Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Así funciona el mercado negro de compraventa de cuentas de apuestas

Joven introduciendo dinero en una máquina de apuestas deportivas. | R.A.

Iván Fernández

El cierre de cuentas por parte de las casas de apuestas está provocando que los usuarios que obtienen más ganancias acudan a un mercado ilegal de perfiles y documentación para poder seguir obteniendo beneficios. Para completar el registro necesario en las casas de apuestas online es obligatorio, según la normativa vigente, pasar un proceso de verificación con un documento de identificación. Los jugadores antes de abandonar su actividad optan por intentar pasar inadvertidos a este proceso.

Las barreras a saltar son la comprobación por parte de las casas de apuestas de que no ha sido alterado y que realmente pertenece a quien lo presenta. Para ello, utilizan técnicas avanzadas de reconocimiento facial y prueba de vida, instrumentos de biometría, extracción automática de datos contenidos en los documentos de identidad o verificaciones de no alteración de los documentos presentados. Mientras que este proceso no es superado de forma satisfactoria, el jugador tendrá restringida su actividad en la plataforma.

En los últimos tres años el número de cuentas se ha incrementado un 46% y actualmente hay más de tres millones activas. El mundo de las apuestas también se ha profesionalizado en los últimos años con figuras como los tipster (pronosticador de apuestas con muchos seguidores) y con técnicas de inversión para cubrir el riesgo. En el año 2017, el sector de las apuestas movió 365 millones de euros.

“Al día venden 10 cuentas a unos 70-80 euros por perfil”

eldiario.es se ha puesto en contacto con un comprador y un vendedor para que expliquen cómo funciona este mercado ilegal de venta de perfiles y documentación. “Hay personas que venden cuentas verificadas y otras la documentación para crear esas cuentas. A veces las propias personas crean las cuentas y las proporcionan a un proveedor para que las lleve al mercado”, relata el vendedor.

Identificado como @Ben_sports en Telegram no teme incurrir en ningún delito de suplantación de identidad. “Las personas crean la cuenta ellos mismos, me la proporcionan a mí, la vendo y ellos se llevan su parte”, comenta. Sin embargo, sí reconoce que firmas un acuerdo con la casa de apuestas. “Se supone que el uso de la cuenta es personal y por ahí sí te pueden pillar”, declara. En su caso, no vive de este negocio, pero afirma que dos conocidos suyos se dedican exclusivamente a vender cuentas. “La demanda es bestial, en cuanto las ofertas las venden. De media, al día venden 10 cuentas a unos 70-80 euros por perfil”.

Obtener documentos de identificación como DNI, pasaporte o licencia de conducir no es una tarea sencilla y las maneras de actuación son diversas. “Unos compran la documentación de países menos desarrollados, otros utilizan los datos de las empresas donde trabajan”. Según el vendedor, una de las zonas preferidas es Sudamérica debido a su menor nivel de renta y a un tipo de cambio favorable.

Desde la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) son conscientes de que “la suplantación de identidad, consentida o no, es uno de los retos a los que se enfrenta esta actividad y que es necesario abordar y acotar por múltiples motivos”, sentencian. El próximo mes de julio se estrenará un servicio mediante el que cualquier persona suscrita al mismo será informada cuando se utilicen sus datos de identidad en un proceso de registro en cualquiera de los operadores de juego online con licencia.

Los precios varían entre 40 y 100 euros por cuenta

A través de portales de compraventa o de foros especializados se pueden encontrar ofertas como: “vendo cuentas Bet365, 100% verificadas, DNI, licencia de conducir, factura y selfie”, o “se venden cuentas Bet365 nuevas con Skrill o Neteller”. Estos últimos son monederos virtuales que permiten sacar el dinero de la cuenta en la casa de apuestas a la plataforma virtual y de ahí a la cuenta bancaria del usuario final. Los precios de venta varían en función de la calidad de la cuenta. “La de menos valor es una cuenta recién creada y la más valiosa es una cuenta de un perdedor, ya que la casa de apuestas tardará mucho en cerrarla”, afirma el vendedor.

La duración de la cuenta varía en función del tipo de actividad que realice el jugador. El comprador, que llamaremos Lucas para preservar su anonimato, afirma que las dos cuentas que compró le duraron entre 5 y 7 días. “Si tienes balances de más o menos 200 euros de beneficios a los 5 días y sin perder prácticamente nada te bloquearán la cuenta al ver que les puedes causar pérdidas”, comenta Lucas. Mientras que el vendedor opina que “si metes el máximo permitido por la casa de apuestas y a mercados de poca liquidez (partidos poco conocidos), la casa de apuestas cerrará rápidamente la cuenta”, afirma @Ben_Sports.

Dentro de un negocio no regulado suele reinar el fraude y esta vez no es una excepción. “El 65% de los proveedores se queda el dinero y no te proporciona una cuenta o te entrega una que no está totalmente verificada”, afirma el vendedor. Pero no solo se queda en una estafa inicial, si no has cambiado la contraseña proporcionada “hay gente que se mete después de vender la cuenta y te roba el dinero”, comenta. Lucas, el comprador, adquirió dos cuentas y ninguna vez sufrió ningún tipo de estafa ya que fue precavido. “Era de confianza la persona que las vendía, me habló gente que no conocía de nada ofreciéndomelas, no tenían ni una sola persona que les recomendase, por tanto, no me fie”.

Una práctica de desarrollo empresarial

Desde la DGOJ entienden las limitaciones o restricciones como una actuación “que responde a un principio de desarrollo empresarial” y se permite “la determinación de la estrategia comercial”. Pero advierten que las causas de limitación deben estar “correctamente previstas en el contrato” y deben ser “objetivas, transparentes y no discriminatorias”. En el caso de Lucas, Bet365 le avisó que le aplicarían restricciones tras la revisión de los analistas sin detallar la razón.

Los contratos de juegos están sometidos a lo estipulado por la normativa de juego y a los requisitos generales establecidos por la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. “El clausulado del contrato es redactado por los operadores sin intervención de los jugadores, cuya libertad contractual queda limitada a manifestar o no la aceptación de sus estipulaciones”, apuntan desde la DGOJ.

Desde el pasado marzo hay abierto un proceso de información pública titulado “orientaciones para la redacción y contenido de las cláusulas generales de los contratos de juego sujetos a licencia estatal”. Esta iniciativa, a la que se pueden presentar alegaciones, pretende que “todas las decisiones del operador estén fundadas en motivos válidos, tasados y especificados en el contrato de juego”. Otra actuación para mejorar la relación operador-participante será la creación del sello de calidad en la atención al participante.

Etiquetas
stats