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Las empleadas del hogar siguen sin cobrar su subsidio de paro: “Ya van cuatro meses, hay gente que lo necesita para comer”

Imagen de archivo de una manifestación de protesta de trabajadoras del hogar.

Laura Olías

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Fue una buena noticia, una alegría, pero ha ido desinflándose con los meses y ahora genera bastante enfado y mucha frustración. El subsidio excepcional de desempleo para empleadas del hogar que creó el Gobierno por decreto en plena pandemia por la COVID-19 supuso la primera vez que en España se reconocía una ayuda de paro a este colectivo de trabajadoras. Fue a finales de marzo y a día de hoy, pasados mediados de julio, la inmensa mayoría de las solicitantes aún no han cobrado nada, según denuncian diversos colectivos de trabajadoras domésticas. “No conocemos a nadie que lo haya cobrado acá en Madrid, esto es un drama”, afirma Rafaela Pimentel, de Territorio Doméstico, una asociación de trabajadoras muy activa de la capital. En el Ministerio de Trabajo afirman que les “consta que ya se han empezado a cobrar los subsidios”, cuya gestión se ha externalizado a través de la empresa pública Tragsa, pero no aportan datos sobre cuántas personas han recibido la ayuda.

“Yo no conozco a nadie que haya recibido la ayuda. La pedí en los primeros días que se pudo tramitar y ayudé a varias compañeras que no tenían internet y no podían hacerlo. Ninguna hemos cobrado aún y hay gente que lo necesita mucho, que necesita el dinero para comer, que ha tenido que ir a servicios sociales o a pedir alimentos para sus hijos”, afirma Paola Verdejo Méndez, trabajadora del hogar y de cuidados que se quedó sin empleo en plena pandemia, tras cuidar “cinco años de dos niños, a jornada completa y también limpiaba y cocinaba”, explica a este medio.

Paola, gracias a que ha logrado un nuevo empleo cuidando a una mujer mayor, de 91 años, consigue pagar las facturas, pero por unos días también vio muy complicado llenar la nevera. “Mi madre, que es grupo de riesgo, tuvo que ir a trabajar durante la pandemia a casa de una persona que trabaja en un hospital, que estaba en contacto con la COVID, pero no teníamos otra”, añade.

Pese a que el subsidio de desempleo para trabajadoras del hogar se aprobó a finales de marzo, el desarrollo del procedimiento para poder solicitarlo no se publicó hasta un mes más tarde. Las peticiones pudieron registrarse finalmente a partir del 5 de mayo y el plazo máximo de respuesta que se estableció fue de tres meses.

El secretario de Estado de Trabajo reconoció a comienzos de este mes el retraso en el pago de la ayuda para las trabajadoras del hogar, que justificó por el desarrollo del programa informático específico para gestionar esta prestación extraordinaria, novedosa por cuanto nunca se había pagado desempleo a este colectivo de trabajadoras. Joaquín Pérez Rey afirmó que las empleadas domésticas empezarían a cobrar las primeras prestaciones en los primeros días de julio, gracias al acuerdo de colaboración del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) con las entidades bancarias, y recordó que los pagos de manera ordinaria se realizarían el día 10. Según las cifras de comienzos de julio, el SEPE habría recibido más de 32.000 solicitudes de este subsidio.

Sin cobrar y sin información

Pasaron los primeros días de julio. Pasó el 10 de julio. Y nada. Las organizaciones de trabajadoras domésticas contactadas por elDiario.es aseguran no conocer a ninguna persona que haya recibido la ayuda de paro, como apunta Rafaola Pimentel de Territorio Doméstico, con mucha implantación en Madrid.

“Nosotras hemos presentado 52 solicitudes directamente y sin noticias de ninguna de ellas. Otros colectivos nos dicen lo mismo”, afirma también Natalia Slepoy Benites, miembro de la asociación Senda de Cuidados, en Madrid. En Trabajadoras del Hogar No Domesticadas de Bilbao calculan que habrán presentado “entre 60 y 70 solicitudes” de empleadas domésticas aproximadamente, estima la abogada Liz Quintana: “Y no tenemos constancia de ninguna de ellas”.

La falta de información es la segunda queja principal de las trabajadoras, ya que como ha ocurrido con los retrasos en los pagos de los ERTE, no logran respuestas del SEPE sobre el estado del expediente o cuál es el problema que no ha permitido ya los abonos de la ayuda. “En mi caso no me aparece ni que esté tramitada, no sé nada”, lamenta Paola.

José Vicente Cid Borrajo, del municipio rural de A Pobra de Trives, empleador de una trabajadora doméstica a la que ayudó con los trámites de la prestación, coincide en la frustración ante el desconocimiento total de cómo avanza la tramitación de la ayuda. “Llamamos al SEPE por teléfono y, después de muchísimas llamadas, nos dijeron que el tema está centralizado en Madrid. Llamamos ahí y me preguntaban la provincia desde la que llamaba, así que te remitían a Ourense, donde te decían que no tenían ni idea de este subsidio y que ni siquiera nos podían comprobar si la ayuda estaba tramitada o no”, explica el hombre. Cuando abrieron las oficinas para la atención presencial en el SEPE, acudió con su empleada, pero ahí tampoco obtuvieron respuestas. “Nos dijeron que no podían mirarlo y que esto lo llevaban en Madrid, que se había externalizado”, afirma.

Gestión subcontratada a Tragsa

La gestión del subsidio de desempleo para empleadas del hogar ha sido externalizada a la empresa pública Tragsa, a la que “se acude por escasez de recursos propios en el SEPE a pesar del refuerzo de 1.000 personas” contratadas de refuerzo por la crisis de la COVID-19, explican fuentes del Ministerio Trabajo. “Pesan todavía los recortes del PP y la cantidad de gestión en esta crisis, en la que se ha multiplicado por seis la carga de trabajo”, añaden. También se acudió a esta fórmula externa “para hacer una gestión centralizada del subsidio”, ya que se ha llevado a cabo con la Dirección General de Madrid.

El personal del SEPE se ha visto desbordado por la gran cantidad de ERTE que se han tramitado en esta crisis del coronavirus, con un personal mermado durante años, por lo que desde los sindicatos exigían que fuera aún más reforzado por Trabajo, en unas “2.500 personas”, según CCOO.

Pese a la saturación del servicio público, en UGT son contrarios a la externalización que el Ministerio ha hecho de esta ayuda extraordinaria. “Nos parece una va el barbaridad haber externalizado un subsidio tan importante para un colectivo que siempre tiene las de perder”, afirma Françoise Calvo, responsable del sindicato en UGT. “El funcionariado es el que tiene la función garante de este servicio público. El Estado ya tiene malas experiencias en este sentido, con la anterior crisis, cuando fueron los compañeros y compañeras de FOGASA los que tuvieron luego que arreglar los expedientes que se habían externalizado”, afirman la sindicalista.

En los colectivos de trabajadoras esperan que los subsidios lleguen en breve y alivien la situación de los hogares de muchas empleadas, especialmente de aquellas que no han logrado reenganchar con otro trabajo. Después de tanta espera, algunas son escépticas. “Tengo sentimientos encontrados, porque es verdad que aprobaron la ayuda, pero pasan los meses y no llega. La ministra y el Gobierno hablan de lo importante que son los cuidados. ¿De verdad los están valorando? ¿Están preocupados por las personas que cuidamos? Porque yo cuando me preocupo lo hago de verdad”, critica Paola.

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