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La desigualdad desciende a mínimos en 14 años y recupera niveles previos al mazazo de la crisis financiera

Desigualdad

Laura Olías / Raúl Sánchez

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La pasada crisis financiera quedó titulada como la 'Gran Recesión' y no sin motivo. En España, supuso tal mazazo económico y social que, pese a los muchos años de recuperación posteriores, hay indicadores que no se habían recobrado todavía. Es el caso de la pobreza y la desigualdad, que se dispararon y sus niveles no se habían reducido de nuevo a las referencias de 2008. Hasta ahora. Los últimos datos oficiales reflejan un importante descenso de la brecha entre los más ricos y los más pobres a cuenta de la mejora de la situación de los más vulnerables, un avance que en las ONG vinculan al llamado 'escudo social' y que urgen “consolidar y reforzar” ante los datos aún elevados en España en comparación con Europa.

“Mejoran mucho los indicadores, aunque no dejamos de tener un gran problema de pobreza y desigualdad”, resume las dos caras de la moneda Juan Carlos Llano, responsable de Investigación de EAPN-ES, la red de ONG especializadas en esta materia. Con una de cada cuatro personas en riesgo de pobreza y exclusión social (26%), según la tasa AROPE, esto alcanza a unas “12,3 millones de personas”, traduce Juan Carlos Llano, una cantidad “muy elevada, pero que se ha reducido mucho en un año, con 800.000 personas menos” en esta situación.



Los descensos más significativos se sitúan en los niveles de desigualdad. En el caso de S80/S20, que mide la brecha entre el 20% más rico y el 20% más pobre, se acortó hasta el 5,6. El dato, por fin, se sitúa en mínimos desde 2008, algo que no se había producido en los últimos 14 años.

El responsable de estudios de la EAPN destaca descensos “como nunca antes” registrados en valores como el índice de Gini, “una medida de desigualdad que toma el valor cero en caso de equidad perfecta y el valor 100 en caso de máxima desigualdad”, describe el Instituto Nacional de Estadística. Con datos desde 2008, el índice de Gini se sitúa en un mínimo de la serie, con 32 puntos, tras descender en un punto respecto al año anterior. “Esto en pobreza y desigualdad es mucho”, destaca Juan Carlos Llano.

En el Ministerio de Economía, dirigido por la vicepresidenta Nadia Calviño, ponen la cifra en contexto con la meta de la Prospección España 2050. El grupo de expertos al que acudió Presidencia del Gobierno situó estos 32 puntos de Gini como el objetivo dentro de siete años, en 2030.

“Si actúas contra la pobreza, se nota”

Los datos del INE sobre pobreza y desigualdad reflejan la renta de los hogares en 2021, pero también información sobre las dificultades y la carencia material en cuestiones básicas (pobreza energética, comprar carne o pescado y llegar a fin de mes) de 2022. Se trata de años clave, de recuperación del 'shock' de la pandemia de coronavirus, pero también de impacto de la inflación, con una crisis de precios disparados en máximos de las últimas tres décadas.

Las ONG especializadas en pobreza vinculan la mejora de los datos directamente con el llamado 'escudo social' lanzado por el Gobierno de coalición, “con medidas específicas para colectivos más vulnerables”, explica Alejandro García-Gil, responsable de protección social y empleo de Oxfam Intermón. Algunas más estructurales, como las alzas del salario mínimo y el despliegue del ingreso mínimo vital, pero también otras muy vinculadas a la pandemia y después a la crisis de inflación, como el aumento de las pensiones mínimas y no contributivas, del IMV y “el tope a la subida de los alquileres”, destaca García-Gil, que en la ONG consideran que “seguramente se refleja” en el descenso de las personas que sufren retrasos para atender al pago de la vivienda, que cayó un punto, hasta el 11,6%.

Si se mira la evolución de los deciles de renta, que dividen a la población en diez grupos según sus ingresos, se observa cómo en los últimos años –y especialmente en 2021– el 10% más pobre se ha ido recuperando y se ha ido cerrando la gran brecha que se generó con el resto de la población tras la Gran Recesión.



“Ha habido mejoras en el sostenimiento de las personas más pobres, en muchos ámbitos, en ingresos con el IMV, en el salario mínimo, en pensiones, en vivienda... Esas medidas en distintas direcciones intentaron que la calidad de vida de los más pobres se redujera lo menos posible y se notan las mejoras, aunque hay que seguir reforzándolas porque tenemos tasas de pobreza aún muy altas”, considera Juan Carlos Llano.

El investigador de EAPN destaca la diferencia de la gestión de las dos crisis de las últimas dos décadas, la financiera y la de la pandemia, con impactos muy distintos en los datos de pobreza. Aunque en la COVID las personas más pobres también quedaron más perjudicadas que el resto, las medidas de ayuda específicas para ellas han conseguido que no se retrasen tanto para salir adelante en la recuperación. “Es una diferencia importante”, destaca Llano.

Desde el Ministerio de Economía destacan otra mejora clave, la del mercado de trabajo, que se refleja en el gran descenso en los hogares con baja intensidad del empleo, que cayó hasta el 8,7%, mínimos desde 2009. “Aquí ya se nota la reforma laboral, porque incluye el año 2022”, que ha desplomado la temporalidad, subrayan en el departamento de Calviño. En el Ministerio calculan que el gran descenso del riesgo de pobreza y exclusión medido con la tasa AROPE se debe: la mitad a la mejora de las rentas de los hogares, plasmada en la reducción de pobreza económica; un cuarto a la mejora del empleo y otro cuarto al descenso de la carencia material y social severa.

“Prudencia” ante inflación y datos elevados

Aunque los datos son positivos, en Oxfam Intermón piden “prudencia” ante cifras todavía muy altas y que siguen situándonos muy por encima de los niveles de la Unión Europea. El año pasado, la UE tenía una media de pobreza y exclusión seis puntos por debajo de la española, del 21,7%. “Además, los datos de desigualdad y pobreza se refieren a renta de 2021” y por tanto “no recogen la crisis de inflación de 2022”, advierte Alejandro García-Gil, que considera que los registros de 2022 pueden suponer un empeoramiento de la estadística. Tampoco incluye los aumentos de tipos de interés, que están aumentando el coste de la vivienda para miles de hipotecados.



En la EAPN recuerdan además que España se encuentra aún muy alejada de las metas acordadas a nivel internacional en la Agenda 2030, en la que los países se comprometieron a reducir a la mitad sus niveles de pobreza respecto a los registros de 2015. Dentro de siete años, España debería disminuir su pobreza relativa al 11% y la tasa AROPE (pobre y exclusión social), hasta alrededor del 14% en 2030.

Las ONG consideran que este último año es una buena referencia “para el futuro”. Destacan que cuando el Estado interviene con el refuerzo de la protección social, se ven resultados. Sin el colchón del escudo social, los datos habrían sido mucho peores, advierten en la EAPN. “Cuando dicen que el dinero está mejor en el bolsillo de la gente, no es así, no para quien tiene menos recursos”, subraya Juan Carlos Llano, cuyo equipo de análisis en la EAPN estimó que el 'escudo social' a cuenta del Estado evitó que alrededor de 1,5 millones de personas cayeran en la pobreza con la pandemia.

Desde Oxfam Intermón señalan a la gran bolsa de personas a un paso de la pobreza, con un aumento de quienes dicen que llegan a fin de mes con “alguna dificultad”, que alcanza a casi la mitad de la población (46,5%) y se visualiza en un empeoramiento de su nivel de vida. Para evitar que los datos de pobreza vuelvan a crecer en los próximos años con facilidad, “hay que consolidar y reforzar la protección social desplegada tras la pandemia”, insiste García-Gil, para lo que emplaza a una reforma fiscal que permita financiarlo

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