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No quiero ser cómplice: ninguna frontera debe convertirse en ataúd

Miembros de la Guardia Civil junto al cadáver hallado el pasado sábado en la playa de la Ribera, en Ceuta./ Efe

Estrella Galán

Secretaria general de Cear —

Ninguna frontera vale más que una vida humana. Ninguna frontera debe convertirse en el ataúd de aquellas personas que, huyendo de la guerra, la miseria o la muerte llegan a nuestras fronteras y se encuentran con la violación de los derechos humanos. Basta ya.

En nuestras fronteras se ejerce la violencia física contra quienes intentan cruzarlas utilizando material antidisturbios y métodos “disuasorios” como las concertinas. También se niega el auxilio a personas cuya vida peligra en el mar, se mueve la línea fronteriza de manera arbitraria y se producen devoluciones “en caliente” de los migrantes que consiguen llegar a nuestro territorio.

Estas prácticas no solo violan la legislación nacional e internacional (normativa española y europea de extranjería y asilo, Convenio Europeo de Derechos humanos, Convención de Ginebra...), sino que hieren a todas las personas que entienden que el control de las fronteras no puede anteponerse al respeto de los derechos humanos y al más básico sentido humanitario. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) no puede ni quiere mirar para otro lado. Nuestro papel estatuario nos lleva a defender a nuestro colectivo de atención y ante la gravedad de los hechos, ser la voz de los que no tienen voz.

Por medio de estohayquecortarlo.org CEAR hace un llamamiento a la ciudadanía para que firme la petición dirigida al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, solicitando poner fin a las prácticas inhumanas llevadas a cabo en las fronteras de Ceuta y Melilla, la retirada de las concertinas y el respeto y cumplimiento de la legislación nacional e internacional. Las concertinas son el elemento más visible de la violencia en las fronteras y el símbolo del racismo institucional. Basta ya.

Los mensajes de alarma de las autoridades gubernamentales y ciertos medios de comunicación no hacen sino sembrar un mensaje erróneo, sesgado y malintencionado de las cifras de refugiados que a través de las fronteras de Ceuta y Melilla quieren entrar a España. ¿Es España realmente la puerta de entrada de los inmigrantes a Europa?

Las cifras son contundentes. Según el informe de Frontex, en 2012 el número de entradas irregulares por la ruta Oeste Mediterránea en la que se encuentran Ceuta y Melilla fue de 6.397, mientras que por la ruta Este-Mediterránea de Europa (Grecia, Bulgaria y Chipre) la entrada de inmigrantes fue de 37.224, casi 6 veces más.

Basta ya. Basta ya de mensajes capciosos que únicamente buscan sembrar miedo ante la llegada de personas que huyen de la violencia, la persecución y el hambre, la llegada del inmigrante, el refugiado, el apátrida y el solicitante de asilo.

#estohayquecortarlo y por ello, desde CEAR pedimos información veraz, fiel a los datos y sobre todo que el Gobierno respete y no vulnere los derechos humanos. Yo, como ciudadana, no quiero ser cómplice de la violación de los derechos humanos en las fronteras.

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