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“Tenemos promesas, pero todavía no tenemos suficiente dinero para reconstruir Gaza”

La ministra de Turismo de Palestina, Rula Ma’ayah. Fotografía: Miguel Ángel Moreno

Miguel Ángel Moreno Ramos

La ministra de Turismo de Palestina Rula Ma’ayah viajó a España para formar parte de la representación que su país envió a la Feria Internacional de Turismo FITUR. Su visita estaba centrada en mostrar la recuperación del turismo a su país después del ataque de Israel a Gaza entre julio y agosto de 2014 en el que murieron 2.100 palestinos; pero también ha lanzado un mensaje a la comunidad internacional: “Tenemos promesas, pero todavía no tenemos suficiente dinero para reconstruir Gaza”, ha alertado en conversación con eldiario.es tras el anuncio de la paralización de la ayuda de la ONU a la ciudad.

El pasado 27 de enero la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) anunció que tenía que suspender la ayuda a las familias de Gaza por la falta de dinero. Pese a que la conferencia internacional de países donantes realizada en El Cairo en octubre de 2014 prometió 5.400 millones de dólares (unos 4.700 millones de euros), este dinero no ha llegado y la ayuda se ha detenido, según corrobora la ministra palestina.

“Por supuesto en esta conferencia de donantes había un compromiso con Gaza, pero en este momento solo una pequeña cantidad de dinero ha llegado. Esperamos que los países vayan empezando a ayudarnos”, comenta Ma'ayah, que puntualiza que lo comprometido en El Cairo incluía tanto aportaciones a Gaza como a todo el territorio palestino para varios proyectos.

“Llamamos a todos los países, a todos los que lo prometieron, a que den dinero para que UNRWA pueda trabajar en Gaza”, declara la ministra palestina de Turismo, que reconoce que de momento la aportación internacional para la reconstrucción se mueve más en el territorio de las promesas que en el de los hechos consumados.

“Tenemos promesas, pero todavía no tenemos suficiente dinero para reconstruir Gaza. Estamos trabajando duro, pero Gaza está todavía bajo asedio, hay muchos problemas. No podemos superar estos problemas sin el dinero suficiente de la comunidad internacional”, lamenta Ma'ayah.

La ministra palestina explica que los hogares que siguen en pie en Gaza tienen electricidad unas ocho horas al día de media, y que las escuelas, muchas de ellas blanco de la artillería israelí en la operación de julio y agosto, están trabajando en varios turnos para atender a toda la población en edad escolar.

“Las escuelas que fueron, digamos, parcialmente destruidas están utilizándose. También hay refugiados en otras escuelas. Para resolver este problema comenzamos a realizar turnos en los colegios. Si un colegio no puede utilizarse, otro puede usarse en turnos de mañana, tarde y noche”, explica.

“Todos los estudiantes están yendo al colegio, pero estamos usando los colegios existentes de la forma más eficiente”, asegura Rula Ma'ayah.

“Creo que la Corte Penal Internacional no es ciega”

La firma del Tratado de Roma por parte del presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abás el pasado 2 de enero permite a Palestina poder acudir a la Corte Penal Internacional, donde ya ha interpuesto una denuncia contra Israel por crímenes de guerra en Gaza y Jerusalén Este durante el verano de 2014, que está ya en manos de la fiscal gambiana Fatou Bensouda, fiscal jefe de la Corte.

“Soy optimista por lo que pasó, no solo en los últimos años sino desde el principio de la ocupación. Creo que la Corte Penal Internacional no es ciega, y si solo miramos a los asentamientos, son un crimen de guerra”, explica Ma'ayah durante la entrevista, en la que enfatiza su derecho a utilizar este mecanismo legal, que les estaba negado con anterioridad por no ser un Estado miembro de las Naciones Unidas.

A finales de 2012 lograron el estatus de Estado observador en la ONU y, tras el rechazo de la última resolución propuesta por Jordania y una veintena de países árabes en el Consejo de Seguridad a finales de 2014, en la que se instaba a un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos en doce meses y la retirada de Israel de los territorios ocupados en 2017, Abás firmó el tratado que les permite realizar esta denuncia en la justicia internacional.

“Estamos bajo ocupación, tenemos el derecho a defendernos pacíficamente, la Corte Internacional es una de las opciones, hemos firmado el acuerdo y vamos a ir. Si te roban tu casa, y no quieres luchar, vas a juicio o llamas a la policía. Eso es lo que vamos a hacer. Todo el mundo sabe que tenemos esta posibilidad y lo que queremos es vivir independientes, no tener ocupación y acudir a la Corte es parte de las opciones que tenemos”, explica Ma'ayah.

La ministra palestina se ha mostrado satisfecha por el reconocimiento que Suecia hizo de su país el pasado mes de octubre, al que siguieron mociones parlamentarias en España o Reino Unido para que sus gobiernos realizaran este reconocimiento. “Creo que Europa puede suponer la diferencia y dar un paso más”, asegura, aunque también reconoce que esperan a ver acciones concretas. “Siempre hemos dicho que queremos que pasen cosas concretas y en el terreno. Creo que la Unión Europea está moviéndose en la dirección correcta”, apuntó.

Visitas pospuestas a Palestina

Ma'ayah, como máxima responsable del Turismo en Palestina, busca ofrecer una imagen positiva de un país que busca recuperarse del trastorno que supuso para la llegada de visitantes el ataque israelí. Asegura que 2014 iba a ser el mejor año en términos de llegada de turistas, pero que la agresión a Gaza provocó “un 60% de cancelaciones de viajes” y que el periodo de Navidad –temporada alta en Palestina por el turismo religioso- no ha sido tan bueno como lo esperado, también por las cancelaciones de reservas.

“Lo bueno es que los turistas volvieron pese a la agresión, eso no pasa en otras partes del mundo. Esperamos que en 2015 vengan muchos más turistas y aquellos que cancelaron reconsideren su decisión. Incluso durante la agresión en Gaza y con todos los problemas, nunca hemos tenido problemas con ningún turista que ha venido a Palestina”, enfatiza Ma'ayah, que confía en que aquellas cancelaciones no sean sino “visitas pospuestas” a su país.

También explica que, pese a que el principal atractivo del país es el turismo religioso, con monumentos cristianos como la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén o la Basílica de la Natividad en Belén, su objetivo es potenciar también un turismo de otro tipo, que recorra varias áreas de Cisjordania y permita vivir en comunidades palestinas a los viajeros.

Rula Ma’ayah es cristiana, una comunidad que ha pasado de suponer más del 20% a menos del uno tras la ocupación israelí. Sin embargo, no tiene ese sentimiento de minoría. “No nos consideramos una minoría. Somos palestinos, formamos parte de la comunidad palestina. Todo palestino tiene su religión, algunos son cristianos, otros musulmanes. Somos todos palestinos y uno no se siente minoría en casa”, sentencia.

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