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El comercio justo en España dispara su crecimiento un 53% en 2018 pero aún está a la cola del resto de Europa 

Café de comercio justo en una tienda especializada.

Iván Fernández

Los consumidores españoles apuestan cada vez más por los productos de comercio justo, en el último año su volumen de ventas se ha disparado un 53% respecto a 2017 alcanzado los 77,8 millones de euros. El doble que lo registrado hace tres años. Sin embargo, España sigue estando a la cola de Europa en gasto medio por persona, con 1,67 euros. Así lo refleja el informe “El Comercio Justo en España 2018”, elaborado por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ) y financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

“El sector no ha parado de crecer de forma paulatina y este año ha sido el más importante respecto a los últimos años”, señala Alberto Abad, portavoz de CECJ. El fuerte crecimiento se debe a la incorporación de productos de diferentes empresas a la red de comercio justo. “Hay cada vez más actores con diferentes productos”, señala Abad, quién lamenta que en España todavía tenga poco peso en la compra habitual de los consumidores.

El sector, que opera en 137 países, ha registrado a nivel mundial una facturación de 8.400 millones de euros, con un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Por lo tanto, el mercado español apenas representa el 1%. En cuanto al gasto anual por persona, la media europea se sitúa en 15,8 euros. Muy lejos de los 1,67 euros que gasta el consumidor español. “Esta diferencia se ha recortado en los últimos años. Hemos pasado de consumir 15 a 10 veces menos”, señala Abad.

Por tipo de productos, la alimentación sigue siendo la gran protagonista del comercio justo representando un 95% de las ventas. El alimento que más ha crecido en el último año ha sido el cacao y sus productos derivados, lo que ha situado al grupo de azúcar y dulces como el preferido por el consumidor español representando un 63,5% de la facturación. El café es el otro gran protagonista, aunque a pesar de aumentar sus ventas ha perdido peso porcentual en el sector pasando del 37% en 2017 al 25% en 2018. A estos dos alimentos, que juntos suponen el 88,5% de la ventas, se ha unido este año la venta de productos frescos (fruta) con un peso porcentual del 1,35%.

El resto de las ventas corresponden a la artesanía y textiles (3,9%) y los artículos de cosmética e higiene (1,1%). “Hay que destacar el importante crecimiento del textil, cuya factura ha superado el millón de euros”, reza el informe.

En cuanto a la distribución, los supermercados se sitúan como los principales espacios de consumo de comercio justo. En sus establecimientos se producen el 66,5% de las ventas. Algo que preocupa a Mónica Gómez, vicepresidenta de la CECJ: “si solo crecemos por ahí el movimiento se encontraría en una situación de debilidad, nos preocupa que sea así. Nosotros apostamos por las tiendas especializadas porque son las que permiten la relación directa con el consumidor y las que desarrollan iniciativas de concienciación y movilización social”.

A los supermercados le siguen el denominado sector HORECA (hostelería, catering y restauración), que registra el 19,8% de las ventas. En tercer lugar quedan los establecimientos minoristas, con un 11,8% de la facturación. Entre estos establecimientos se encuentran las 75 tiendas gestionadas por la CECJ, que generaron el 6,2% de las ventas

Movilización social, denuncia e incidencia política

Más allá de la comercialización, el comercio justo promueve la concienciación y sensiblización con la desigualdad, la pobreza y el consumo responsable. Desde la CECJ organizaron el último año más de 2.000 iniciativas concretas en las que participaron más de 180.000 personas, entre ellas 20.000 estudiantes y docentes de Primaria, Secundaria y Bachillerato.

“Estamos desarrollando distintas iniciativas para exigir la aplicación de una legislación internacional que obligue a las empresas multinacionales a cumplir los Derechos Humanos y garantizar la protección del medio ambiente a lo largo de toda la cadena de fabricación, dentro y fuera de nuestras fronteras”, comenta Gómez, en relación a la campaña “Derechos para las personas. Obligaciones para las multinacionales” en la que participa la CECJ

“Lo importante es cambiar la vida de los productores”

Para la vicepresidenta de CECJ el impacto de nuestras compras también se mide en la capacidad real de transformaciones económicas y sociales. “Si importan las ventas es por cómo cambian la vida de las personas que hay detrás de los productos”, comenta. En este sentido, el informe recoge varios testimonios de productores de América Latina, el principal socio de España en el comercio justo.

“El comercio justo llega a las comunidades remotas y más pobres, donde no llega la acción política”, comenta Jaime Gómez miembro de la cooperativa de cacao Conacado de República Dominicana. “Es muy importante para nosotros porque reconoce muchos derechos que los productores, al ser pequeños, no tenían. Derechos como un trabajo digno o recibir beneficios, de los que estaban prácticamente excluidos. Para nosotros es importante la justicia que se logra a través del precio”, explica Guillermo Berru, presidente de la productora de azúcar CAES Piura (Perú).

La productora de café Ivania Rivera, vice-gerente de Aldea Global (Nicaragua) cree que el comercio justo es invertir en calidad de vida de las familias productoras, para explicarlo pone el siguiente ejemplo: “Ahora que el precio del café a nivel internacional está muy bajo, cuando un productor de comercio justo recibe un precio justo por el café, va tranquilo a su hogar, compra lo que necesita para seguir produciendo, garantiza la alimentación de su familia, la educación de sus hijos, tiene dinero para enfrentar las enfermedades y hay mayor tranquilidad en su hogar”, comenta.

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