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¿Disuadirá el nuevo impuesto sobre loterías a los defraudadores?

Belén Carreño

Dice el dicho que para que te toque la lotería hay que jugar. Pero con salvedades. De sobra es conocido por el fisco que muchos españoles que no se han arriesgado a invertir los 20 euros en el azar, luego invierten 480.000 en un décimo que ya saben que está premiado con el gordo. También hay a quién le ha tocado hasta siete veces la lotería, sin que esté claro que se la ha jugado realmente.

Por eso muchos han apuntado a que el nuevo impuesto sobre los premios de lotería, que entra en vigor el próximo 1 de enero y que gravará con un 20% los premios superiores a 2.500 euros, puede contribuir a disuadir a su uso defraudatorio. Los expertos consultados discrepan, y creen que aunque en un primer momento puede encarecer esta práctica este mercado, negro pero mercado, se autoregulará y continuará haciéndose el negocio como hasta ahora. Entonces, ¿cómo funciona y en qué cambia el blanqueo de los premios?

El fraude de la lotería es un clásico de las Navidades como el turrón de Jijona o la cabalgata de los reyes. Mientras los niños de San Ildefonso cantan monocordemente sus números, algunos ciudadanos están pendientes de los lugares donde recaen los premios para, una vez apagadas las cámaras y bebido el champán, comprar a los afortunados sus décimos premiados.

Un décimo es, explican fuentes fiscales, un cheque al portador. No tiene más propietario que el que lo presenta en ese momento en la administración de lotería (solo para premios hasta 5.000 euros) o en la sucursal bancaria. Hasta ese momento ni importa, ni cuenta, en qué manos ha estado.

Esta confidencialidad hace del décimo de lotería el instrumento perfecto para el blanqueo de dinero negro. Por una prima sobre el premio, que el presidente de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda, Ransés Pérez, cifra informalmente en un 20% (la misma cantidad que se quedará Hacienda a partir de ahora), el defraudador le compra al agraciado su décimo y se encarga de ir a cobrarlo por él al banco. Así, en su cuenta aparecen 400.000 euros limpios y justificables ante la Agencia Tributaria.

Cabe destacar que este blanqueo de dinero negro no hace más que trasladar un problema. El auténtico premiado tendrá en su poder miles de euros sin justificación que de nuevo serán dinero negro. Mismo perro con distinto collar. Por eso el perfil de quién acepta participar en el fraude también debe ser muy particular, con posibilidad de ir dando salida a ese dinero negro de forma desapercibida (como los propietarios de negocios de cara al público).

“Lo que va a suceder es que el que quiera blanquear va a tener que comprar más décimos o pagar más”. apunta Carlos Cruzado, presidente del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha). Y, es que, por la forma en la que está estructurado el impuesto el que cobre el premio no tendrá que retratarse como se ha especulado hasta ahora. Hacienda ha planteado el recargo como una “retención liberatoria”, esto es, se cobra de una vez y no obliga a hacer declaración de la renta. A todos los efectos, simplemente el premio es menor.

En cualquier caso, cabe recordar que este impuesto no estará vigente hasta 2013 por lo que los agraciados hoy se llevarán el premio íntegro como hasta ahora. Aunque se cobre el premio el próximo ejercicio, lo importante es cuando ha tenido lugar el hecho que ha dado lugar a ese premio, que será el 22 de diciembre de 2012.

Tanto el próximo año, como en 2013, el premio está sujeto, eso sí, al Impuesto de Patrimonio en prácticamente todas las comunidades autónomas, salvo en Madrid y Baleares, recuerda Luis del Amo, secretario del Registro de Asesores Fiscales. Con todo, este impuesto comienza a operar a partir de una base patrimonial de 700.000 euros, así que ya se debería contar con un patrimonio importante anterior. Tampoco cambia el que tengan que tributar los rendimientos del premio, como intereses, etc...

Hacienda pretende recaudar 824 millones de euros con la aplicación de este impuesto en 2013, que grava los premios también de la ONCE, y la Cruz Roja además de los administrados por Loterías del Estado (como la Primitiva). Sin embargo, los expertos advierten de que la puesta en marcha desincentiva el consumo, un apetito por el azar que las últimas estimaciones muestran que ya está muy dañado por la crisis. Añadiendo leña a la polémica, desde Gestha recuerdan que los premios que reparten en los casinos o en los portales de juego online pueden pagar menos ya que se les deja descontar las pérdidas durante el juego.

Por último, un aviso a jugadores premiados que envían los expertos: si el número está participado entre varias personas, hay que llevarlo inmediatamente a una entidad bancaria y depositarlo a nombre de todos los premiados. Las buenas cuentas, hacen los buenos amigos, también en la lotería.

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