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Las cifras de la unión de Unicaja y Liberbank: la quinta mayor entidad del país con 10.000 trabajadores y casi 2.000 sucursales

Fachada de la sede central de Unicaja en Málaga. EFE/Jorge Zapata/Archivo

Diego Larrouy

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Hace apenas unas semanas se conocía una gran fusión en la banca española: CaixaBank y Bankia creaban el mayor banco en España. Ahora ya está sobre la mesa la segunda unión desde la vuelta de verano con la posible unión de Unicaja y Liberbank. Los consejos de administración de ambas entidades han dado vía libre esta semana a las negociaciones para una fusión. Aunque de menor tamaño que la primera, esta operación es la demostración de que existe una nueva ola de fusiones que se está produciendo en el sector financiero español.

La unión de estos dos grupos supone crear la quinta mayor entidad del país, teniendo en cuenta el volumen de activos que ambas suman. Concentrarían, según las cuentas del primer semestre de estos grupos, unos 108.000 millones de euros en activos, situándose por encima de rivales como Bankinter y solo por detrás de los cuatro grandes CaixaBank, BBVA, Santander y Sabadell. Quedaría, sin embargo, lejos de la cabeza del sector, puesto que supondría menos de una quinta parte del grupo catalán una vez se culmine la absorción de Bankia. Su nivel se situaría todavía fuera de las 50 mayores entidades financieras de Europa, según los datos de S&P.

Tanto Unicaja como Liberbank son herederas de las antiguas cajas de ahorros regionales. La primera nació como entidad financiera surgida de la caja malagueña, a la que posteriormente se le unió Banco Ceiss (Caja España-Duero), primero como filial en 2014 y posteriormente absorbida completamente en 2018. Por su parte, Liberbank, al igual que ocurría con Bankia, nació de un SIP. Este sistema suponía, en la práctica, fusionar los negocios bancarios de antiguas cajas de ahorros. En el caso de Liberbank, inicialmente nombrada Effibank, aglutinó a la asturiana Cajastur, a Caja Extremadura y a Caja Cantabria. Como detalle, es heredera de Caja Castilla-La Mancha, la primera entidad rescatada en España tras la crisis de 2008, ya que fue adquirida por Cajastur.

Tanto Liberbank como Unicaja son los únicos dos bancos cotizados que no están en el Ibex 35. La primera debutó en el parqué en 2013 y la segunda lo hizo en 2017, siendo la salida a Bolsa más reciente en el sector. Ambos grupos suman 1.900 millones de euros de cotización, tras los fuertes incrementos que han tenido durante la pasada semana después de conocerse que retomaban las negociaciones tras haber fracasado en 2019 en el anterior intento de fusión. Unicaja supone en torno al 60% de esa valoración y Liberbank un 40%, si bien esto no tiene por qué traducirse en el reparto final de la operación. Por ahora las partes, según fueron consultadas por este medio, no avanzan detalles sobre las nuevas negociaciones.

No es la primera vez que ambas entidades tantean su fusión. Ya a finales de 2018 se iniciaron unas negociaciones que se acabaron dando por rotas en la primavera de 2019, hace apenas año y medio. Sin embargo, la imposibilidad de llegar a un acuerdo respecto al canje de las acciones truncó las negociaciones. Se apuntó entonces a un posible reparto de la nueva entidad de un 60% para Unicaja y un 40% Liberbank, pero el detalle final de esta ecuación fue la que hizo descarrilar la creación de un grupo conjunto. Así lo confirmaron ambas entidades en sus respectivas comunicaciones a la Comisión Nacional del Mercado de Valores en mayo del año pasado.

Sin embargo, en año y medio la situación ha cambiado y el contexto del sector es bien distinto. La crisis del coronavirus ha complicado la rentabilidad de los bancos y sus perspectivas futuras, puesto que se espera que lleguen más lejos los tipos de interés negativos que lastran al negocio bancario. El BCE está presionando a los bancos de menor tamaño para que se unan y generen grupos más grandes y rentables que puedan reducir costes a base de sinergias. Además, el anuncio de CaixaBank y Bankia ha acelerado los movimientos en el sector bancario y ha sido señalado como el comienzo de una nueva ola de fusiones.

Las cifras de la futura entidad

En la actualidad, si se uniesen ambas entidades, nacería un banco con cerca de 10.000 trabajadores (6.300 Unicaja y unos 3.700 Liberbank) y 1.600 sucursales repartidas por toda España. Respecto a la expansión territorial que tienen ambos grupos, Unicaja está especialmente presente en Andalucía y en Castilla y León. En menor medida también cuenta con un número importante de sucursales en Castilla-La Mancha, Extremadura o Madrid. En el caso de la entidad asturiana, su principal presencia es en el Principado, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura. Debido a la fuerte implantación en algunos territorios de las antiguas cajas sumarían, a expensas de ajustes tras el acuerdo, la mayor red de oficinas en una quincena de provincias, como Albacete, Almería, Asturias, Cáceres, Ciudad Real, Málaga o Valladolid. Al contrario de lo que ocurre con CaixaBank y Bankia, con bastantes solapamientos, entre estos dos grupos hay menor coincidencia territorial. Por ejemplo, en Madrid, apenas suman 100 sucursales.

Acudiendo a otras cifras de negocio del grupo que pudiera surgir tras esta operación tendría 72.000 millones de euros de depósitos de clientes. En lo que se refiere a los créditos, la cartera hipotecaria de Unicaja y Liberbank supera los 28.000 millones de euros. El conjunto del negocio crediticio suma algo más de 53.000 millones de euros, a los que habría que añadir 4.600 millones de euros en activos no productivos (conocidos como NPA, con activos inmobiliarios recibidos tras impagos y créditos de dudoso cobro). Además, ambos grupos tienen bajo gestión 7.200 millones de euros en fondos de inversión y otros 1.200 millones en fondos de pensiones, líneas de negocio en los que la entidad resultante tienen un tamaño bastante menor respecto a su competencia nivel nacional.

La última palabra de la eventual fusión, si las negociaciones llegaran a buen puerto y los consejos de administración la aprobasen, sería de los accionistas. Por parte de Unicaja, su principal accionista es la Fundación Bancaria Unicaja, que ostenta el 49,7% del banco y, presumiblemente, sería el primer accionista del nuevo grupo. Pese a decidir la salida a Bolsa del grupo, la fundación apostó por mantenerse como el accionista de control de la compañía. Otros accionistas destacados en el banco andaluz son el empresario y promotor de centros comerciales Tomás olivo, que tiene algo más del 5%, los propietarios de Mayoral, a través de Indumenta Pueri, con otro 5%, y la gestora de fondos del Santander, con otro 5%. 

En el caso de Liberbank, el primer accionista es la Fundación Bancaria Caja Asturias, que mantiene el 24% del grupo y presumiblemente sería el segundo propietario en la entidad si se fusiona con Unicaja y a falta de conocer el canje de acciones. El segundo accionista de la entidad asturiana es el fondo Oceanwood, que acumula el 18%, según figura en los registros de la CNMV. El empresario mexicano Ernesto Tinajero es el tercer accionista, con el 7,1%, y el asturiano Fernando Masaveu, también accionista de Bankinter, cuenta con el 5,7% de la entidad. En el accionariado también están las fundaciones de las antiguas cajas de Cantabria y Extremadura. 

Un tema que quedará por resolver durante la negociación, además del canje de acciones entre ambos grupos, será la ubicación de la sede o el reparto que se haga de los cargos ejecutivos y de alta dirección. Liberbank está dirigida por Manuel Menéndez, histórico banquero asturiano que dirigió Cajastur ya desde los años noventa. Él es actualmente el consejero delegado y el cargo de presidente ejecutivo lo ostenta Pedro Rivero. Unicaja, por su parte, tiene como presidente ejecutivo a Manuel Azuaga, un directivo con larga trayectoria en la entidad salvo un inciso de cuatro años en los que fue presidente de la empresa pública Aena, durante el primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El consejero delegado es Ángel Rodríguez, nombrado poco después de que fracasara la anterior negociación entre estos dos bancos.

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