo- es considerado por los lingüistas y pedagogos como la solución al problema de la desaparición de numerosas lenguas ante la globalización (los expertos internacionales alertan de que o se aplican políticas optimizadoras de las lenguas minoritarias y minorizadas o el 90% de las lenguas están amenazadas de extinción y podrían desaparecer en 50 años: sería la mayor catástrofe cultural que ha sufrido la humanidad). Las lenguas desempeñan un papel crucial en la diversidad cultural, revelando cada una con sus diferentes vocabularios y sintaxis modos de ver, comprender, clasificar y establecer relaciones entre las cosas: conservarlas, ha manifestado las Naciones Unidas, es de un inmenso valor para la memoria de las comunidades y de las personas y para la integración social). Su enseñanza es la piedra angular para una amplia adquisición de saberes y una llave para la autoestima, la paz y el desarrollo en el siglo XXI.

Este curso escolar se ha puesto en marcha el programa plurilingüe con que la conselleria d’Educació pretende que los niños desde la educación infantil vayan aprendiendo a la vez y progresivamente el valenciano, el castellano y el inglés. Es un programa ambicioso que, sibilinamente, nuestra derechona política intenta con demagogia boicotear, en detrimento y desprecio –cómo no- de nuestro precario idioma histórico: el valenciano. Curiosamente en el País Valencià hay que defender todavía la lengua y la cultura valencianas cuando la escuela se inventó justamente para transmitirlas. Pero quiero dejar ahora aparte los aspectos sociopolíticos para centrarme brevemente en los beneficios que tiene aprender tres lenguas al mismo tiempo –si el programa se aplica bien, como los expertos sociolingüistas de las universidades de todo el mundo han estudiado, y como se hace ya en los países más desarrollados-. Valga dejar claro a los padres que sus hijos son capaces de aprender tres lenguas y que ello les hace más inteligentes para todas las materias. Y dejar claro que el peso horario que tiene cada una de las tres lenguas es el que va a posibilitar que sin problemas dominen las tres (en Catalunya, cuestión que se calla, el alumnado obtuvo los mejores resultados de todo el Estado en la competencia lingüística del castellano).

Al contrario de lo que piensan muchos, los niños están capacitados para aprender con rapidez diferenciándolas tres lenguas. Su joven cerebro es más receptivo para aprenderlas. De niños somos como esponjas.  No ‘aprendemos’ el lenguaje lo ‘adquirimos’. Por ello cuanto antes comiencen su aprendizaje mejor. Como postuló el genio de la lingüística Noam Chomsky hay un aspecto bien definido de innatismo en la adquisición del lenguaje, el habla, y la autonomía de la gramática –sobre los otros sistemas cognitivos-, así como la existencia de un “órgano del lenguaje” y de una gramática universal: “el lenguaje humano es el producto de descifrar un programa determinado por nuestros genes”. De ahí la rapidez con que desde bien niños reconocemos y asimilamos cientos de palabras y la lógica, reglas y estructura del lenguaje (que en el fondo es más difícil y complejo que otras materias cognitivas incluida la física o las matemáticas). Por su parte el psicólogo experimental de Harvard Steven Pinker también argumenta que en los niños el lenguaje es un “instinto” o una adaptación biológica modelada por la selección natural, una facultad innata proveniente de un ‘módulo mental’ evolutivo para el lenguaje.

Por si esto fuera poco la neurociencia ha demostrado que el bebé es capaz de sentir y discriminar más de 800 sonidos diferentes –que son los que poseen todas las lenguas del mundo juntas- pero que esta capacidad la perdemos pues cada idioma usa 40 sonidos como media (de ahí que un niño chino que no está expuesto a la “R” no percibe sus propiedades fonéticas y nunca la podrá pronunciar, o un castellano hablante tiene dificultades para pronunciar la “E” abierta del valenciano. De todo ello y de las influencias socioculturales e interacciones con el medio podemos afirmar que las redes neuronales se multiplican cuantas más lenguas se aprendan posibilitando un mayor desarrollo cognoscitivo de los niños. Aprender una lengua más no supone un costo en detrimento de otros conocimientos y habilidades dada la plasticidad y versatilidad de nuestro cerebro.  Muy al contrario una lengua más potencia y hace más flexible y versátil el aprendizaje de otras muchas competencias pues todas las materias son lenguas: si un niño no entiende qué plantea  problema matemático nunca lo podrá resolver. Los individuos plurilingües tienen mejor atención selectiva, y más desarrollado el hábito de conmutar entre contenidos mentales. Su capacidad de ejecución mental es mayor y están más protegidos contra la neurodegeneración en la vejez. No sabemos cómo la especie humana inventó el lenguaje, pero sabemos que su aparición cambió completamente el modo de funcionar de nuestro cerebro. Es el procedimiento que usa nuestra inteligencia inconsciente para darse cuenta -y explicarse a sí misma- de lo que hace. Lo que es único en el ser humano es su capacidad de verbalizar, y al hacerlo, crear un sentido personal de realidad consciente a partir de los múltiples sistemas presentes. Esta asombrosa capacidad de integrar conocimientos y actividades diversas no podría darse sin el concurso del lenguaje que entrelaza coherentemente módulos que funcionaban aisladamente. Por eso generalmente los deseos y opiniones aparecen ya empalabrados.

Salvar el valenciano

No me puedo extender más explicando la historia,  las necesidades y las propuestas que, sobre todo para tanta gente analfabeta total, son urgentes. Sin duda debo recordar al gran pedagogo Paulo Freire, que desarrolló métodos de alfabetización que implicaban el desarrollo crítico de la lectura del mundo.  Reseñar nuevamente que este año en el tema de la alfabetización la ONU nos implica también a nosotros los valencianos para conseguir que seamos multilingües y respetemos y salvemos el valenciano. Hay que insistir a los padres que las investigaciones psicolingüísticas y psicopedagógicas indican que los pequeños no diferencian entre primera y segunda lengua antes de los tres años. Es más, si viven en contacto con tres, incorporan las tres a su repertorio lingüístico habitual.

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