El exconsejero delegado de Bankia dice que Rato “se enfadó bastante” cuando él se negó a usar su 'black'
Este martes ha declarado en la Audiencia Nacional un exalto cargo de Bankia que dispuso de una tarjeta black. Sin embargo, es el primero que lo hace como testigo y no como imputado. Francisco Verdú, que fue número 2 de la entidad, nunca usó su plástico porque no estaba previsto en su contrato y los gastos no se justificaban, ha explicado. Rodrigo Rato se la ofreció y Verdú la rechazó, algo que no se tomó bien el expresidente de Bankia: “Se enfadó bastante, se molestó”.
Verdú, el primer testigo que ha prestado declaración en el juicio, ha insistido en que advirtió a Rato y a Ildefonso Sánchez Barcoj de las “graves consecuencias” que podría tener el uso de una tarjeta que no exigía justificación de los gastos, y que permitía sortear el límite de los salarios de los directivos.
A preguntas del fiscal Alejandro Luzón, Verdú ha relatado una vez más cómo se le entregó la tarjeta que no llegó a usar, aunque en esta ocasión ha aportado más detalles que en la fase de instrucción. Así, ha dicho que cuando Rato se la entrega le expresa su “preocupación” porque el conocido como “Real Decreto Guindos” limitase el sueldo de los directivos de Bankia. “Quería que a las personas que habíamos llegado mucho después -del rescate- a Bankia, no nos afectase”, ha explicado.
Cuando Rato le entrega un sobre con el plástico para sortear esa limitación, Verdú le dice que “no entendía que pudiese haber gastos sin justificar” en una entidad bancaria. “Rato se enfadó bastante, se molestó”, ha explicado el que fuera ex consejero delegado de Bankia. El encuentro se tensó a partir de ese momento, hasta el punto de que Verdú, siempre según su versión, advirtió a Rato de que “podía tener consecuencias importantes si usaba la tarjeta para gastos personales”. Le advirtió más claramente: “Como la uses para gastos personales, saldrás en los papeles”.
Al final del encuentro, Rato insistió a Verdú para que usase la tarjeta. “Al final de la reunión, más calmado, me dijo 'tú piénsatelo'”. No abrió el sobre y lo devolvió a Recursos Humanos. Las versiones de ambos exdirectivos de Bankia han chocado desde el comienzo de la instrucción. En su declaración en el juicio, Rato afirmó que Verdú no puso reparo alguno al sistema de las tarjetas black. “Aceptó la tarjeta, la cogió aunque no la utilizó”, añadió.
En su declaración, y a preguntas de los abogados de los 65 acusados, Verdú ha insistido en que la firma que aparece en el contrato de solicitud de la black y ha acusado a Sánchez Barcoj de falsificar su rúbrica en él. También ha dicho desconocer que las tarjetas opacas eran de uso generalizado, que pensaba que solo las tenían cuatro altos cargos. El interrogatorio de los letrados de la defensa ha sido tenso, hasta el punto de que el abogado de Beltrán Gutiérrez le ha acusado de “tener memoria para lo que quiere”.
El director de Auditoría Interna defiende el Excel
Tras Verdú ha declarado Iñaki Azaola, director de Auditoría Interna de Bankia, y el que se ocupó de la investigación sobre el uso de las tarjetas dentro de la entidad. Azaola ha tenido una tarea clara durante su comparecencia en el juicio: defender la validez de la hoja de Excel que han desacreditado los acusados y que contiene el detalle de sus gastos.
“Los datos de la hoja de Excel no están manipulados ni retocados, están extraídos”, ha explicado Azaola, quien ha relatado que ese documento se elaboró a partir de los datos aportados por el departamento de sistemas de Bankia. “La información que se recibe está llena de códigos, hay que convertirlos en datos”, ha afirmado.
También ha rechazado que haya errores con los cargos de las tarjetas recogidos en el Excel. Algunos imputados alegaron que era imposible que hubiesen usado su tarjeta el mismo día en lugares muy alejados, o que había varios cargos repetidos a la misma hora. Azaola ha dicho que se debe que algunos comercios “transmiten su operativa en un mismo momento”, y otros esperan dos o tres días para cerrar las operaciones. Es entonces cuando aparece el cargo en la tarjeta, y no en el momento en el que se usa.
Sus explicaciones, que desmontan el principal de argumento de buena parte de los acusados, han generado revuelo en la sala. Varios letrados le han interrumpido durante la declaración, en la que ha insistido en que “no hubo ninguna alteración de ningún campo” en el Excel.
Azaola ha relatado también cómo tuvo conocimiento de las tarjetas black y como, investigando su uso, advirtió que estas se ponían a disposición de los consejeros por un procedimiento “de lo más inusual”. Sánchez Barcoj “daba instrucciones a sus secretarias”, que solicitaban la tarjeta opaca para un directivo. Tras ello, “el chófer o una secretaria de Sánchez Barcoj recibía la tarjeta, que luego le entregaba al usuario”.