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¿Afecta la crisis catalana a la creación de empleo, como dice Báñez?

Báñez: "Se está parando la creación de empleo en Cataluña"

Marina Estévez Torreblanca

Los datos de empleo de octubre que se han dado a conocer este viernes se han observado con lupa para comprobar el efecto sobre el empleo de la crisis política catalana. Muestran que el paro registrado en la comunidad autónoma ha crecido en 14.698 personas respecto a septiembre, un 3,67%, y que la afiliación a la Seguridad Social, que es lo que determina el número de empleados, ha subido un 0,05%, en 1.700 personas. En términos interanuales, el empleo ha crecido en 119.638 personas, un 3,76%.

Si bien en términos absolutos Catalunya fue la región donde más aumentaron los desempleados (14.698, un 3,67%), en términos relativos, en porcentaje, se situó en cuarto lugar, por detrás de Baleares (21,17%), La Rioja (7,9%) y Cantabria (3,83%). El incremento catalán duplica el registrado en octubre de 2016 (7.325 desempleados) y es el más elevado en este mes en nueve años. Según algunos economistas sí está claro el efecto de la crisis del 1-O sobre el empleo.

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha afirmado que en “comunidades similares” a Catalunya, como Madrid o Valencia, se han registrado 37.000 o 38.000 empleos y ha añadido que “se está parando la creación de empleo en Cataluña porque la estabilidad política es fundamental para la creación de empleo y la creación de oportunidades”. Pero al comprobar el comportamiento de estas tres comunidades autónomas a lo largo de los últimos años en el mes de octubre se observa que dicho esquema se repite, y no es específico de este ejercicio.

Así, en octubre de 2016 el empleo creció en Catalunya en 5.858 personas (0,18%), frente a las 1.702 de este año. Pero en la Comunidad de Madrid subió en 33.487 (1,16%) y en la Comunidad Valenciana en 37.610 (2,22%). Es decir, que las de este año no son, como ha dicho la ministra, cifras extraordinarias de comparación entre estas tres comunidades.

Mirando años anteriores, en 2015, la afiliación en Catalunya subió en tan solo 5 personas en octubre (0%). En la Comunidad de Madrid lo hizo en 30.208 personas (1,08%), y en la Comunidad Valenciana, en 33.907 (2,08%). Un año antes, el empleo en Catalunya en octubre se redujo en 4.504 personas (‐0,15%), mientras crecía en Madrid en 25.263 (0,93%) y en 33.626 (2,14%) en la Comunidad Valenciana.

Algo parecido sucedió en 2013: Catalunya 4.357 afiliados menos (‐0,15%), Comunidad de Madrid 22.787 más (0,86%), en Comunidad Valenciana 35.217 (2,32%) más. El año que empezó la crisis económica, en 2008, en el mes de octubre en Catalunya se destruyeron 26.834 empleos (-0,79%), en la Comunidad de Madrid 3.227 (-0,11%) y en la Comunidad Valenciana se crearon 3.321 (0,18%).

Pero en todo caso, los economistas prefieren no utilizar los datos absolutos, sino los porcentajes interanuales de crecimiento o decrecimiento, para evitar el efecto de la estacionalidad. Si se compara la trayectoria de Catalunya, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana, como propone Empleo, según los porcentajes de afiliación en el último año, se puede observar una cierta ralentización para la primera.

Aunque al ampliar el espectro al resto de las comunidades, Catalunya no es ni en términos mensuales ni anuales la peor parada en cuanto a creación de empleo, ni la que más baja respecto a momentos anteriores. Por ejemplo, en Islas Baleares el empleo ha bajado un 6,62% desde septiembre y en La Rioja un 0,81% desde hace un año.

“Impacto de proporciones impredecibles”, según Funcas

Por otro lado, Funcas ha rebajado este viernes una décima sus perspectivas de crecimiento para España el próximo año, hasta el 2,6% del PIB, medio punto por debajo de este año. Explican que sus previsiones se realizan bajo el supuesto de un riesgo político contenido en el tiempo. Bajo este supuesto, se espera un debilitamiento de la economía catalana que reduciría el crecimiento en esa comunidad de manera acusada, pero limitada en el tiempo y con escasos efectos sobre el resto de comunidades.

Así pues, el desafío soberanista restaría la mitad del crecimiento inicialmente previsto entre el 1-O y marzo de 2018 en Catalunya, pasando del 3,1% a cerca del 1,6%. La inversión, el consumo y el turismo serían los más perjudicados. A partir del segundo trimestre, sin embargo, el PIB recuperaría el ritmo previsto en las anteriores previsiones, ya que, pese al cambio de sede social y fiscal de muchas empresas, los principales centros de actividad permanecerían en Catalunya. En este escenario de normalización progresiva, el impacto sobre el resto de comunidades sería limitado.

Pero advierten de que la “principal amenaza” a que se enfrenta la economía española es la de una incertidumbre prolongada en Catalunya. Esta situación tendría un impacto de “magnitudes impredecibles” sobre la economía catalana y afectaría al resto del país. Este escenario, aunque poco probable, no se puede descartar, añade Funcas.

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