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Cambiar de paradigma laboral en la pandemia: un seguro de empleo y no de paro

Un grupo de personas haciendo cola en una agencia de empleo en Leipzig, Alemania.

Aldo Mas

Berlín —

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El SARS-CoV-2, el virus de la COVID-19, está cambiando el mundo, incluido el mundo laboral. Se ciernen amenazantes perspectivas con millones de parados, recibiendo subsidios de desempleo o reduciendo las jornadas. El pasado mayo, unos 7,3 millones de personas en Alemania veían como sus jornadas laborales se veían reducidas, según las cuentas del portal de estadísticas germano Statista

Los recientes paquetes de estímulo aprobados por el Gobierno de 'gran coalición' que dirige la canciller Angela Merkel servirán supuestamente para contrarrestar en la medida de lo posible las consecuencias económicas más inmediatas de la lucha contra el coronavirus. Sin embargo, para los profesores universitarios Wolfgang Schröder y Günther Schmid hace falta algo más que programas de estímulo nacionales o europeos para ofrecer esperanzadores horizontes laborales.

Schröder, sociólogo de la Universidad de Kassel, y Schmid, profesor emérito de Teoría de Política Económica de la Universidad Libre de Berlín e investigador del Centro para las Ciencias Sociales de Berlín (WZB), vienen proponiendo desde que comenzó a notarse el schock económico del coronavirus la idea de “asegurar el trabajo” en lugar de asegurar sólo el desempleo.

Su idea surge de plantearse cómo hacer frente a riesgos laborales como quedarse sin trabajo “no sólo de un modo reactivo, con subsidios de desempleo”, dice Schröder a eldiario.es. “La ayuda que llega al desempleado lo hace cuando el trabajador ya está en el paro, lo que interesaría es adoptar una perspectiva preventiva en las políticas de trabajo”, añade.

Para él y Schmid lo ideal sería que el asalariado o autónomo contara con un apoyo formativo extra durante su vida laboral que incluyera los periodos en los que se trabaja. Así, “el trabajador lograría mejorar su cualificación; formándose ganaría nuevas competencias, lo que reduciría el riesgo de quedar desempleado y abriría las puertas a un mejor salario”.

Schmid lleva ya un par de décadas defendiendo esta idea. Ésta supone, entre otras cosas, la prevención del paro, pero no únicamente eso.“El seguro de empleo cubriría ingresos en cinco transiciones críticas en la vida laboral: de la escuela al trabajo, de un trabajo a otro con un periodo de desempleo, la transición de cambios de horarios causados por situaciones familiares o por fluctuaciones en la demanda, la transición de un trabajo a otro por cuestión de cualificación o por deseo de cambio de trabajo del empleado y, finalmente, la transición de la vida laboral a la jubilación”, explica Schmid a eldiario.es.

Asegurar el trabajo implicaría, por tanto, en la vida laboral de cada trabajador un apoyo extra destinado a la formación o a cubrir fases de desempleo o jornadas reducidas como las que se viven ahora en tiempos de pandemia.

En la misma dirección que la mochila austriaca

La propuesta de Schröder y Schmid no es, para nada, algo que no haya salido de sus despachos universitarios. Ya hay medidas laborales implementadas que van en esta dirección. Por ejemplo, la llamada mochila austriaca. Se conoce bajo ese nombre una aportación anual que recibe el empleado de parte del empresario y a la que se accede cuando haya un despido, si cambia de empresa se lleva ese dinero consigo. “Esto es algo que va en la línea del seguro del trabajo. Es un buen elemento y una invención original de los austriacos que existe desde hace ya tiempo”, señala Schmid, autor del volumen Europa in Arbeit (Ed. Campos, 2018) o 'Europa en el trabajo', un libro dedicado al mundo laboral europeo.

Sin embargo, él y Schröder quieren es ir más allá. Lo que esta pareja reivindica es, en suma, la creación de una ayuda nueva para personas que trabajan y que les sirva para mejorar y reorientar sus cualificaciones. Se pagaría con el 1% de los ingresos de cada empleado y con fondos públicos. Sus principales beneficiarios serían quienes más lo necesitaran, ya sea “porque su cualificación sea peor, porque su situación vital es más precaria o porque trabajan en un sector económico que no tiene futuro”, según Schröder.

La izquierda aprueba la idea

Schröder y Schmid ven claro que potenciar la formación continúa es algo necesario en estos días de pandemia y caída de la actividad económica en los que muchos trabajadores se han quedado y siguen en casa, cobrando el paro o sólo parte de su salario.

Por otro lado, “con la pandemia hemos visto profesionales, como los maestros, que no están preparados para afrontar clases virtuales o para comunicarse digitalmente con los alumnos”, comenta Schröder. “Si tuviéramos un seguro de empleo, éste sería clave para seguir pensando en adquirir nuevas competencias. Así, los maestros aprenderían a enseñar desde entornos virtuales y utilizando nuevas tecnologías lo que redundarían en una mejor enseñanza para sus alumnos”, abunda.

Habla este experto sabiendo que la reapertura de las escuelas que ha experimentado Alemania tras los días de las medidas más duras de distanciamiento social frente a la COVID-19 ha estado marcada por inéditos y no siempre fructuosos esfuerzos de los maestros por llegar a sus alumnos a través de medios digitales.

En un reciente artículo de opinión publicado en el diario berlinés Der Tagesspiegel, Schröder y Schmid recordaban la conveniencia de la idea del “seguro de empleo”, un “cambio de paradigma laboral” que ven con buenos ojos en la izquierda del espectro político teutón. Concretamente, la propuesta la apoyan en mayor o menor medida el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), la formación ecologista de Los Verdes y la izquierdista Die Linke.

Schmid ve en algunas de las medidas implementadas por el actual ministro de Trabajo alemán, el socialdemócrata Hubertus Heil, “algunos elementos esenciales del esquema del seguro de empleo”. Alude, por ejemplo, a la Ley de Oportunidad de Cualificación de 2018. Esta facilita el acceso a trabajadores a formación, llegando a pagar el estado el 100% de la misma en caso de personas mayores de 45 años o con una discapacidad severa, según recuerda el investigador del WZB.

Un esquema europeo que asegure el trabajo

Además, el pasado mes de mayo se aprobó la Ley del Trabajo del Mañana, un paquete de medidas en el que se facilita que los empleados reciban formación para poder desempeñar nuevas tareas en las empresas en las que ya trabajan.

Incluso más esperanzador parece resultar que a nivel europeo que las instituciones de Bruselas se acerquen a la idea del “seguro de empleo” en el actual contexto pandémico.

“La pandemia no es la razón para que se pase del seguro de desempleo a la idea del seguro de empleo, pero aumenta la urgencia para que haya ese cambio”, según Schmid. “Muchos más estados de la UE han respondido a la recesión de la pandemia con subsidios de jornada reducida que en la crisis de 2008 y 2009. Esto es algo por lo que no hemos visto crecer aún el paro de manera tan dramática como en Estados Unidos”, abunda.

Es más, a su entender, con la reciente creación del Instrumento Europeo de Emergencia para el Apoyo Temporal para Reducir los Riesgos de Desempleo, o SURE, por sus siglas en inglés, la Comisión Europea ha hecho “de la jornada reducida un elemento central” de sus actuales políticas anti-crisis. El SURE está dotado de 100.000 millones de euros. “Ahí podría estar el inicio de un esquema europeo de seguro de empleo”, concluye Schmid.

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